LaLiga: financiación ‘verde’ para alimentar un patrimonio inmobiliario de 1.900 millones

La inversión neta en infraestructuras de los clubes durante las últimas seis temporadas roza los 1.244 millones de euros. Real Betis o Alavés, entre otros, plantean reactivar proyectos con el apoyo de fondos europeos destinados a la sostenibilidad.

betis ciudad deportiva

Jabier Izquierdo / Marc Menchén

La industria del fútbol piensa en verde para hacer un mundo mejor, pero también para alimentar su patrimonio y ser más atractivos en la captación de talento. Con el foco puesto en la sostenibilidad y el cuidado del medioambiente, no son pocos los clubes de LaLiga que están buscando fórmulas para captar fondos públicos que faciliten el desarrollo de proyectos inmobiliarios. Ciudades deportivas, estadios y pabellones… En total, el patrimonio en ladrillo del fútbol profesional alcanzaba los 1.916,4 millones de euros en 2019-2020, según datos extraídos por 2Playbook Intelligence, la herramienta de inteligencia de mercado de 2Playbook.

Una cifra ínfima en comparación con otros mercados, como el británico, ya que en España apenas una decena de clubes cuentan con un estadio o instalaciones en propiedad. La Administración es el gran tenedor en el real estate del fútbol nacional. Ahora resta ver, si es aprobado este jueves, el impacto del acuerdo entre LaLiga y CVC, que tiene en el crecimiento patrimonial de los clubes uno de sus grandes retos: el 70% de los 2.430 millones en préstamos que percibirán los equipos deberán ser invertidos en infraestructuras. Es decir, 1.701 millones de euros para los 42 equipos de Primera y Segunda División cuyo destino previsto son estadios, ciudades deportivas, oficinas... O el hub, con apartamentos incluidos, que proyecta la SD Ponferradina en su nueva casa social.

Los dos primeros clubes que han anunciado su intención de apoyarse en fondos europeos son el Real Betis y el Deportivo Alavés; este último, a través de su propiedad, el grupo Baskonia-Alavés. El equipo verdiblanco es quien más avanzado tiene su plan patrimonial. Su objetivo es levantar una ciudad deportiva valorada en 30 millones de euros de la que el 70% de la financiación proceda de la Unión Europea (UE), a través de sus programas para la construcción sostenible. Y para facilitar la entrada del capital, por ejemplo, ha puesto en marcha Forever Green, una plataforma que tiene como fin impulsar la sostenibilidad. Amazon y la ONU apadrinan este proyecto, en el que participan también LaLiga y el Gobierno de España, asociados de renombre para fomentar la atracción de empresas que quieran promover juntas el cuidado del medioambiente.

La primera piedra del proyecto del Betis se colocará antes de 2022, según explicó su presidente, Ángel Haro, que califica de “clave” este desarrollo para el futuro de la entidad. “Estamos en una situación de escasez económica en el fútbol, pero es uno de los proyectos que tenemos que llevar adelante. Es fundamental, una inversión que hay que afrontar, porque eso es apostar por la cantera”, destacó Haro a la televisión del club.

La nueva ciudad deportiva se realizaría por fases, empezando por la construcción de los primeros cinco terrenos de juego. Se trata de una tercera parte de los quince campos de fútbol 11, tanto de césped natural como artificial, que tendrá el complejo. A ello se le añadirán un miniestadio con capacidad para 8.000 espectadores, un pabellón polideportivo, así como pistas de pádel y tenis. Por ahora, la remodelación del estadio Benito Villamarín queda en stand by, a la espera de conocer cómo se sitúa su deuda una vez se despeje la crisis de la Covid-19.

Esta crisis coyuntural provocada por la pandemia del coronavirus ha tenido una resolución desigual en los consejos de administración: algunos han decidido parar, dejar correr el reloj hasta que llegue un nuevo ciclo económico alcista, mientras que otros han apostado por ver en la crisis, una oportunidad.

El grupo Baskonia-Alavés, propietario del Deportivo Alavés, es ejemplo de ello. A través de Innovaraba, el macroplan de 64 millones que ha presentado este año el hólding, el club prevé invertir 9,5 millones de euros en la ampliación y mejora de las instalaciones de su ciudad deportiva. Algo más de la mitad del proyecto Innovaraba se cubrirá con los fondos europeos para la recuperación económica tras la Covid-19. A ello se suman la reforma de Mendizorrotza, que suma una inversión total en patrimonio de 61 millones de euros.

