Under Armour saca la tijera: recorta a la mitad su gasto en patrocinios, hasta 362 millones

La compañía estadounidense especializada en la fabricación y distribución de artículos deportivos ha roto algunos de sus principales acuerdos, como los de la NFL, y las universidades de Ucla y Berkeley.

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Tijeretazo de Under Armour a su gasto en patrocinios. La compañía estadounidense especializada en la fabricación y distribución de artículos deportivos destinó 362 millones de dólares (300 millones de euros) a este concepto en 2020, según se desprende de su memoria anual.

El gasto en esponsorización y marketing es casi la mitad de lo presupuestado en 2019, cuando alcanzó la cifra récord de 679 millones de dólares (558,6 millones de euros). El repliegue de Under Armour había comenzado años atrás, con su desescalada en el fútbol europeo, pero tras la llegada de la pandemia también puso a fin a algunos de sus principales contratos en EEUU.

Algunos de estos contratos incluyen a las universidades de Ucla, que ha demandado a la marca por finalizar de forma unilateral un contrato de 280 millones de dólares (230,3 millones de euros) y California-Berkeley, con la que tenía comprometidos hasta 85,6 millones de dólares (70,4 millones de euros).

A estos hay que añadir el acuerdo de licencia con la NFL, roto en la misma semana en la que Tom Brady, su principal patrocinado, ganaba la Super Bowl. Under Armour desinvierte así en el deporte de élite tras un período de cinco años en los que trató de arañar cuota a Nike y Adidas sobrepagando a las propiedades deportivas para explotar el patrocinio técnico.

El grupo cerró 2020 con unas pérdidas de 549 millones de dólares (454 millones de euros), que contrastan con el beneficio neto de 209,8 millones de dólares obtenido en 2019. A sus números rojos hay que añadir el plan de ajustes, que conllevó un gasto de 600 millones de dólares, cien más de lo previsto inicialmente, y que seguirá teniendo impacto en las cuentas de 2021, según Under Armour.

Sus ventas también se hundieron un 15%, hasta 4.474 millones de dólares (3.700 millones de euros). Todo ello tras un 2019 en el que la SEC, el órgano regulador del mercado de valores de Estados Unidos, abriera una investigación por las prácticas contables de la compañía, un proceso que aún no se ha cerrado.

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