Fitness, deporte escolar y citas: el gasto de Madrid en deporte multiplica por siete al de Barcelona

La previsión de gasto del Ayuntamiento de Madrid para 2020 es de 175,2 millones de euros debido a la gestión directa de centros. En Barcelona, el presupuesto es de 25 millones de euros.

Gran Vía de Madrid.

La industria deportiva pide más inversión pública en deporte para mitigar el efecto de la Covid-19, pero también para combatir el sedentarismo y fomentar la actividad física, lo que tiene un impacto directo en que el ciudadano cada vez dedique más espacio al deporte en su cesta de la compra. Pero, ¿cuánta inversión pública destinan las dos principales ciudades del país a sus políticas deportivas? Madrid ha presupuestado 175,2 millones de euros para el sector en 2020, siete veces más que Barcelona, cuyo presupuesto es de 25 millones, según la previsión de gasto anunciada por cada consistorio.

Mientras que la capital catalana suele gastar aproximadamente lo que presupuesta, con la excepción de 2019, cuando gastó 2,7 millones más de lo previsto, Madrid suele anunciar un presupuesto más alto de lo que finalmente ejecuta. Sin ir más lejos, desde 2011 siempre ha gastado menos de lo que había previsto. En concreto, en 2019 el gasto real estuvo casi 26 millones por debajo de lo esperado. En 2018 la diferencia entre un importe y otro fue de más de 28 millones.

La brecha entre el gasto público deportivo de las dos ciudades ha sido una constante en la última década. Tomando el gasto ejecutado, el real a cierre de año, el presupuesto madrileño triplicó al de Barcelona en 2013. Un año después ya multiplicaba por cuatro la diferencia, mientras que en 2016 era por cinco. Ya en 2018, el gasto deportivo de Madrid era 5,6 veces mayor que el de Barcelona.

¿A qué se debe la mayor inversión madrileña en deporte? En primer lugar, a que los madrileños doblan en población a los barceloneses, con 3,2 millones y 1,6 millones de habitantes respectivamente, según las cifras oficiales del padrón municipal a enero de 2019. En segundo lugar, a que en la capital españa prevalece un modelo de gestión de instalaciones deportivas directo. Es decir: el consistorio asume los gastos y los ingresos de los gimnasios municipales que gestiona de manera directa, que son la inmensa mayoría en la ciudad.

Madrid cuenta con 74 centros deportivos municipales, y sólo once de ellos están gestionados bajo el modelo de colaboración público-privada, por la que cede la gestión a un operador a cambio de un canon anual y de asumir las inversiones que sean necesarias para mantener el complejo a punto. Así operan cadenas como GO fit, Forus, Enjoy Wellness, Duet Sports, Viding o CET10, a las que podrían sumarse más operadores, después de que el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, afirmara en julio su intención de construir diez complejos municipales hasta 2020, que operarán bajo este modelo.

En Barcelona, en cambio, operan menos complejos municipales: un total de 41 centros que están gestionados de manera indirecta, por lo que el Ejecutivo de Ada Colau no asume ni los gastos ni los ingresos. De ahí que el consistorio no tenga que destinar un presupuesto tan elevado para garantizar el servicio, que deriva a operadores como Eurofitness, Claror, CET10, Duet Sports, Holmes Place y otros clubes deportivos de la ciudad.

Mientras que en Madrid los 74 complejos dan servicio a 100.000 personas, los 41 centros de la capital catalana acogen a 200.000 abonados, según los datos previos al estallido de la pandemia. ¿Cómo afecta cada modelo de gestión al gasto? De los 175 millones de euros presupuestados para deporte en Madrid, el 81% va a parar al programa de instalaciones deportivas, con 141,9 millones en 2020. El gasto es especialmente elevado por los 107 millones de euros para cubrir sueldos y salarios del personal, puesto que el Ayuntamiento debe pagar a los empleados de los 62 complejos de gestión directa.

Además, en el programa de instalaciones también se computan los 21,1 millones en gastos corrientes (suministros, mantenimiento y alquileres) y las inversiones en mejorar los complejos, que en 2020 se prevé que sean de 12,8 millones de euros. De ahí que el equipo de Gobierno, liderado por Almeida y Begoña Villacís, prefiera fomentar el modelo de colaboración público-privada en la ciudad. “La idea es que empresas especializadas puedan prestar un buen servicio con tarifas fijadas en el Ayuntamiento para que sea accesible, al tiempo que se reduce el gasto del consistorio”, explicaba Sofía Miranda, responsable del área de deporte de Madrid, en una entrevista con 2Playbook.

El modelo al que miran es Barcelona, donde los gastos los asumen los gestores especializados, aunque el Ayuntamiento destina una parte a subvencionar actividades o costear algunas obras. El presupuesto para instalaciones en 2020 es de sólo 310.960 euros, un importe muy bajo en comparación con otros años. Por ejemplo, en 2019 se presupuestó 5,4 millones de euros, aunque finalmente se gastaron 10,1 millones porque no se había previsto una partida de inversión en infraestructuras por 4,6 millones.

Aún así, la principal inversión de Colau es la gestión y promoción del deporte. De los 25 millones presupuestados en total, 23,5 millones van a organizar eventos, como carreras populares, y fomentar la práctica de ejercicio en la ciudad. Madrid destina 29,2 millones de euros a este fin, a los que se suman cuatro millones para actuaciones deportivas en distritos.

Ambas ciudades han demostrado tener voluntad de albergar eventos deportivos de ámbito nacional e internacional, un aspecto en el que Barcelona ya estaba posicionada y que, tras varios años en que el Ejecutivo se alejó de esta tendencia, volvió a recuperar esta apuesta. Así lo demuestra la aportación de Barcelona al circuito de Barcelona-Catalunya, o que la ciudad esté dispuesta a presentar candidatura para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030, tras retirarse de la carrera en 2030. Madrid también ha acelerado en este aspecto y buscará albergar el Europeo de Atletismo de 2023, ser nombrada Capital Mundial del Deporte, así como retener la Copa Davis por una temporada más.

Que Madrid cuente con casi el doble de instalaciones deportivas municipales que Barcelona es determinante para entender por qué el presupuesto de la capital multiplica por siete al de la ciudad catalana. Tomando como referencia el gasto real de 2018 y la población que tenía cada municipio en aquel momento, el gasto deportivo por madrileño fue de 42,5 euros, casi el triple que en Barcelona.

A través del IBE, la capital catalana sólo destinó 14,9 euros a deporte por cada ciudadano, el menor importe desde 2013, cuando el consistorio empezó a ofrecer presupuestos abiertos. Aquel año, la inversión por habitante era de 23,1 euros; es decir, desde entonces el gasto deportivo por barcelonés ha caído un 55,4%. Es una tendencia opuesta a la de Madrid, que ha aumentado un 15,4% su gasto deportivo desde 2013.

 

Ayudas al deporte para mitigar el impacto de la Covid-19

Barcelona ha anunciado una subvención extraordinaria de tres millones de euros en ayudas a entidades y asociaciones deportivas sin ánimo de lucro. Esta partida va dirigida a ayudar a los clubes y entidades deportivas a asumir el pago del alquiler de espacios deportivos, el pago de licencias y la contratación del personal técnico.

Por su parte, el Ejecutivo de José Luis Martínez-Almeida ha aprobado una subvención extraordinaria de cuatro millones para rescatar al deporte base de Madrid, un importe que se suma a los 1,7 millones en ayudas económicas que ya se habían convocado.

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