El Villarreal CF logró contener el impacto que la Covid-19 ha tenido entres los principales clubes. El conjunto castellonense ha cifrado las pérdidas de 2019-2020 en 993.879,32 euros, frente al beneficio presupuestado de apenas 1.000 euros. La política de la entidad, no hay que olvidar, es la del déficit cero en ciclos de cuatro años.
El submarino amarillo disponía de margen tras ganar 11,82 millones de euros en 2018-2019, aunque su intención es nuevamente la de situarse en el break even en 2020-2021. Si se cumplen los pronósticos del consejo de administración, el beneficio neto de esta temporada se situará en 65.000 euros.
La entidad presidida por Fernando Roig se acercó al récord de ingresos de 2018-2019 y, pese al impacto de la pandemia, cerró el curso con unos ingresos totales de 144 millones de euros, unos 15 millones más de lo previsto. El comunicado hecho público no hace referencia a qué explica esta desviación.
La clave podría ser la salida de Toko Ekambi en el mes de junio, pues no se incluía en el presupuesto original que se aprobó a finales de 2019. Éste contemplaba una cifra de negocio de 85 millones de euros, a los que se sumaban 21 millones en plusvalías por traspasos y unos 27 millones por otros ingresos de explotación.
El Villarreal CF disputa este año la Europa League, pero sería precisamente una menor actividad en el mercado de fichajes la que explicaría la caída del presupuesto de ingresos en un 18,6%, hasta 117,2 millones de euros.
Por otro lado, la junta ha aprobado la continuidad del actual consejo de administración, en el que destacan Fernando Roig padre como presidente y su hijo Fernando Roig Negueroles como consejero delegado, junto al vicepresidente José Manuel Llaneza. El resto de consejeros son Manuel Llorca Maset, Manuel Sarrión, Manuel Gumbau, Miguel Pérez, Pedro Llop, Ramón Marco, Elena Roig Negueroles, Salvador Ten, Joaquín Ballester, Juan Bautista Mechó, Pascual Ibáñez y Luis Ángel Espejo.