‘Boom’ incompleto: el negocio del deporte femenino no superará los 1.000 millones de dólares en 2021

La brecha respecto al deporte practicado por hombres continúa siendo abismal: el deporte, en su conjunto, movió 481.000 millones de dólares (397.185 millones de euros) en 2018.

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Poco a poco, el deporte femenino está cogiendo vuelo. El interés por las competiciones deportivas practicadas por mujeres aumenta, tanto en número de aficionados como en rentabilidad publicitaria. Hace no tanto, escribir que el deporte femenino alcanzaría un volumen de negocio de 1.000 millones de dólares (826 millones de euros) sería considerado por muchos como una utopía. En 2021, esa barrera seguirá sin superarse, pero los expertos pronostican que su valor global será “mucho más” que milmillonario.

Este es el caso de Deloitte, que destaca que las competiciones femeninas “ya generan audiencias televisivas sustanciales, brindan valor a los patrocinadores y atraen a decenas de miles de aficionados a sus eventos”. Esto último, claro, antes de la pandemia por la Covid-19. La consultora destaca que, según una encuesta internacional realizada recientemente, el 66% de la población mundial está interesada en al menos un deporte femenino, y entre los aficionados al deporte (de los cuales el 49% son mujeres), la cifra alcanza el 84%.

Los números corroboran esta mayoría. Dentro y fuera de España. En la Copa del Mundo femenina Twenty20 de críquet, el partido inaugural tuvo una audiencia de 20 millones de telespectadores, 3,6 millones sólo en India. En el país asiático, donde el críquet es el deporte rey, los primeros doce partidos del torneo acumularon 41 millones de horas de visualización, un 213% más que en la edición de 2018.

Otro deporte anglosajón como el rugby logró atraer a 2,6 millones de telespectadores en Reino Unido en la final del Mundial femenino de 2017. Y no eran mujeres viendo mujeres: el 56% de la audiencia era masculina, según Nielsen.

 

La ‘tele’ enchufa al deporte femenino

La cobertura televisiva es uno de los pilares del crecimiento del deporte femenino. Y en este sentido, grandes conglomerados de medios como Sky y CBS han redoblado su apuesta. El grupo británico ha comenzado a emitir el Seis Naciones femenino de rugby, la liga de críquet y netball y el mejor baloncesto femenino del mundo: la Wnba.

Precisamente, la gran liga norteamericana de basket femenino también ha logrado avances en los últimos tiempos. En 2019, CBS Sports Network llegó a un acuerdo con la competición para televisar 40 partidos de la liga regular, lo que supone que 50 millones de hogares tendrán acceso a este nuevo contenido. ESPN emite 16 encuentros más los playoffs, NBA TV 40 encuentros y en Twitter se pueden seguir veinte partidos.

CBS, con acceso a 50 millones de hogares, emite desde la temporada pasada 40 partidos de la fase regular de la liga norteamericana de basket femenina (Wnsl)

En Europa, la OTT Eleven Sports ha creado una división propia para la compra de derechos audiovisuales de competiciones femeninas, Eleven Women, y su competencia, Dazn, ya adquirió en 2019 un paquete de 26 partidos del Mundial de fútbol femenino para sus suscriptores alemanes. En el mismo terreno de juego, la federación inglesa (FA) ya ha contratado a empresas especializadas para la venta a gran escala de los derechos audiovisuales de la Primera División femenina en el extranjero. Por ahora, Sky México y la cadena escandinava NENT han adquirido ya este servicio. Casualidad o no, la jugadora danesa Pernille Harder, la mejor futbolista europea del año para la Uefa, ha fichado este verano por el Chelsea a cambio de 350.000 euros. Esta cifra supone un nuevo récord en un traspaso en el fútbol femenino.

También fue un hito en Francia la venta de los derechos audiovisuales de la Euro 2021. Canal+ y TF1 pagaron conjuntamente 13 millones de euros por el paquete de partidos de la competición para el país vecino, más del doble de los 5 millones de euros que se abonaron en el torno de 2017.

 

El caso español con la Primera Iberdrola

En España, uno de los grandes avances del deporte femenino se ha visto en el fútbol. El Gobierno ha dado luz verde ya a que la Primera Iberdrola sea liga profesional en 2021-2022, lo que supone que sus clubes dejarán de estar al amparo de la Real Federación Española de Fútbol (Rfef) para poder así comercializar la competición en conjunto. Aunque ya existe un ente que agrupa a los clubes de la máxima categoría, la Asociación Femenina de Clubes de Fútbol (Acff), la Ley del Deporte establece que se deberá crear una nueva entidad específica para la gestión de la competición.

En este sentido, la Acff tiene un acuerdo con Mediapro por tres años para la venta de los derechos audiovisuales de la gran mayoría de los clubes por tres millones de euros anuales, en una negociación que también conllevó la creación del primer marco laboral del fútbol femenino en España. Un avance que, al menos, garantiza a las jugadoras de la Primera Iberdrola un sueldo mínimo de 16.000 euros, con una parcialidad de al menos el 75% de la jornada.

Como su nombre indica, la Primera División del fútbol femenino español está patrocinada por Iberdrola. La energética renovó el pasado año hasta 2025 los naming rights de la competición. El acuerdo con la Rfef deberá ser revisado la próxima temporada cuando los clubes pasen a gestionar la liga. No en vano, Iberdrola también da nombre a la Segunda División (Reto Iberdrola) que seguirá siendo dependiente de la federación.

Iberdrola tiene los ‘naming rights’ de la Primera División española de fútbol femenino que emite Mediapro a razón de 3 millones de euros anuales

La apuesta de Iberdrola no es particular. El incremento de las grandes empresas, muchas de ellas internacionales, por el deporte femenino es notable en los últimos años. La financiera Barclays marcó cifras récord en Inglaterra con el patrocinio de la liga femenina de fútbol, mientras que la cervecera Budweiser no solo se asoció con la liga norteamericana de fútbol, sino que ideó una campaña de captación de nuevos anunciantes que ha derivado en la entrada de seis nuevos partners para la Women’s National Soccer League (Wnsl). Entre ellos están Google, Twitch y la cadena de televisión CBS.

En este sentido, Deloitte prevé que a medida que crece el interés de los patrocinadores, los contratos comerciales de los equipos femeninos se venderán cada vez de forma más individualizada, en lugar de agruparse con los acuerdos del equipo masculino. De hecho, para el próximo Mundial femenino de fútbol de 2023, “esperamos que todas las selecciones tengan al menos un acuerdo de patrocinio distinto al de los equipos masculinos”, apunta la consultora.

El interés por los deportes femeninos es cada vez mayor y debe transformarse en rendimientos y una progresiva profesionalización de los atletas, al igual que sucede con los hombres. “Pero para que esto suceda, toda la industria del deporte, que abarca federaciones, ligas, equipos, patrocinadores y administraciones, debe invertir de manera sostenida en la creación de más oportunidades para que los deportes femeninos demuestren su valor comercial”, destaca Deloitte.

No en vano, actualmente la brecha sigue siendo abismal: los ingresos del deporte femenino en 2021, aunque vayan al alza, continuarán suponiendo una ínfima parte del volumen de negocio deportivo que genera esta industria, valorada en 481.000 millones de dólares (397.185 millones de euros) en 2018, un 45% más que en 2011.

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