“Cuando cogimos el club teníamos un paciente en la UCI que ya ha pasado a planta, pero aún no tiene el alta”. Así describe Fernando Moral, presidente del Coosur Real Betis, la situación del club en los últimos años. La Covid-19 puso en jaque la recuperación, aunque la cooperativa andaluza y los recursos económicos que aporta el club de fútbol han permitido mantener el presupuesto en unos 3,5 millones de euros en 2020-2021. El plan a medio plazo es más ambicioso, duplicando el presupuesto y dando el salto al baloncesto femenino.

“Para llegar a un presupuesto de entre seis millones y siete millones de euros tenemos que sumar más patrocinadores y mejorar en el número de abonados”, admite Moral en conversación con 2Playbook. El objetivo para este año es que el ticketing y los ingresos por matchday representen en torno a un 20% del negocio total, mientras que el patrocinio privado, con Coosur a la cabeza, aporta en torno a otro 20%.

“Nuestro patrocinio es más corporativo y reputacional, ya que somos una marca conocida nacional e internacionalmente”, explica Álvaro Guillén, consejero de Acesur, cooperativa de la que pende la marca. “Con el Betis tenemos la oportunidad de hacer acciones transversales con el fútbol, donde la presencia en la U televisiva nos da visibilidad internacional, y con el baloncesto a nivel nacional, donde el naming es el principal activo”, destaca.

El contrato de Coosur con el Real Betis expira en 2022. Se desconoce la cuantía económica del mismo, aunque su anterior principal patrocinador principal, Energía Plus, aportaba en torno a 800.000 euros anuales. Fue en el periodo de transición entre que el club tramitaba la compra de las acciones a CaixaBank y el presidente, Ángel Haro, decidió que su empresa salvara los ingresos de ese año.

El contrato con Coosur expira esta temporada y el club busca su renovación como pilar del proyecto

Tanto Moral como Guillén sostienen que “la sintonía es muy buena y el retorno ha sido muy positivo”, pero las negociaciones siguen abiertas. “Tenemos que sentarnos a evaluar cuando acabe esta temporada en función al rendimiento y otros factores”, adelanta Guillén. La permanencia se antoja fundamental tanto para retener a Coosur como para construir el proyecto a medio plazo.

Moral apunta a cuatro vías de crecimiento para alcanzar el objetivo de doblar el presupuesto. La primera, un mayor apoyo institucional, principalmente de la Diputación de Sevilla. “Los apoyos más importantes para los clubes siempre vienen de la Diputación, necesitamos que den ese paso para crecer y tener recursos para impulsar la cantera, las escuelas y el baloncesto femenino”, subraya.

Otra vía de ingresos a la que apunta Moral es un obtener más ingresos en el reparto de la ACB. “Hasta la Covid estábamos en una línea ascendente y tenemos confianza en que la liga encontrará fórmulas para seguir aumentando el reparto y que no entre en una etapa meseta”, afirma. Aún se desconoce la aportación de Endesa y Movistar+ tras las últimas renovaciones, al igual que la cuantía que desembolsa Toyota y si es suficiente para compensar e, incluso, superar, la pérdida de Kia, El Corte Inglés, 888 Sport o Caixabank en los últimos dos años.

El plan forma parte de un conjunto de medidas mayores. El Real Betis se ha fijado como objetivo a medio plazo que todas sus secciones sean sostenibles por sí mismas a medio plazo. De momento, aún está lejos de lograrlo, y las pérdidas de 2020-2021 serán compensadas por el club de fútbol y las ayudas del CSD. Estas aportaciones, sin embargo, aún no se han definido y dependerán de las pérdidas que acredite cada club, entre otros factores económicos.

El Betis compensará las pérdidas de 2021-2022 a falta de conocer el reparto del CSD

“Nosotros somos conscientes del trabajo que tenemos que hacer, pero la Covid ha obligado a contener el gasto y paralizar algunos proyectos”, lamenta Moral. Uno de ellos es la creación de la sección femenina, que aspira a ser una de las puntas de lanza en los próximos años. “Iniciamos conversaciones con clubes de Sevilla para integrar su estructura y empezar a construir desde la base con idea de llegar a tener equipo profesional”, explica el presidente.

“Las conversaciones siguen y si no se ha producido ha sido por la situación actual. A día de hoy, si no incorporáramos a la mujer en el club estaríamos de espaldas a la realidad y también a patrocinadores e instituciones. Hay mucho interés en desarrollarlo y cada vez más nos reclaman dar ese paso”, sostiene. “Lo que no vamos a hacer es empezar desde arriba, porque no tenemos experiencia ni conocimiento en una liga consolidada como la femenina y debe ser una transición natural de llegar a la élite, como han hecho otros clubes”.

Es una estrategia por la que en su día apostó Valencia Basket, mucho antes Movistar Estudiantes y, más recientemente, Unicaja. Casademont Zaragoza, sin embargo, se hizo con la plaza del Mannfilter, que actualmente está integrado en su estructura y únicamente gestiona la cantera femenina.

El desarrollo del básquet femenino irá directamente ligado al proyecto de cantera. “Lo estamos trabajando de forma que el club aporte valor a la ciudad y la provincia”, afirma Moral. “Cada semana estamos yendo a distintas ciudades para cerrar acuerdos con sus ayuntamientos y crear una red de escuelas. Eso nos permite hacer más fuerte al baloncesto en Andalucía, donde es el segundo deporte con más federados, y construir nuestra marca entre las nuevas generaciones y sus familias”.

El proyecto femenino tuvo que paralizarse por la pandemia pero se suceden las conversaciones

De esta forma se busca un retorno tanto en potenciales abonados como en la captación de talento. De hecho, aunque ahora la presencia de canteranos tiene un papel testimonial en el club, esta será una de las señas de identidad del proyecto a medio plazo. “En su día, antes del Betis, se ficharon y desarrollaron desde pequeños a jugadores como Satoransky o Porzingis, que fueron vendidos al Barça y los Knicks de la NBA. Esa inversión pensando en ser un club formador y vendedor debe ser otro pilar de nuevo”, destaca Moral.

Finalmente, en cuanto a la inversión en infraestructuras, el club sigue trabajando en la mejora del pabellón. Coosur Real Betis juega en el San Pablo, cuyo propietario es el Ayuntamiento. Construido en los años 80, es uno de los recintos más vetustos de la ACB, con capacidad para 7.600 espectadores. “Hay compromiso para seguir invirtiendo, pero dependemos de la subvención anual pública”, explica Moral.

En el último año se han introducido las luces LED para mejorar la visibilidad de los patrocinadores en las retransmisiones, se ha impermeabilizado la cubierta y se han realizado otras mejoras. “Seguiremos reformando San Pablo con apoyo público; la siguiente será la calefacción, una reivindicación histórica”.

Por ahora, el Betis no construirá su propio pabellón para el baloncesto y el fútbol sala, aunque sí incluirá un pabellón de entrenamiento en su nueva ciudad deportiva. “La idea es que todo esté integrado, que todas las secciones compartan espacio”, asegura Moral. Esta será otra potencial vía de ingresos que desde la sección de baloncesto esperan usar como reclamo para seguir sumando patrocinadores, tanto de primera línea como Coosur, como de ámbito local y regional, los más damnificados por las emisiones de los partidos en la televisión de pago.