Otro de los clubes que baraja la opción de captar fondos verdes es el FC Barcelona. La nueva junta que preside Joan Laporta estudia cómo hacer los más medioambientalmente sostenible el proyecto del Espai Barça -valorado en 800 millones- para poder acogerse a líneas de crédito que ofrece la UE. Durante la campaña electoral, el hoy directivo responsable del Espai Barça, Jordi Llauradó, ya verbalizó este interés y la intención del club de que el nuevo Camp Nou sea un estadio “líder en sostenibilidad con un compromiso de inversión responsable”.

“Ello atraerá inversores responsables, nos dará acceso a fondos verdes europeos y a nuevos mercados, nos brindará nuevas oportunidades de patrocinio, reducirá los costes del club y revalorizará el patrimonio”, destacó Llauradó, quien defiende que “la sostenibilidad se vuelve rentable a largo plazo”. De momento, el proyecto no ha avanzado más a la espera de una revisión profunda del plan que se votó en 2014.

 

Aprovechar el estadio vacío para hacer uno nuevo

Más allá de los clubes que proyectan a la espera de poder ejecutar, también están los que han desarrollado en tiempos de pandemia. CA Osasuna, Levante UD y Real Madrid son tres claros ejemplos de entidades que han aprovechado la difícil situación de cerrar sus estadios al público -con lo que ello implica en su negocio de ticketing- para, al menos, acelerar sus planes de expansión patrimonial. En sus casos, del campo de fútbol.

Navarros y valencianos ya estrenaron el pasado curso, sin público, sus estadios, que se han adecuado a las nuevas necesidades y a la mayor generación de ingresos, más allá del matchday. Aunque los dos mejores ejemplos de esto se encuentran en Madrid.

Con un coste previsto de 575 millones de euros, el Santiago Bernabéu generará -según explicó en la última asamblea de socios el presidente blanco, Florentino Pérez- un negocio extra de 150 millones de euros anuales cuando el nuevo recinto esté terminado y funcione al 100%, previsiblemente para el inicio de 2022-2023.

El Santiago Bernabéu generará un negocio extra de 150 millones de euros anuales cuando comience a funcionar al 100% en 2022-2023

De entrada, inaugurando una segunda tienda oficial en otro de los extremos del estadio y convirtiendo los interiores en un gran centro comercial con “puntos de venta digitales de las marcas de electrónica y consumo más prestigiosas para convertir las zonas comunes en un escaparate imprescindible de las novedades mundiales”, dijo el dirigente. En total, habrá 31.400 metros cuadrados de superficie para usos complementarios.

Otros clubes que han iniciado o prevén iniciar en breves proyectos patrimonialistas son RC Celta (45 millones), SD Eibar (40), Sevilla FC (25), Granada CF (20), CD Tenerife (11,3), Real Valladolid (10), Cádiz CF (8) y SD Huesca (4). El desembolso total de esta más de una decena de proyectos supera los 1.700 millones de euros.

 

Más de 1.200 millones invertidos en los últimos años

Esta tendencia de inversión patrimonial va en consonancia con la inversión neta en infraestructuras que se ha llevado a cabo la pasada década. Sólo en las seis últimas temporadas se han invertido 1.243,8 millones de euros.

LaLiga explica en su informa anual que “en términos netos, aproximadamente algo más de la mitad de la inversión operativa va destinada a jugadores (activo que rota bastante, por su propia naturaleza) y algo menos de la mitad a infraestructuras (activo que apenas rota)”.

Sin embargo, en la 2019-2020, con la Covid ya presente en el segundo semestre, el 79% fue a jugadores y el 21% a infraestructuras. Con el surgimiento de la pandemia, LaLiga prevé que en las próximas temporadas pueda darse la circunstancia de que la inversión neta en jugadores disminuya por primera vez en muchos años en la competición española, “mientras que el esfuerzo en curso en infraestructuras (más estructural y en buena parte comprometido, a pesar de la Covid-19) aumente su contribución relativa”. Como en crisis pretéritas, los clubes volverán esta temporada a tirar de los de casa, pero ahora parece que mirarán más allá del campo y del ahora. Y contaminando menos.

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