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ACB: la Covid-19 se come un 30% de fans y deja la asistencia media de 2021-2022 en 4.686 personas

La ocupación media cayó al 56,6%, aunque el indicador subió al 64,8% cuando los pabellones estuvieron al 100% de capacidad y hasta el último encuentro de liga. Aun así, está por debajo de 2019-2020, que fue del 75% con 6.693 espectadores de media.

Baloncesto Fuenlarbada Burgos 2021 2022 ACB Photo   BB Hojas lpr
Baloncesto Fuenlarbada Burgos 2021 2022 ACB Photo BB Hojas lpr

Parones, aluvión de partidos aplazados, malabarismos con el calendario, cepo al aforo… La ACB ha sobrevivido a una temporada más conviviendo con la Covid-19. Lo hace esquivando todos los obstáculos y enfilando el restablecimiento del negocio de sus clubes, pero con un gran reto por delante: recuperar la asistencia perdidos. La Covid-19 se ha comido un 30% de la asistencia media a los pabellones de la Liga Endesa en 2021-2022, según los datos de 2Playbook Intelligence, la unidad de inteligencia de mercado de 2Playbook.

La asistencia media en la última temporada se ha situado en 4.686 espectadores por partido. Son más de un millar de aficionados menos en las gradas durante el curso, aunque con un matiz. En 2021-2022 solo se ha podido contar con el 100% de aforo desde marzo, y el resto del año se ha movido a intervalos de entre el 50% y el 80%, en función de cada comunidad autónoma. Son datos que dejan dos lecturas. Por un lado, que la asistencia media ha resistido teniendo en cuenta las limitaciones de aforo, con clubes como Manresa o Burgos al 100% de capacidad permitida y, por otro lado, que en las últimas jornadas ya se notaron los brotes verdes, con una remontada de casi nueve puntos en la afluencia de público, clave de cara a 2022-2023.

El impacto aún tendrá consecuencias sobre las cuentas de los clubes. La mayoría, sin embargo, ya había optado por una política conservadora y volver a reducir sus ingresos por ticketing en previsión de nuevas medidas que impidieran disputar partidos con la totalidad del aforo.

Es el caso de BitCi Baskonia y Surne Bilbao Basket, que finalizaron 2019-2020 en cuarta y quinta posición en asistencia, respectivamente. Los vitorianos lograron meter en el Buesa Arena 8.931 personas por choque hasta que se paró la competición en marzo de 2020, por los 8.500 de los bilbaínos. Este año ambos han perdido más de un 28% de afluencia en las gradas y, aun así, están por debajo de la caída que se ha producido en toda la ACB.

 

Una situación similar sucede con Hereda San Pablo Burgos. Ni la pandemia ni el descenso le han impedido ser por tercer segundo año consecutivo el club con mayor promedio de asistencia de la ACB. Tras llenar el Coliseum en su último encuentro, ha cerrado 2021-2022 con 7.747 espectadores cuando ha jugado como local, un 19,8% menos que en 2019-2020.

Es más, a pesar de las circunstancias deportivas, ha sido el sexto club que mejor ha contenido la fuga de aficionados. Además, ha liderado por cuarto año seguido en tasa de ocupación del pabellón, siendo el único club por encima del 80%. Eso sí, la merma de ingresos será considerable, pues al menos dos tercios de su negocio están directa o indirectamente vinculados al ticketing y la partida de abonos se ha dejado a cero este año para compensar a los socios que lo pagaron el año pasado y no pudieron disfrutar casi ningún partido.

A falta de conocer los planes tras el descenso, el agujero de la pandemia se ha cifrado entre 400.000 euros y 800.000 euros. “Los socios nos han financiado anticipando el abono, así que el golpe real vendrá este año”, admitía a 2Playbook su presidente, Félix Sancho. “Más que por el resultado financiero, es por los problemas de tesorería que nos genera”.

 

En la misma línea se mueve Isabel Iturbe, presidenta de Surne Bilbao Basket: “Ya dejamos a cero la partida de ticketing en 2020-2021 y este año hemos sido muy prudentes con el presupuesto, aunque hemos notado que la buena inercia deportiva del equipo en momentos clave de la temporada aceleró las ganas de volver al campo”, explicó el mes pasado a este medio.

