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El KO de Wall Street a la WWE-UFC: el gigante de la lucha pierde 7.000 millones de valor en Bolsa

El nuevo holding formado por ambas competiciones ha perdido la confianza inicial de los inversores, con un retroceso del 30% en su capitalización. La compañía factura más de 2.500 millones y su contrato récord por TV en EEUU no ha acabado de convencer.

WWE 2023

La WWE y la UFC han recibido un primer KO de Wall Street en su primer asalto en Bolsa para crear un gigante de los eventos de lucha. TKO Group Holdings, el grupo creado por Endeavor a partir de la fusión de la WWE y la UFC, ha perdido más de un 27% de su capitalización desde máximos en agosto y un 19% desde que debutó como grupo en septiembre. Es decir, que hoy el grupo vale 7.000 millones de dólares (6.600 millones de euros) menos que el valor de empresa que se fijó de inicio.

El holding no ha logrado la confianza de los inversores, que ponen en duda que sea capaz de mantener las previsiones de rentabilidad y de generar un negocio muy superior a los 2.500 millones de dólares que actualmente genera. En el plan inicial de Endeavor, se establecieron unas sinergias potenciales en cuanto a ingresos que podrían alcanzar los 400 millones de dólares extra de facturación a partir de 2026 con una mayor agregación de activos comerciales y audiovisuales, así como más de 50 millones de dólares en ahorro de costes.

Sin embargo, las dudas respecto a la fusión entre la WWE, gestora de espectáculos de lucha libre, con la UFC, promotora de eventos de MMA, no han tardado en surtir efecto y han impactado en la valoración del nuevo holding. El precio de sus acciones se ha hundido, pasando de 103,05 dólares el primer día de cotización, el 14 de septiembre, a apenas 80,82 euros a cierre del lunes 9 de octubre. La capitalización de la compañía se ha hundido, desde los 8.482 millones de dólares del debut a los 6.896 millones de dólares de ahora. El valor del negocio, que se cifró en 21.400 millones de dólares (20.000 millones de euros), ahora estaría  en 14.200 millones de dólares (13.414 millones de euros). Es decir, un descenso del 30% del valor bursátil.

La nueva compañía de espectáculos de lucha  está liderada por Ari Emanuel, propietario del gigante deportivo IMG y de la UFC, y está integrada en la matriz, Endeavor, que facturó 5.268 millones de dólares (4.969 millones de euros) en 2022. También forman parte del grupo otras líneas de negocio como la representación deportiva y los derechos, experiencias y hospitality de eventos premium como la Super Bowl, March Madness o Miami Open.

Emanuel justificó esta operación corporativa tras su anuncio porque “es una extraña oportunidad para crear un pure player de eventos en directos globales y de entretenimiento, que es hacia donde se dirige la industria”. Además, se trata de competiciones complementarias cuyo foco del negocio no está únicamente en el plano deportivo, sino que han pivotado hasta convertirse en dos de los principales generadores de contenido digital.

A falta de conocer cómo se repartirá la tarta de ingresos una vez se combinen los negocios de la WWE y la UFC, la del primero fue así en 2022: la venta de derechos audiovisuales aporta el grueso del negocio, con 1.034 millones de dólares (942,6 millones de euros), mientras que los eventos en directo duplicaron sus ventas, hasta 123 millones de dólares (112 millones de euros). La venta de artículos licenciados ya es incluso superior, y alcanzó 134,5 millones de dólares (122,6 millones de euros).

Son indicadores clave para medir el engage que tiene entre sus aficionados. Así lo explicaba Nick Khan, nombrado consejero delegado este año tras la vuelta de Vince McMahon como presidente ejecutivo para liderar la venta de la empresa: “Hemos demostrado la fortaleza de nuestro contenido y nuestra marca, que ha derivado en un mayor engage de audiencia y monetización en múltiples plataformas”.

La propia gestora asumía en su memoria anual que el año pasado hubo “una demanda sin precedentes en eventos como Royal Rumble, Survivor Series y Extreme Rules”. Y sus eventos internacionales, cada vez más numerosos, siguen batiendo récords históricos cada año.

La WWE vendió los derechos audiovisuales en EEUU a NBC y USA Network por 1.400 millones de dólares 

De hecho, el grupo anunció esta misma semana que el WWE Fastlane de 2023 alcanzó cifras récord de audiencia, ticketing y patrocinio y se convirtió en el de mayor recaudación de la historia de la WWE. El evento, disputado en Indianápolis, aumentó en un 71% su audiencia en comparación al récord previo alcanzado en 2021; incrementó un 31% la venta de entradas en comparación con la edición de 2016; y aumentó un 60% los ingresos comerciales, respecto al Fastlane de 2021.  

Lo mismo sucede con la UFC, a la que le ha salido competencia en Europa con la nueva joint venture formada por la Professional Fighters League (PFL) y Dazn para crear su propia liga en un continente donde hasta ahora no tiene presencia.

Endeavor, por su parte, confía que la fusión abra “un crecimiento significativo en todas las áreas de ingresos, incluyendo derechos audiovisuales domésticos e internacionales, venta de entradas y una mejor organización operativa y de eventos”. También apunta a nuevas posibilidades como la venta conjunta de patrocinios, licensing y hospitality premium, líneas de negocio que pueden cobrar mayor envergadura.

La WWE, además, cerró a finales de septiembre un acuerdo con la NBC por 1.400 millones de dólares (1.314 millones de euros) para los próximos cinco años. El nuevo contrato, que se pondrá en marcha en octubre de 2024, supone un aumento de aproximadamente el 40% del fee anual. Este es otro factor clave que propició la valoración al alza en la operación de compra. 

McMahon ya destacó en su momento que el nuevo ciclo “tendrá lugar en un entorno audiovisual y de entretenimiento totalmente cambiante, y explorar alternativas estratégicas en esta coyuntura crítica nos permitirá capitalizar el valor de nuestra propiedad intelectual”. 

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