El fútbol francés dobla pérdidas hasta 685 millones en 2020-2021 lastrado por el ‘Big-3’ y traspasos

La Ligue-1 y la Ligue-2 alcanzan un lustro en negativo, con unos números rojos acumulados de 1.760 millones; un 54%, en pandemia. Los clubes se dejaron un 20% de ingresos respecto a presupuesto, compensados en parte con inyecciones de los dueños.

Olympique Marsella 2021 2022

Sólo tres de los veinte clubes de la Ligue-1 cerraron 2020-2021 con beneficio. Este dato explica a las claras un aspecto más grave: el fútbol francés no es sostenible. Porque los 685 millones de euros que perdieron sus clubes profesionales en la última temporada no responden a una situación puntual derivada por la Covid: en el último lustro, el país vecino ha acumulado números rojos año tras año hasta alcanzar los 1.760 millones de euros, según los datos extraídos por 2Playbook Intelligence, la unidad de inteligencia de mercado de 2Playbook, que recopila en tiempo real los estados financieros de los clubes de fútbol de las cinco grandes ligas.

En lo que respecta a la 2020-2021, los estados financieros de cada uno de sus 40 clubes, a los que ha accedido 2Playbook, aportan un diagnóstico claro: PSG, Olympique de Lyon y de Marsella, el Big-3 del fútbol francés, han arrastrado a la competición a sus peores números de la historia. Entre los tres generaron un 63% de las pérdidas de la Primera División, con 408 millones de euros de déficit. Sólo los parisinos se dejaron 224,3 millones de euros. Pocas semanas después ficharon a Lionel Messi y retuvieron a Kylian Mbappé.

Pero más allá del efecto multiplicador de los tres grandes, el agujero del fútbol francés es general. Sólo Dijon (descendido), Stade de Reims y AS Saint-Étienne –en proceso de venta– generaron beneficios, y entre los tres no sumaron más de 2,3 millones de euros, según la información del último año y la recopilada cada ejercicio por la Dirección Nacional de Control de Gestión (Dcng), el equivalente al departamento de control económico de LaLiga. Por todo ello resulta necesario analizar los motivos que han hundido al fútbol galo, que arrastra unos números rojos de 954,3 millones de euros en pandemia.

Antes de entrar en las partidas ordinarias de la cifra de negocio, la Ligue-1 y la Ligue-2 se han caracterizado en este siglo en rentabilizar su inagotable producción de futbolistas. En muchos casos, fiando su negocio a este punto. Cuando llega la Covid, el mercado de traspasos se seca. En consecuencia, las ventas de futbolistas han pasado de aportar 739,6 millones de euros (2018-2019) a 408,5 millones de euros en dos cursos. O lo que es igual: los clubes han dejado de ingresar un 45% por esta vía en pandemia. En la última temporada, el roto fue de 329,8 millones, con un descenso del 49% interanual.

Ante esta situación, que refleja un modelo dependiente del mercado de traspasos, la gestora del fútbol profesional y la Federación Francesa de Fútbol (FFF) acordaron endurecer el control sobre la categoría a finales de 2019. En Ligue-1, las plusvalías cayeron un 49%, hasta 320,5 millones, al doble de velocidad que la Ligue-2, que ganó 88 millones por ventas, un 23% menos.

 

La puerta cerrada: un golpe de 162 millones

El efecto de las plusvalías en los clubes y la competición se visualiza en los ingresos ordinarios. La Ligue-1 mejoró su cifra negocio un 1% en 2020-2021, hasta superar los 1.614 millones de euros. En ello, destacan los ingresos por derechos audiovisuales, que se elevaron un 21%, hasta 835,7 millones de euros. Un impulso “insuficiente” para igualar los ingresos de 2018-2019 (900,8 millones), apunta la Dcng. La comisión de la LFP reconoce “una distribución desigual” de la principal partida de ingresos, de la que el Big-3 (PSG, OL y OM) representan un 43,3% del total de la Ligue-1.

Claro está que más de la mitad de los ingresos audiovisuales de los grandes clubes los reciben por su participación en las competiciones europeas. Además, el aplazamiento de la fase final de la Champions League de 2019-2020, que se disputó más allá del 30 de junio de 2020, supuso otro espaldarazo a la facturación del semifinalista Olympique de Lyon y del finalista PSG, que en la última temporada llegó otra vez a colocarse entre los cuatro mejores de Europa. Los parisinos cobraron 146 millones por Champions, frente los 50,2 millones de la competición doméstica. Un 72,3% provino de Uefa para un total de 201,8 millones.

Y si la diferencia es tal, parte importante la tiene la inestabilidad que ha vivido la Ligue-1 para encontrar un socio audiovisual. Tras la salida de Mediapro, que debía aportar 780 millones de euros anuales en el ciclo 2020-2024, el amago de renuncia de Canal+ dejó en el limbo otros 332 millones de euros. Cifras claves para la sostenibilidad de los clubes, que ahora confían en dar la vuelta a la situación con una innovadora alianza: es la primera gran liga europea en firmar a Amazon Prime como socio principal, a cambio de 250 millones de euros anuales. Una notable caída en la valoración, que ajusta a la mitad esta partida de ingresos (663 millones).

Al mismo ritmo que la tele creció la partida de otros ingresos en la liga, que aportaron 319,4 millones, y que sirvieron para compensar los ajustes en patrocinios y, sobre todo, en matchday. El cierre al público de los estadios le supuso un golpe de 162 millones de euros a la Ligue-1, que apenas facturó 7,9 millones de euros por este concepto en total.

En el área comercial, la crisis económica obligó a muchos equipos a renegociar sus acuerdos, lo que les supuso facturar un 5% menos por patrocinios y publicidad: 451,3 millones de euros. Y la partida sería mucho menor de no ser por el efecto distorsionador del PSG, que representa casi la mitad de todo este negocio.

Los gastos, por su parte, aumentaron a un mayor ritmo que los ingresos. Los costes de personal –donde se incluyen los salarios a la plantilla deportiva– se destinaron 1.200 millones de euros, un 9% más interanual. En este sentido, el valor de las plantillas de los clubes de la Ligue-1 menguaron un 19% durante la última temporada, hasta 1.028 millones de euros. El PSG supone una quinta parte, con una valoración de 233,4 millones.

 

Los dueños inyectaron 180 millones más

Con todo ello, los clubes no lograron cumplir con presupuestos, que se desajustaron en un 20%, según la Dcng que lo justifica por “la crisis de los derechos de televisión y la sanitaria”. Para compensarlo, los dueños inyectaron 225,6 millones de euros, además de aportar ingresos extraordinarios que se elevaron en 180 millones de euros, principalmente por el modelo con el que el dueño del AS Mónaco financia el proyecto.

Asimismo, la deuda financiera de los clubes de Primera se disparó un 62%, hasta 937,4 millones de euros. En la suma de créditos y compromisos, la deuda total ascendió a 2.581 millones de euros, un 15% más interanual.

Mientras, en Ligue-2, la ya analizada sequía del mercado de traspasos ahogó sus esperanzas de volver a salvar el beneficio, como sí hicieran en 2019-2020. El negocio ordinario creció, un 3%, hasta 199 millones de euros, pero fue insuficiente: la competición reportó unas pérdidas de 39,2 millones de euros.

La mitad de sus equipos cerraron el ejercicio con números rojos, aunque el agujero tiene truco: la gran mayoría del déficit acumulado lo generaron tres equipos: AJ Auxerre, SM Caen y Havre AC. Ninguno de ellos subió.

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