Ligas, patrocinios y 340 millones de comercio: lo que se juega el deporte en la guerra Rusia-Ucrania

El conflicto deja en el aire la final de la Champions en San Petersburgo, pero también eventos de Euroliga, ATP o F-1. La presión de Occidente hace que Gazprom pierda algunos contratos. Rusia exportó 201 millones en artículos deportivos a la UE en 2020.

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J. Izquierdo / C. García

El deporte puede ser el motor de muchos cambios, pero también un elemento mediático a la hora de responder a las actuaciones de algunos países. Y eso es precisamente lo que sucedió ayer, después de que Rusia iniciara el conflicto armado con la invasión de Ucrania. La respuesta no se hizo esperar: la final de Champions League no se jugará en San Petersburgo, el Schalke 04 ha empezado a cortar lazos con Gazprom y el FC Barcelona se negó a viajar al país para jugar dos partidos de Euroliga. En juego hay más de 340 millones sólo en relaciones comerciales entre los dos países con la Unión Europea en cuanto a equipamiento deportivo, que se encarama a los más de 700 millones si se tiene en cuenta la venta de derechos audiovisuales o los patrocinios de marcas como Gazprom o 1XBET.

Las sanciones económicas y bloqueos por parte de la Otan y la Unión Europea (UE) se anunciaron de inmediato, y el retail deportivo mira con atención lo que pueda suceder. El país al que Vladimir Putin ha encaminado a una nueva guerra exporta anualmente 201 millones de euros en productos relacionados con la práctica deportiva al resto del Viejo Continente. Esta situación deja también en el aire los más de 54 millones de euros en productos que Ucrania exporta a países europeos.

La contundencia con la que se expresó la política no fue tal en el deporte, que fue modulando su posicionamiento a medida que pasaban las horas. Disciplinas como el fútbol, el baloncesto o el tenis cuentan con una gran representación de equipos y deportistas rusos, y lo primero que vino a la mente de muchos fue la final de la Champions League en San Petersburgo. La Uefa convocó inicialmente una reunión para hoy en la que analizar la situación, aunque al final de día ya trascendió que la decisión estaba tomada. La Orejona no viajará a Rusia, menos aún cuando jugadores de Dinamo de Kiev y Shaktar Donetsk se unieron para pedir a Brasil que los repatrie.

“Estamos tratando esta situación con la máxima seriedad y urgencia”, indicó Uefa en un comunicado, en el que dejaba claro que “comparte la importante preocupación de la comunidad internacional por la situación de seguridad que se desarrolla en Europa y condena enérgicamente la actual invasión militar rusa en Ucrania”. Y eso que la decisión que adopte puede tener importantes consecuencias económicas en su negocio.

En su vínculo con Rusia hay un nombre destacado, y no es otro que el de Gazprom.  La empresa pública, una de las mayores productoras de gas del mundo, aporta 40 millones de euros anuales a la institución. Respuesta de ello es, por ejemplo, la elección de San Petersburgo como sede de la final de la Champions de este año. Es un arma de influencia que ya usó Putin con la Fifa para asegurarse que el Mundial de 2018 se jugaba en el país. Las decisiones que adopte hoy el regulador europeo podrían impactar de lleno en esta relación.

A nivel de clubes, el gigante del Este ha construido la sexta liga más poderosa de Europa, con unos ingresos conjuntos de 804 millones de euros en 2020, según datos del propio regulador europeo, y una alta influencia de multinacionales muy próximas al Gobierno o directamente empresas públicas. Hoy su equipo estrella es el Zenit de San Petersburgo, único representante del país en la élite frente a una Ucrania abanderada por el Shakhtar Donetsk, un fijo en la Champions y que esta misma temporada se ha enfrentado al Real Madrid en fase de grupos, y el Dinamo de Kiev.

Este punto no es casual, y es que en Ucrania los pagos Uefa se hacen más evidentes que en ningún otro sitio. De media, sus clubes son, con diferencia, los más dependientes de estos ingresos del top-20 de ligas europeas. En 2020, el 79% del negocio de los equipos de la Primera División ucraniana provinieron de esta vía, con uno de los equipos -muy probablemente, el Shakhtar- en el que Uefa puso el 90% de su facturación el último año. De hecho, en el último año esta partida creció un 65%, hasta 100,33 millones, la sexta más alta de entre todas las ligas.

En Rusia, en cambio, los pagos Uefa supusieron un 22% de la facturación media de los clubes de la Premier League rusa. Cabe destacar también que Rusia es, entre el top-20 de ligas europeas, el país en el que más clubes son propiedad de alguna institución pública: 8 de 16, la mitad de la competición.

Allí, los clubes se financian principalmente con sus sponsors: de media, el 58% de los ingresos de los equipos de élite rusos provienen de los patrocinios y la publicidad. En 2020, 26,7 millones de euros de media por club en los 16 equipos que la componen.

