DiR diversifica para volver a la rentabilidad y superar los 50 millones de ingresos en 2023

La gestora catalana estudia distintas fórmulas para crecer tanto con centros propios como con franquiciados y concesiones municipales. La compañía también apuesta por la digitalización para expandir sus servicios más allá de los clubes de su red.

DiR piscina recurso

DiR coge impulso gracias a la diversificación de su oferta. La cadena catalana de gimnasios prevé volver en 2023 a la rentabilidad e igualar o, incluso superar, la facturación obtenida en 2019, que fue de 50 millones de euros. Ello, tras un 2022 que cerró aún por debajo de la cifra de negocio del año previo a la pandemia, según ha podido saber 2Playbook.

Esta recuperación va de la mano del regreso de los abonados a los centros deportivo de su red. A cierre de 2022, la compañía daba servicio a unos 98.000 socios en los 20 clubes propios que gestiona bajo la marca DiR, lo que representa un 6,5% más que los 92.000 que aglutinaba en diciembre de 2019. La cifra se eleva por encima de los 140.000 inscritos si se suman los 13 BDiR, marca con la que gestiona centros de tamaño más reducido.

Volver a llenar los centros ha sido una de las prioridades de la cadena en estos últimos años para dejar atrás el impacto de la Covid-19, y para ello facilitó la vuelta de los socios a sus clubes mediante ofertas. “Estamos recibiendo más clientes, que vienen más veces a entrenar y son más jóvenes”, admite Gerard Figueras, subdirector general de DiR. La compañía reclama activamente que la Administración facilite el acceso a la práctica deportiva con ayudas fiscales.

Mientras tanto, explora nuevas vías para expandir su marca, tanto a nivel de centros como de producto. La compañía gestiona actualmente 89 centros y prevé crecer tanto con clubes propios como, sobre todo, con franquicias. Una expansión a dos velocidades que afronta abriendo la puerta a distintos modelos de negocio y de gestión. “Uno de nuestros objetivos es consolidarnos aún más en Barcelona, que es nuestra plaza de referencia. Aquí creemos que aún hay espacio para más centros DiR”, admite Figueras. De los 20 clubes propios con esta marca, 19 se encuentran en la capital catalana, mientras que otro se ubica en Sant Cugat del Vallès (Barcelona). En paralelo, ha flexibilizado su crecimiento con franquicias.

Por otro lado, DiR quiere empezar a mirar más allá de la gestión privada y que su apuesta por el segmento concesional no sea puntual. La gestora se adjudicó a finales del pasado año la gestión de un macrocomplejo deportivo en Premià de Dalt (Barcelona), que operará con el nombre DiR Premià de Dalt Centre Esportiu Municipal, y que se prevé que esté operativo a finales del primer semestre de 2024. Este centro servirá como prueba en el ámbito de la gestión de centros deportivos públicos. Si funciona bien, la compañía estudiará presentarse a nuevos concursos para gestionar centros deportivos municipales en Barcelona y en el resto de Cataluña.

El grupo, sin embargo, también estudia otras fórmulas para expandir su marca. Una de ellas es la reconversión de centros deportivos que integra a su red de franquicias, estrategia con la que ya ha integrado una docena de clubes independientes desde 2020. El último, el Pilmos Gym de Cornellà de Llobregat, ahora BDiR Montesa. A esta estrategia se suma otra: la de entrar en un centro a través de un contrato de prestación de servicios. Es el caso de DiR Fontanals Sport & Wellness, un club de golf en La Cerdanya, al norte de Cataluña, donde la cadena gestiona su gimnasio. En este sentido, está en conversaciones con otros clubes sociodeportivos de tenis y golf para entrar bajo esta misma fórmula aprovechando el amplio reconocimiento de marca y la experiencia de DiR, cadena fundada en 1989.

Otra vía de crecimiento, que ha traspasado las fronteras catalanas, es su línea de estudios YogaOne. Esta marca especializada en yoga, que actualmente gestiona 54 establecimientos, ha permitido a DiR ampliar su presencia por todo el país: además de Cataluña, ya cuenta con centros en Madrid, Navarra, Andalucía, Aragón, Comunidad Valenciana. Este mismo año también debutará en Castilla y León y pondrá en marcha su segundo estudio en Andalucía. La previsión de la cadena, que en 2024 cumplirá 45 años de historia, es alcanzar el centenar de centros franquiciados en los próximos meses.

 

Doble apuesta por la digitalización

El crecimiento de la cadena no sólo afectará a su red de centros, sino también a su producto. La compañía acaba de lanzar un nuevo servicio basado en entrenamiento personal digital para abonados y potenciales clientes que no están dados de alta. Podrá contratarse pagando una pequeña cuota. “Nuestro equipo de entrenadores realizará un plan a medida para cada usuario en función de sus objetivos, retos y disponibilidad para entrenar, y les hará un seguimiento semanal”, anuncia Figueras. Con ello, la cadena pretende sacar aún más provecho del talento de su plantilla acercándola a los usuarios.

En paralelo, la compañía sigue potenciando la emisión de clases de entrenamiento a través de DiR en casa, su plataforma de fitness digital. Ello le ha llevado a transformar las salas de algunos de sus centros en platós desde los que graba y emite clases que pueden consumirse en directo y a la carta desde otros gimnasios que forman parte o no de la cadena, así como desde casa. En sus clubes, la cadena ha instalado video walls, o grandes pantallas de alta definición desde donde pueden seguirse clases online en horas valle. De la mano de este sistema, DiR ha pasado de ofrecer 8.000 clases mensuales a 25.000 sesiones cada mes.

Esta apuesta digital se aplica también en el centro Ò Wellness que la cadena tiene en la Torre Agbar, en el distrito tecnológico de Barcelona. Aunque no sea su core business, tanto el segmento corporativo como los hoteles son, precisamente, otros dos frentes abiertos que la compañía está estudiando y donde podría extender su red en el futuro.

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