Recuperar a los abonados perdidos será el gran caballo de batalla de los clubes en verano. La mayoría admite que aún no ha definido la campaña de abonados, pues aún debe jugar play-offs o acaba de cerrar la temporada. Pablo Ortiz, director de negocio de BitCi Baskonia, admite que el foco estará en “enfatizar la vuelta a una temporada normal”. “Hemos notado reticencia a volver en algunos tipos de aficionados, y también el calendario ha jugado un papel, por eso importante recuperar este mensaje”, añade.

El mayor golpe se lo han llevado clubes que han rendido por debajo de las expectativas deportivas. Es el caso de Basket Zaragoza, que ha perdido un 45,4% de su asistencia media respecto a 2019-2020, hasta 5.025 espectadores. También de Andorra y Unicaja, donde la Covid-19 ha engullido a un 44,8% de su masa social, hasta 4.288 espectadores de media en 2021-2022.

 

Baloncesto Fuenlabrada, CB Gran Canaria y Real Madrid se encuentran por encima de la media de la ACB en aficionados perdidos, superior al 30%. ¿Quiénes han resistido mejor? Los clubes con grandes pabellones que no se acercan a los límites de ocupación. Así, FC Barcelona o Joventut han logrado reducir la caída de aficionados en un 11,2% y 7,8%, respectivamente. Otros, como Obradoiro, Manresa o Ucam Murcia también han logrado resistir y contener la caída por debajo del 20%.

En el caso de manresanos y murcianos, el rendimiento deportivo ha sido clave para convencer al aficionado. Lo mismo sucede con Breogán, recién ascendido, y que ha logrado una asistencia media de 4.349 personas, casi igual a la de 2018-2019, su última temporada en ACB.

En cuanto a la ocupación media de los pabellones, ha caído casi veinte puntos en 2021-2022, hasta un 56,3%. Corresponde exactamente con el aforo reducido que han tenido que asumir los clubes durante cerca de dos tercios de temporada. El Gobierno fue abriendo los pabellones hasta un 80% de su capacidad según avanzaban los meses, y equipos como Burgos, Manresa, Breogán u Obradoiro han estado por encima del 70% de ocupación pese a las limitaciones.

La mayor caída la ha asumido el Real Madrid, que ha pasado de una tasa de ocupación media del 61,7% en 2019-2020 al 38,1% este año. También Unicaja, que ha llenado la mitad del pabellón si se compara con su trayectoria pre-Covid, o Andorra, que con un recinto de apenas 5.000 espectadores ha sido de los más penalizados por las restricciones y ha dejado su ocupación media en un 51,1%. 

 

Y tras la Copa, la recuperación

El 16 de febrero se dio luz verde a que los pabellones ACB pudieran recuperar el 100% del aforo. Eso sí, se hizo a partir del 4 de marzo, tras parar para disputar la Copa del Rey de Granada. En total, entre cuatro y seis jornadas a disputar por club, según los partidos aplazados que hubiera que recuperar y el resto de los encuentros restantes de la temporada.

Los datos confirman la remontada en estos últimos dos meses y medio. Del 56,3% de ocupación media se pasó al 64,8% en estas jornadas. Además, la asistencia media también fue superior. De las 4.673 personas entre los 18 equipos en todo 2021-2022, a 5.312 personas entre marzo y mayo, coincidiendo además con jornadas clave para la salvación o los play-offs de más de la mitad de las entidades.

De nuevo, San Pablo Burgos se situó a la cabeza con una asistencia media de casi 9.125 personas, acariciando el 100% de ocupación. Baloncesto Fuenlabrada, también en la pelea por la permanencia, logró una media de 4.800 aficionados en el Fernando Martín en las jornadas clave, una ocupación del 84,2%, apenas ligeramente por debajo a la de las últimas temporadas sin pandemia.

 

También Manresa rozó el 100% de su capacidad y otros clubes como Obradoiro y Tenerife volvieron a situarse por encima del 80%, con 4.915 aficionados y 4.190 personas de media, respectivamente. De hecho, solo siete clubes se quedaron por debajo de la ocupación media en estas jornadas y todos coinciden con los que juegan en grandes pabellones de más de 8.000 espectadores: Casemont Zaragoza, Valencia Basket, Real Madrid, Unicaja, Joventut, BitCi Baskonia y Gran Canaria.

Es un ejemplo más de la dificultad de llenar grandes recintos deportivos en la ACB. También de la necesidad de recuperar masa social de cara a 2022-2023. Los ingresos por venta de abonos y entradas no tienen una aportación crucial en el presupuesto anual, salvo excepciones, pero será un indicador de cara a las marcas y el termómetro para medir la implantación social de los proyectos en sus ciudades.

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