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La industria del deporte representa una de las grandes palancas económicas, sociales y reputacionales de nuestro país. Su potencial va mucho más allá del espectáculo y del entretenimiento: es innovación, salud pública, desarrollo territorial, empleo juvenil, igualdad de oportunidades y proyección internacional. Y, sin embargo, aún no ocupa el lugar que le corresponde en el diseño de las políticas públicas y los marcos de competitividad empresarial. Desde CEOE creemos que ha llegado el momento de ponerlo en el centro.
La Semana Europea del Deporte, impulsada por la Comisión Europea y canalizada en España a través del Consejo Superior de Deportes, nos brinda una excelente oportunidad para visibilizar la importancia de este ecosistema. Se estima que el deporte representa ya más del 3% del PIB europeo y da empleo a más de 5,5 millones de personas. En España, este sector está experimentando una transformación acelerada, con la digitalización, la sostenibilidad y la convergencia con otras industrias (como el turismo, la salud, la tecnología o la cultura) como vectores clave.
En CEOE hemos trabajado para que el deporte entre por la puerta grande en nuestras agendas de competitividad. En 2023 presentamos el primer Decálogo CEOE de la Industria del Deporte, que fija las prioridades para una política ambiciosa y transversal. En 2024 reforzamos nuestra acción institucional, incorporando a las principales federaciones, clubes, operadores, ligas y empresas proveedoras, y en 2025 damos un paso más con la participación en el Sports Summit Madrid, en colaboración con los principales actores del sector público y privado.
Pero no basta con poner el foco. Hay que pasar a la acción. Necesitamos políticas estables de fomento del mecenazgo, esquemas fiscales que reconozcan el carácter estratégico del deporte, una legislación laboral que permita la singularidad de sus profesiones y un entorno regulatorio que no frene la innovación. Debemos reforzar también la colaboración público-privada en los eventos deportivos de interés general, desde una visión de Estado. Y, sobre todo, tenemos que dotarnos de una estrategia-país que sitúe al deporte como un sector tractor de transformación y reputación internacional.
Es también una cuestión de cohesión territorial y bienestar social. En muchos pueblos y barrios, el deporte es la infraestructura blanda más relevante para generar comunidad. No hablamos solo de élite, hablamos de infancia, inclusión, envejecimiento activo, salud mental. Hablamos de impacto real en la vida de millones de personas.
Desde CEOE seguiremos impulsando la visibilidad, profesionalización y reconocimiento del sector. Porque el deporte, además de inspirarnos y emocionarnos, puede ser una de las mayores fortalezas de España si sabemos protegerlo, conectarlo y hacerlo crecer con visión de largo plazo.
Inmaculada Benito es directora de Turismo, Cultura y Deporte de CEOE