Publicidad

La factura energética, principal amenaza de los gimnasios españoles tras registrar subidas del 40%

Se estima que un complejo deportivo gasta 300.000 euros al año en su factura energética, un importe que se disparará en 2021 y durante los próximos años. Algunos operadores afirman que este es una amenaza para el sector.

Bajo consumo gimnasios

En un contexto de creciente incertidumbre en el que la industria deportiva vive desde 2020, existe una evidencia: El ciclo 2020-2021 está poniendo a prueba la capacidad de resistencia de las cadenas de gimnasios. A la crisis sanitaria y económica derivada de la Covid-19, se ha sumado la crisis energética que está provocando subidas de entre el 30% y el 40% en los costes de suministros. No es una cuestión menor, ya que estos son la segunda mayor partida de gasto de una instalación, según un informe elaborado por la consultora MAS. Del total de ingresos, los gastos de energía representaban un 8,2% en 2019, un porcentaje que podría dispararse en 2021, especialmente tras la implantación de la nueva factura de la luz.

“En el presente y el futuro inmediato tenemos la amenaza del brutal incremento de los costes de los suministros, de en torno al 30% y al 35%, y en general una tendencia inflacionaria sobre la totalidad de los costes”, explica Ignacio Triana, fundador y presidente de Forus, una de las gestoras con mayor número de instalaciones deportiva en el país.

Esta cadena opera en complejos de gran tamaño, en el que al gasto de luz y gas se suma el agua de las piscinas, lo que provoca que su factura en suministros sea mayor que la de, por ejemplo, un club boutique, un gimnasio low cost o un centro sin piscinas. En este tipo de instalaciones, el gasto energético asciende a alrededor de 300.000 euros anuales por establecimiento.

En ese mismo segmento opera Enjoy Wellness, que compra energía en el mercado libre año a año, un acuerdo parecido al que alcanzó GO fit a largo plazo para así evitar que las variaciones al alza en el precio de los suministros. La compañía firmó un acuerdo a diez años para mantener el precio sobre la energía verde en origen, una acuerdo que reafirmaba la apuesta de la compañía por la sostenibilidad. “Aún no nos está afectado porque la energía que estamos consumiendo la compramos meses atrás”, explica Óscar Martínez, fundador y director general de Enjoy Wellness.

La subida de la factura de la luz afectará también a la del agua, pues esta se bombea. A ello se suman los gastos de climatización, un factor de vital importancia no sólo para calentar el agua de las piscinas, sino especialmente tras la pandemia por la necesidad de renovación constante del aire. En invierno, además, esta factura suele ser mayor porque de ello depende que el cliente entrene a una temperatura adecuada en la instalación. En tiempos de Covid-19 y de bajada de temperatura, la climatización representa entre el 40% y el 60% del consumo de los edificios.

“Hay clubes con más capacidad de generar energías por sí mismos mediante la solar y la térmica, pero también es cierto que no tenemos capacidad de autogenerar; por ejemplo, las cintas de correr y la luz consumen directamente de la red, pues no se ve alimentada por un circuito primario de calor”, advierte Martínez.

¿Qué pueden hacer los operadores para reducir estos gastos? Martínez afirma que los grandes operadores están en mejor situación de negociar. “Compramos energía a mejor precio porque tenemos más volumen; también es importante ser solvente, porque las eléctricas penalizan a quienes no cumplen y el precio se ve condicionado por esa solvencia”.

Cada vez más, y especialmente tras la pandemia, las cadenas de gimnasios han recurrido a empresas especializadas para optimizar los procesos y adecuar el consumo al momento del día que vive cada instalación. Por ejemplo, plataformas tecnológicas como Indoorclima, que desarrolla algoritmos para controlar el confort de los clientes adecuándolo al gasto mínimo. De este modo, se busca hacer que la instalación sea más sostenible, y especialmente tras Covid-19, segura y salubre.

“Ventilar tiene un coste energético, y con la inteligencia artificial y el big data podemos desarrollar algoritmos para prevenir una subida de valores de consumo que los gestores no desean”, afirma María Romero, directora general de Indoorclima. La directiva asegura que este sistema garantiza un ahorro del 15% en la factura eléctrica respecto a lo que se consumía anteriormente por climatización, aunque el recorte de costes puede elevarse hasta el 17%.

Más allá de controlar el consumo, este tipo de sistemas también permiten llevar un control de los aforos. “Los sensores leen las horas valle o pico, y el sistema ajusta automáticamente el control de la iluminación y la climatización por sí mismo”, afirma

Una de las cadenas que ha apostado por la tecnología para minimizar sus gastos es FitUp, que ya monitoriza los usos de la instalación para adecuar el consumo a cada momento del día. “La subida nos está afectando mucho a todos, y tendremos que tomar medidas para corregir esa situación”, explica Carlos Castañeda, que admite que se plantea subir los precios. El directivo admite el incremento está siendo de entre el 30% y el 40%, y admite que ni siquiera adecuar el consumo ayuda a paliar la inflación energética. “El problema es que, aunque ajustemos el consumo un 2%, el coste está subiendo a mayor ritmo”, lamenta.

El problema también es que la subida de precios no sólo abarca a los suministros, sino que también impacta de ello en otras materias primas, como el hierro, con el derivado impacto que ello tiene en la compra de equipamiento y de materiales para construir centros. Ello, unido a los cuellos de botella que dificultan el abastecimiento en Europa, implica un mayor coste que repercutirá no sólo en los operadores, sino también en el cliente final. De hecho, un 50% de los operadores pronostica una subida de precios en el sector, según el estudio Perspectivas del mercado del fitness en España. El futuro del sector poscovid en claves, elaborado por BDO.

Publicidad

Publicidad