El pilates vive su particular fiebre en Europa y España no es ninguna excepción. Cien años después que Joseph Hubertus Pilates diese forma a esta modalidad en Estados Unidos, cada vez son más las cadenas de gimnasios y centros de fitness que apuestan por integrarla en sus instalaciones. Sólo en el país, de hecho, ya son más de 2.400 los centros que ofrecen esta disciplina, según datos extraídos de Intelligence 2P, la unidad de estrategia e inteligencia de mercado de 2Playbook. Y en este mercado está ganando terreno Club Pilates, que ya cuenta con 20 estudios operativos en España.
Una cifra que continuará al alza en los próximos años, al calor de una realidad: cada vez son más los consumidores que valoran positivamente los beneficios que tiene para su salud una práctica que combina el trabajo del cuerpo y la mente. Se trata de una disciplina, además, que integra dos de las principales tendencias de entrenamiento para este 2025, según la lista de tendencias mundiales del fitness que cada año elabora el American College of Sports Medicine (Acsm): los programas de fitness para adultos mayores y el ejercicio para la salud mental.
Pero, ¿cómo diferenciarse en un mercado cada vez más interesado por esta disciplina? “Pilates is for EveryBody”. Con este lema por bandera, Club Pilates ha irrumpido con fuerza en el sector boutique en España, conquistando a más de 7.000 personas con “una propuesta premium, accesible y pensada para todos los cuerpos. Hay aspectos imitables, como los espacios, pero no el tipo y nivel de la clase, la experiencia y el trato que se ofrece al cliente”, indica Fernando Rosentgberg, responsable de la masterfranquicia que impulsa la marca en España. En apenas tres años, la cadena estadounidense ha tejido una red nacional que prevé finalizar este año con 25 centros operativos.
“Hay aspectos imitables, como los espacios, pero no el tipo y nivel de la clase, la experiencia y el trato que se ofrece al cliente”
Tras consolidar su posición entre Barcelona, Madrid y Valencia, en su siguiente fase de crecimiento desembarcará en ciudades como Bilbao, Zaragoza y Alicante. “Nos centramos en ofrecer una propuesta ganadora, no en el tamaño de la ciudad. Hemos visto un boom incluso en ubicaciones más pequeñas como Terrassa o Sabadell”, apunta el responsable de la marca en España. Según el ejecutivo, la clave está en ofrecer un producto “más completo, más profesional y con una experiencia que va más allá del entrenamiento físico”.
Club Pilates no es solo una sala con reformers. La cadena trabaja con equipamiento avanzado y variado, incluyendo springboards, barras de ballet, sillas, TRX y más, lo que permite ofrecer siete tipos de clases diferentes. Desde las sesiones más clásicas a clases de cardio, estiramiento, trabajo de glúteos, recuperación miofascial, hiit o entrenamiento suspendido con TRX.
“Nuestra propuesta permite adaptar el pilates a todos los niveles, edades y objetivos”, afirma Rosentgberg. Las clases se organizan en cuatro niveles progresivos, desde principiantes hasta sesiones avanzadas. Y siempre con una máxima: la excelencia en la instrucción. Los instructores de Club Pilates pasan por un riguroso proceso formativo de más de 500 horas, lo que garantiza una enseñanza segura, eficaz y personalizada.
Así es la propuesta de Club Pilates
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Un club abierto y accesible
Mientras muchas propuestas boutique se centran en horarios reducidos, Club Pilates apuesta por un modelo de disponibilidad total: de 7 de la mañana a 10 de la noche entre semana, y también durante el fin de semana. “Contamos con clubes operativos todo el día, con una rotación constante de clases para garantizar flexibilidad y disponibilidad real”, señala el directivo.
Además, trabajan con grupos reducidos de 12 personas, favoreciendo un seguimiento cercano y la generación de comunidad. “Para nosotros, la sala es solo el punto de partida”, añade. “Queremos que nuestros socios se sientan parte de algo. Organizamos actividades fuera del estudio cada mes, para fomentar la conexión y el sentido de pertenencia”.
Aunque tradicionalmente el pilates se ha asociado al público femenino, Rosentgberg destaca que “cada vez hay más hombres y más jóvenes en nuestras clases. La variedad de estilos, la exigencia física y los resultados han roto ese estereotipo. Hoy el pilates es para todos”.
“Queremos que nuestros socios se sientan parte de algo. Organizamos actividades fuera del estudio cada mes, para fomentar la conexión y el sentido de pertenencia”
Formación, soporte y “obsesión” por la operación
La obsesión por la calidad se traslada a todos los niveles del negocio, incluidos los procesos operativos y el acompañamiento al franquiciado. “No somos sólo una masterfranquicia: también gestionamos clubes propios, conocemos a fondo el negocio y ayudamos al franquiciado en todo, desde la búsqueda del local hasta la formación del equipo, el marketing o las operaciones”.
Con esta filosofía, Club Pilates ha lanzado en España su escuela oficial de formación para instructores, con cursos en Madrid y Barcelona. Una iniciativa que ha permitido a muchos socios convertirse en instructores certificados y dar un giro profesional a sus vidas. Una apuesta que supone a su vez una inversión de futuro, ya que compensa la falta de mano de obra cualificada del mercado.
Un negocio rentable y replicable
Todo este ecosistema se traduce en resultados. “Nuestros clubes alcanzan el break even desde su primer mes, y los retornos suelen llegar entre los 28 y 34 meses”, afirma Rosentgberg. Un modelo “sólido, escalable y validado en mercados tan competitivos como Estados Unidos” que ahora se adapta con éxito al mercado español.
“España es uno de los países más longevos del mundo, y el pilates es una herramienta perfecta para mejorar la calidad de vida. Si somos capaces de ofrecer un servicio de primer nivel, con atención personalizada, profesionalidad y comunidad, la gente lo valora. Esa es nuestra propuesta y nuestra diferencia”, sentencia.