Arabia Saudí protagoniza el mayor all in que un país ha hecho, en una sola partida, por vincular su marca a la industria del fútbol. A través de su fondo soberano, el Fondo de Inversión Pública (PIF), el país ha comprado el 75% de sus cuatro principales clubes: el Al Ittihad, nuevo club de Karim Benzema, pero también del Al Ahli, el Al Hilal y el Al Nassr, donde juega Cristiano Ronaldo.
El país ha convertido estos clubes en empresas controladas por el fondo soberano, y en el que también tienen participaciones las respectivas fundaciones sin ánimo de lucro de cada club, donde tendrán participación los socios. El Ministerio de Deportes de Arabia Saudí, con su titular el Príncipe Abdulaziz bin Turki Al-Faisal al frente, ha anunciado que, de esta manera, el país entra en la segunda fase de su proyecto deportivo Vision 2030.
Esta ofensiva se produce en un momento en el que estos clubes están lanzando ofertas a grandes estrellas del fútbol mundial que son económicamente imposibles de asumir por los clubes europeos. Sin ir más lejos, Karim Benzema y Leo Messi han recibido propuestas anuales que rondan e incluso superan los 100 millones de euros por temporada, cifras que ningún plan de negocio puede sostener.
El colofón de este proyecto sería el Mundial de Fútbol, para el que prepara candidatura con Egipto y un país europeo. Es, precisamente, la edición para la que España ha presentado candidatura conjunta con Portugal, Marruecos y Ucrania.
Vision 2030 proyecto busca atraer más talento e inversión al fútbol del país, con el fin de que los ingresos de la Liga Profesional Saudí pasen de 450 millones de riales (111,9 millones de euros) a más de 1.800 millones de riales anuales (447 millones de euros).
El país ha acelerado en deporte y en concreto en el sector del fútbol en los últimos años. El PIF es el propietario del Newcastle United de la Premier League. También se ha adjudicado el Mundial de Clubes de la Fifa para 2023 y se ha hecho con la organización de la Supercopa de España y de Italia hasta 2029.