Querido Gaby,
Espero que me permitas la licencia de ser hoy quien te escriba a ti una carta, aunque supongo que debes estar poniéndote al día con Alex después de tantos años. Dile de mi parte que es que ahora se lleva mucho lo de escribirse en lugar de llamarse, y eso quizás sea un fallo de nuestro tiempo.
Por cierto, te aviso que el Barça hizo su trabajo y ganó 2-0 con doblete de Raphinha, aunque lo más bonito de ayer fue ver cómo todo un Camp Nou guardaba un minuto de silencio en tu memoria. Confiemos en que a final de temporada te podamos dar más buenas noticias, aunque con esto del balón ya sabes que todo es posible.
Aprovecho esta carta para hacer aquello que probablemente no hice cuando tocaba, o siento que no repetí tantas veces como debería: gracias. Por recibirme en 2014 sin conocerme, más allá de ser el noviete de Cris, para darme tus primeros consejos sobre emprendimiento; por confiar sin dudarlo cuando en 2020 te planteé el proyecto de 2Playbook; y por guiarme desde entonces en algo tan relevante y difícil como encontrar el equilibrio entre empresa y familia. Tú lo bordaste.
Este fin de semana leía la carta a Alex con la que te despedías en 2024, y ahí le decías: “Pero ya me conoces, sigo peleando pues aún tengo sueños y proyectos pendientes que quiero alcanzar”. Confío en que muchos se hayan cumplido —¡Oasis, Pep y fútbol en un día!—, pero sé que no has cerrado todas las carpetas, porque básicamente asumo que a todo lo que tenías en mente hace un año le fuiste sumando nuevas iniciativas. Ets un cul inquiet i tots ho sabem.
Te has ido, al menos terrenalmente, y quiero pensar que hoy ya puedo responder a la pregunta que más me repetías cuando charlábamos: “¿Ya sabemos qué queremos ser de mayores?”. Te has ido, pero ninguna duda de que Cris, Gaby Jr, Paola y toda la familia son el mejor seguro para dar continuidad a tu legado.
El de una persona que, donde unos veían el lujo de la America’s Cup, tú veías la Kakapo Open Race; el que convirtió a Alex en un motor del desarrollo del deporte inclusivo en este país —¡hasta el arbitraje! —; el de que no contento con una, fue capaz de construir dos veces un grupo hospitalario de referencia; el de quien no tenía nunca un no por respuesta cuando alguien necesitaba tu ayuda. I molt culer!
Se marcha un mentor, un amigo, un ejemplo. Gaby, irradiabas optimismo, lucha incansable y vocación por lo que te apasionaba. Continuarem donant sentit al camí recorregut plegats, i per això no et diem adéu, sinó fins aviat.