El balonmano es un ejemplo de resiliencia en el deporte de alta competición español. Tras la Covid-19, el BM Ciudad de Logroño, tercer clasificado de la última Liga Sacyr Asobal, ha pasado de ofrecer 3.800 a sólo 600 asientos en el Palacio de los Deportes de La Rioja. Pero es que durante muchos meses el aforo fue cero. Esto generó una caída en su cifra de negocio que le generó pérdidas en 2020-2021, y que ha hecho que la directiva sea conservadora de cara a esta nueva campaña. “Hemos rebajado sobre un 20% el presupuesto para este curso”, explica Jaime González, gerente del club, a 2Playbook.
Como salvaguardia, el club cuenta con un notable apoyo público. Tanto el Ayuntamiento de Logroño como el Gobierno de La Rioja apoyan el proyecto de balonmano de élite en la capital riojana. En la 2020-2021 mantuvieron la misma partida por patrocinio -ambas marcas tienen presencia en la equipación- que antes de la Covid.
Para este curso, la partida pública se reducirá, pero desde el club se muestran comprensibles con la situación: “Las instituciones siempre nos han apoyado y les estamos muy agradecidos”, destaca González.
Uno de los retos que tiene la propiedad es crecer en el patrocinio privado, que “está mejor que el año pasado”. Actualmente, cuenta como socios con Vitaldent y varias empresas locales como las industriales Mayoral y Morte, entre otras. “La mayor parte del reparto de ingresos viene de instituciones, luego ticketing y, por último, los patrocinios privados”, explica González.
Ayudas del CSD: “Si llegan, bienvenidas serán”
Una de las claves para esta temporada en el BM Logroño es su vuelta a Europa. Una noticia de relevancia en lo deportivo, y también en lo económico. Y es que, su retorno a la EHF European League -también conocida como Liga Europa-, le permitirá abrir una ventana para incrementar sus ingresos durante esta campaña.
A falta de una mayor facturación por ticketing, donde el Logroño ha presupuestado una cifra “muy conservadora”, el equipo tiene ahora la oportunidad de crecer vía Europa. Eso sí, “aquí hay mil factores, como dónde juegas, hasta dónde llegas…”, apunta González. No es lo mismo jugar en Portugal que en Rusia. “Dependemos de muchos factores: aumenta la partida de ingresos, pero no sabremos cuánto subirá la del gasto hasta que acabe la temporada”, recuerda el directivo.
Por ende, no es tampoco sencillo saber cómo cerrará el ejercicio el club en materia financiera. “Preferimos ser cautos”, asegura el directivo riojano. Uno de los apoyos con los que debería poder contar este año el Logroño, así como el resto de sus rivales en Asobal, es con las ayudas de 2 millones comprometidas por el Consejo Superior de Deportes (CSD) para la élite del balonmano español.
Una partida que tiene como fin compensar las pérdidas de ingresos sufridas por los clubes en estas dos últimas campañas lastradas por la pandemia, pero de la que todavía no hay novedades. Sólo se sabe que en octubre habrá una nueva reunión de las partes, CSD y Asobal. En Logroño, al menos, “no hemos incorporado este dinero en el presupuesto de este año”. “No confiamos mucho en estas ayudas: cuando lleguen, bienvenidas serán”, apostilla González.