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Luces, cámaras… así prepara la FEB un Mundial o una gira antes de que eche a rodar el balón

La Federación Española de Baloncesto ha captado Mundiales y Eurobasket masculinos y femeninos desde inferiores a absoluta en la última década. También organiza Copas en sus ligas y otros eventos como el Hall of Fame, que requieren meses de planificación.

Mundial Femenino Baloncesto Madrid 2023

La captación de grandes eventos deportivos es una carrera de fondo. Requiere de una simbiosis entre los promotores, las instituciones públicas, patrocinadores… Pero, sobre todo, de experiencia previa organizando citas de primer nivel. Es por ello que la Federación Española de Baloncesto (FEB) sigue apostando cada año por organizar todo tipo de torneos, tanto masculinos como femeninos y de categorías inferiores, y realiza un fuerte esfuerzo para que los partidos de las ventanas Fiba y las giras de verano lleguen a todos los rincones de España. Este año también se ha sumado a la rotación el primer Fiba 3x3 Women’s Series en Melilla. Además, volverá a ser una de las favoritas para traer el Preolímpico masculino a Valencia en 2024, que disputará la Selección. 

La organización de eventos difiere en función de si es un gran torneo, una gira o tiene un perfil más corporativo, como el Hall of Fame celebrado en octubre. En todos ellos participan más de un centenar de personas entre personal técnico, logístico, técnicos de las administraciones públicas y de la instalación deportiva, personal de la federación autonómica y voluntarios, según explican desde la FEB en el marco del serial de reportajes Baloncesto y negocio: las claves de dos décadas de éxitos, elaborado por 2Playbook con el apoyo de CaixaBank.

Las giras de preparación son las que cada año demandan más tiempo. “Planificar una gira arranca unos cuantos meses antes”, explica Óscar Graefenhain, director general de la FEB. “Elegir las fechas es sencillo porque el calendario ya lo marca el propio campeonato, y lo que intentamos es replicar el formato del torneo: si son partidos cada dos días, lo replicamos, o si son dos días seguidos, igual”. De esta forma, los jugadores se habitúan al ritmo de competición y se determina la logística de la gira. 

Una vez conocido el formato, se contacta con los rivales, que también se ajustan al nivel de los equipos que habrá en el campeonato (sea Eurobasket, Mundial, preolímpico, JJOO…). Ahí entra en juego la disponibilidad de otras selecciones y el interés de otras federaciones, siendo España una de las más cotizadas por su trayectoria deportiva. La FEB, en lugar de jugar en el extranjero la mayoría de sus partidos, siempre ha apostado por traer el máximo número posible de encuentros para el aficionado español, incluyendo visitas de las principales potencias masculinas o femeninas, como Estados Unidos, Francia, Alemania, Bélgica, Serbia o Turquía, entre otras.

 

 

“Con la mayoría de las federaciones tenemos una relación fluida y planeamos a varios meses vista. Es más complicado cuando el torneo no es solo europeo, porque depende de en qué continente sean los Juegos o el Mundial y de si el rival está o no clasificado”, asegura el directivo. Eso ha sucedido este año con Argentina, fuera del Mundial masculino y rival tradicional en las giras. 

Los gastos de desplazamiento, alojamiento y otros derivados los asume la federación que ejerce como anfitriona. Además, se asigna a la selección visitante una cantidad previamente negociada que varía en función del prestigio de cada una. De ahí que el esfuerzo de este año por traer a los mejores rivales posibles en verano haya sido superior para potenciar la celebración del Centenario, al implicar desplazamientos continentales en el caso de Canadá y Estados Unidos. 

Decididos los rivales y el formato, llegan los acuerdos con las administraciones públicas. Actualmente hay acuerdos para disputar encuentros en ciudades o comunidades autónomas concretas, bien con el gobierno autonómico, bien con los ayuntamientos. En ocasiones, como los convenios con Melilla o Andalucía, no se incluyen únicamente partidos, sino que son parte de acuerdos más amplios para acoger otros eventos institucionales de la FEB, como el Hall of Fame, el acto del Centenario o el último Board de Fiba Europa, donde Garbajosa confirmó que se presentaba a las elecciones.

Aunque suponga una inversión mayor, la FEB ha sabido dar con la sostenibilidad económica de mantener las giras en España. Primero, por la conexión con el fan. Segundo, porque estos responden en las gradas. “En general, podemos decir que en todos los partidos, ya sean giras o partidos oficiales de ventanas Fiba, completamos el aforo”, indica Graefenhain. “Lógicamente, hay partidos con mucha más demanda que otros, como, por ejemplo, el Torneo del Centenario de Málaga, pero ambas selecciones tienen un enorme tirón”. 

Los pabellones suelen tener una capacidad de entre 3.000 y 12.000 espectadores, según el partido y el rival. ¿Cómo elegir la instalación y que se ajuste a los criterios que necesita la Selección? “Los pabellones no suelen ser un problema porque hay un excelente nivel de instalaciones que cumplen y superan los requisitos exigidos. Sí es importante la capacidad y no hay mucha diferencia entre masculino y femenino. Lo que sí tenemos especialmente en cuenta con la femenina es que la sede tenga tradición en la liga, actual o previa”, subraya. 

 

 

Una vez finalizados todos los detalles, llega la última fase, la más relevante de puertas para afuera: la promoción. La Selección tiene una gran demanda, pero es necesario seguir captando nuevos aficionados y ofrecer una experiencia más allá del partido. La promoción arranca en cuanto se anuncian las sedes. Se realiza un trabajo para adecuar la instalación, las zonas de medios y se ponen las entradas a la venta, o abonos, si se celebrarán varios partidos. 

“La promoción, más que recaudatoria, es de promoción del baloncesto y de la marca España”, afirma Graefenhain. “La venta la promocionamos en la ciudad y, sobre todo, en nuestros canales en redes sociales y, en ocasiones, también llegamos a acuerdos con medios de comunicación, sobre todo locales”. 

Eso en cuanto a las giras, ya que la organización de grandes torneos requiere más complejidad. La FEB debe coordinarse con la Fiba, gestionar a todos los participantes, la sede, las instituciones… Ahí la federación internacional pone sus propios requisitos, que varían según si son de selecciones absolutas o inferiores. Son demandas técnicas muy detalladas sobre logística, cuestiones técnicas, instalaciones… 

Pero hay uno fundamental, que es donde la FEB basa gran parte de sus candidaturas: la experiencia en este tipo de eventos y el éxito organizativo. “Nosotros podemos presumir de que todos los campeonatos que hemos organizado, de la categoría que fuera, han superado las expectativas. El nivel organizativo de nuestro país es de los más elevados y fiables del mundo. Hemos creado una marca en la que celebrar un torneo en España es una garantía y eso lo saben y valoran en Fiba. Y no solo por la organización, sino porque tenemos un país y unas ciudades acogedoras, con un amplio abanico de posibilidades culturales, gastronómicas y turísticas que complementan al campeonato en sí”, destaca Graefenhain. 

¿Es rentable organizar grandes eventos en España? La FEB no desglosa términos económicos, pero el directivo sí explica que “son una inversión para potenciar el talento y el tejido del baloncesto”. “Ese es probablemente el objetivo más importante como federación, pero lógicamente, no quita que haya que trabajar, y mucho, para que sea lo más rentable posible económicamente. Y no es fácil, porque cuenta también la Fiba, que comparte determinadas inversiones y es la propietaria real del campeonato”. 

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