Más allá del área comercial, la liga rusa, que venía al alza, con un 17% de crecimiento en ingresos cuando estalló la Covid -876 millones de euros a cierre de 2019-, apenas factura un 4% por ticketing y matchday. El 20% restante proviene de otros ingresos.

Echando la vista a los últimos diez años, entre 2012 y 2021, la inversión de los propietarios de los clubes en el fútbol de Rusia y Ucrania también se ha dejado notar. En Rusia, sus dueños han inyectado 730 millones de euros en sus equipos tras registrar unos números rojos de 988 millones de euros, el quinto mayor déficit entre las ligas europeas. También, apoyados por el Mundial de Rusia de 2018, los clubes han invertido 469 millones de euros en estadios y ciudades deportivas.

Las cifras rusas nada tienen que ver con las del fútbol ucraniano, que este jueves suspendió la liga. El negocio de su Primera División es casi siete veces menor. Compuesta por 14 equipos, la liga ingresó 127 millones de euros en 2020, con un alza del 30% interanual. Más allá de los pagos Uefa, la otra gran partida es la de sponsors, con cerca de 14 millones en 2020, un 11% del total. Shakhtar y Dinamo de Kiev copan la mayor parte de esta facturación en una liga en la que sus dueños han inyectado 234 millones de euros en sus clubes a causa de un agujero en el negocio de los clubes de 330 millones.

 

Otros deportes

La presencia rusa en el mundo del tenis es más destacable por sus jugadores que por albergar grandes eventos. Este mismo jueves la ATP dio a conocer el calendario de la segunda mitad del año en el circuito masculino de tenis. Y ahí aparece el VTB Kremlin Cup, un ATP 250 que se disputa en Moscú y que otorga 779.515 dólares (688.177 euros) en premios. La fecha, por ahora, se mantiene en la semana del 17 al 23 de octubre. Este torneo se disputa de forma simultánea junto a la edición femenina, un WTA 500 que reparte 565.530 (500.000 euros) en premios y que cuenta con el apoyo de la entidad bancaria VTB como title sponsor, además de la aerolínea Emirates y la relojera suiza Rado como patrocinadores oficiales.

En el circuito femenino, al torneo de Moscú hay que sumarle el Saint Petersburg Ladies Trophy, otro WTA 500 que se disputó hace tan sólo dos semanas y que repartió 703.580 dólares (621.139 euros) en premios. Su title sponsor es Gazprom, al que acompaña como patrocinadores compañías nacionales e internacionales como Erdal Trading, BetBoom, KazRosGas, Porsche, Canon, Babolat y Tassay. Además, esta competición -como tantas otras en el país- recibe financiación del Ministerio de Deportes de Rusia.

En el caso de la Copa Davis, pese a que la Federación Rusa es la actual campeona, no alberga ninguna de las sedes del torneo ni jugará partidos en casa en 2022 al no tener que jugar las fases clasificatorias. Lo mismo sucede en el caso de la Copa Federación, donde de nuevo las tenistas rusas se ahorrarán la fase previa y no acogerán ningún partido hasta una fase final todavía sin sede.

En el baloncesto, Rusia es una de las grandes potencias europeas. A nivel de clubes, cuenta con tres equipos en la Euroliga de este año, a través del CSKA de Moscú, el Unics Kazan y el Zenit de San Petersburgo. El primero de ellos, que fue durante mucho tiempo el equipo del Ejército Rojo en tiempos de la Unión Soviética, es uno de los equipos más poderosos del Viejo Continente. Su presupuesto fue de 31,5 millones de euros en la última temporada.

Y ahí tenía que viajar el Barça, que decidió no subirse al avión ante la grave situación que se ha generado. La Euroliga, que inicialmente había decidido mantener la planificación sin alterar, moduló su posición y aceptó que sólo se mantenga el calendario “a menos que la integridad de todos los equipos participantes esté en riesgo y/o existan decisiones gubernamentales que impidan que los juegos se celebren en circunstancias normales”.

En lo relativo al poder de Rusia en la competición, cabe destacar que la Euroliga cuenta con la financiera VTB como patrocinador oficial, mientras que Fedcom, propiedad del multimillonario ruso Aleksej Fedoricsev, es socio oficial y patrocinador principal del Mónaco, que compite en la máxima competición. Es una situación similar a la que vive en el fútbol el Schalke 04 de la Bundesliga, que tiene como main sponsor a Gazprom. En su caso, el representante puesto por la gasística en el consejo del club dimitió este jueves y su logo ha sido retirado de la camiseta. Está por ver si el Barça toma alguna medida frente a la casa de apuestas 1XBET, de la que cobra más de 8 millones al año.

En la Euroliga femenina, promovida por la federación internacional (Fiba), tres de los principales clubes son rusos: el UMMC Ekaterinburg, MBA Moscow y Dynamo Kursk. El primero de ellos es el vigente campeón y cuenta en sus filas con la española Alba Torrens.

En cuanto al balonmano, la influencia de esta guerra tiene relación con el patrocinio. El gasoducto que nace en Rusia y que conecta con Alemania, denominado Nord Stream 2, es uno de los principales patrocinadores de la Champions League masculina. La caída del proyecto, que desde Berlín han apuntado que queda en stand by, supondría un duro golpe a la federación internacional (EHF), promotora de la máxima competición europea de clubes. Esta temporada, además, el club ucraniano del HC Motor compite en la categoría.

En el mundo del motor la principal baza de Rusia se encuentra en la Fórmula 1, la que más dura podría ser su reacción al ser propiedad de Liberty Media, con sede en Estados Unidos. El circuito de Sochi alberga el Gran premio de Rusia que se mantiene en el calendario del campeonato del mundo de automovilismo desde 2014. Esta temporada la cita en la ciudad olímpica se celebraría en el fin de semana del 23 al 25 de septiembre. El circuito cuenta con la entidad bancaria VTB como patrocinador principal, que posee los title rights del evento desde 2017. 

En MotoGP Rusia no cuenta con ninguna prueba, pero a finales de 2020 se valoró su posible entrada en el calendario. La llegada del Mundial al gigante de Europa del Este pondría una piedra más en el plan de internacionalización y de generación de nuevos aficionados en todo el mundo en el que trabaja Dorna desde hace años. Tampoco tiene presencia en otras competiciones como el World Rally Championship o la Fórmula E. Aunque, en el caso de la prueba de monoplazas eléctricos contaron con un circuito urbano en Moscú en la temporada 2014-2015.

 

Macro

Al margen de la relevancia internacional que le dan los grandes eventos, los gobiernos regionales de Rusia invirtieron 363,1 billones de rubros (4.000 millones de euros) en cultura física y deportes a lo largo de 2020, una cifra récord que había ido aumentando año tras año, según Ceic Data. Para ponerlo en contexto, el gasto deportivo y recreativo de todas las administraciones españolas (gobiernos centrales y autonómicos, y ayuntamientos) en 2020 se elevó hasta 4.959 millones de euros según Eurostat, y en el total de los 27 países miembros de la UE el desembolso se elevó hasta 53.462 millones de euros. A diferencia del dato de Rusia, es importe no incluye la inversión cultural, lo que explica en parte de la brecha entre ese país y el agregado de los territorios de la UE.

En la actualidad hay más de 150.000 organizaciones deportivas en Rusia, desde fabricantes y distribuidores hasta organizadoras de competiciones, pasando por clubes y gimnasios, según el estudio The Russian Sport Industry. Del informe se desprende que el sector de los artículos y servicios deportivos mueve aproximadamente 7.000 millones de dólares (6.180 millones de euros) al año.

Está por ver cómo condiciona el conflicto bélico a la práctica deportiva de la sociedad, que es la que provoca que se genere este negocio. En las dos principales urbes del país más extenso del mundo, Moscú y San Petersburgo, el gasto anual por ciudadano es de 500 dólares (441 euros), según la Asociación Rusa de Empresas de la Industria Deportiva (Apsi), que actúa como patronal.

Uno de los principales problemas para Rusia reside en la posibilidad, puesta sobre la mesa, de imponer sanciones comerciales contra Rusia. Esta medida tendría un impacto importante sobre sus exportaciones de productos relacionados con el sector deportivo, ya que el país liderado por Putin presenta una balanza comercial muy positiva. Sus exportaciones de bienes deportivos a la UE en 2020 tuvieron un valor de 201,5 millones de euros, frente a unas importaciones de 23,9 millones de euros.  

Los principales países a los que vende Rusia son Italia y Polonia, con 34,8 millones y 27,2 millones euros, respectivamente, mientras que sus compras proceden principalmente de Alemania y Francia. En el caso de España, las compras a Rusia fueron de 2,4 millones de euros, mientras que las ventas apenas superaron los 327.000 euros en 2020.

Por su parte, Ucrania, tiene una balanza comercial de bienes deportivos negativa. Así, un bloqueo por parte de Rusia supondría frenar la entrada de más de 62 millones de euros en compras que realizó el país en 2020, mientras que las ventas que llevó a cabo supusieron un importe de 54,9 millones de euros. ¿Sus principales socios comerciales? El principal comprador de Ucrania es Polonia, con un gasto de 35,8 millones, mientras que el principal proveedor de artículos deportivos en 2020 fue Austria, con 32 millones.

En el caso de que finalmente se produjera un bloqueo comercial entre el Kremlin y el resto de países europeos los artículos que más perjudicados ser verían son el equipamiento y los productos para realizar gimnasia y deporte outdoor, así como los bienes relacionados con deportes acuáticos, que son los más intercambiados entre la UE y Rusia.

De este modo, el conflicto armado iniciado este jueves deja en al aire el futuro de varias cuestiones en el mundo deportivo, como la final de la Champions o los patrocinios de empresas como Gazprom o Nord Stream 2. Además, hay que recordar que Putin había anunciado que Rusia presentaría su candidatura para los Juegos Olímpicos de 2036, una posibilidad que cada vez parece más lejana.

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