Ana Vallejo: “En sostenibilidad, el deporte está siendo reactivo y urge empezar a ser proactivo”

La experta en sostenibilidad destaca “los beneficios a corto, medio y largo plazo” de apostar por reducir el impacto medioambiental de una industria que necesita “primero medir, para saber dónde actuar”.

Ana Vallejo one on one

“Vamos todos muy tarde, pero tenemos herramientas, planes y conocimientos para hacer la transformación necesaria”. Ana Vallejo lleva años analizando con antelación el impacto de la sostenibilidad en la industria deportiva, aunque el sector todavía “es reactivo”. Esta experta en medioambiente, asesora de entidades y eventos deportivos, augura que la sostenibilidad obligará al deporte a tomar decisiones que “ahora ni siquiera tenemos en la cabeza”. Como Luis Aragonés con su célebre “ganar, ganar y ganar”, Vallejo insiste en que hay que empezar a “medir, medir y medir” para saber cómo lograr un impacto positivo del planeta. “Traerá beneficios”, asegura.

 

Recientemente decías en redes sociales que “los avisos nos llegan por todas partes, pero parece que esto pasa en otro mundo. ¿Qué nos hace falta para ponernos manos a la obra de verdad?”. Te referías al calentamiento global, pero ¿el deporte también va tarde para ponerse manos a la obra?

Vamos todos muy tarde, pero tenemos herramientas, planes y conocimientos para hacer cosas. La transformación es importante y necesaria en las organizaciones. Es cierto que este sector es uno de los que más ha sufrido en estos dos últimos años, y también es un tema de prioridades. Pero siempre digo, hay que tener dos cabezas: una que funcione en el día a día y a corto plazo; y luego otra, más estratégica, de una cuenta atrás. Ya sabemos lo que pasa con el medioambiente, pero como todavía no lo vivimos tan de cerca, en primera persona, y como a priori es intangible, cuesta más pensar en que hay que hacer algo y de manera urgente.

 

¿Urgente?

El otro día estuve en una jornada que organizaba el Godó en materia de sostenibilidad, y hablaba un miembro de la comisión de sostenibilidad del Real Club de Tenis de Barcelona, que es José María Baldasano, y hablaba de este nivel de urgencia: cuanto más tarde empecemos, los objetivos serán más grandes. Cuanta más huella de carbono emitamos ahora, la cantidad de esfuerzo que deberemos hacer será mayor.

 

¿Conllevará entonces mayor inversión?

Bueno, habrá que invertir en ese frenazo medioambiental en muchísimas cosas. Pero luego también está el beneficio económico que traerán esas inversiones. Ese punto que lo vemos como gasto, no lo vemos como inversión. Y ahí hay que darle la vuelta: no nos damos cuenta o no hemos podido transmitir que a corto, medio y largo plazo será beneficioso para las organizaciones y las personas.

 

En un reciente Congreso dabas cifras: un 69% de las organizaciones conocen los ODS, pero sólo los tienen integrados un 13%. Y ni siquiera la mitad de los que los han incorporado creen que les aportan valor. ¿Qué falla ahí?

Exacto. Mira, hace unos años, hicimos también otro estudio interno más para saber por qué el sector deportivo no era receptivo a esta transformación, y las dos respuestas clave fueron: la falta de conocimiento -no sabían bien de qué trataba esto y qué problemas iba a resolver y por qué tenían que hacerlo- y la percepción de que era muy caro.

 

Vaya.

Mi percepción personal es que el mundo de los eventos deportivos sí que están integrándolos, pero, claro, no es lo mismo un evento puntual, por muy grande que sea, en comparación con una instalación o una federación que los integre en su día a día. Pienso que no hemos sabido explicar los beneficios de las ODS en las organizaciones.

 

Entonces, ¿qué es la sostenibilidad? ¿Qué requiere la industria deportiva?

La sostenibilidad es algo muy transversal: es una manera de hacer las cosas. Incorporas diferentes criterios, además de los que ya tienes tú. Ahí, hace falta la figura de un responsable y departamento de sostenibilidad para poder hacer planes estratégicos e integrar todas las políticas de sostenibilidad dentro de las organizaciones deportivas. Alguien muy especializado en ese conocimiento, pero que luego apoyará en el operar de todas las áreas.

 

Desde tu experiencia y conocimientos, ¿hay suficientes candidatos a estos puestos en España?

Hay muchos profesionales medioambientales. La cuestión es cómo integrar esto dentro del sector deportivo. Hoy las empresas no deportivas están buscando directores de sostenibilidad por todas partes. La diferencia no está en la falta de profesionales, sino en que el sector deportivo considere que lo necesita. Entonces, las personas cualificadas y la formación más específica aparecerán. Además, cuando entras en materia de sostenibilidad, te encuentras con otras herramientas para la fidelización, la gestión, la colaboración… GO fit es una de las pocas gestoras de instalaciones deportivas que tiene consolidado el proyecto de sostenibilidad en su estrategia, con un director y una comisión de sostenibilidad.

 

¿Puedes poner ejemplos sobre puntos en los que hace falta una actuación urgente de la industria deportiva?

De entrada, lo que hay que hacer es medir. Medir, medir y medir para saber dónde tenemos que actuar. Están claro los impactos ambientales: energía y agua, residuos, movilidad, ruido… Pero primero tenemos que medir la huella carbono de las organizaciones para saber dónde tenemos grandes impactos, y reducirlos. No se trata de trabajar en cosas que son muy chulas y quedan muy bien, pero que igual no tienen tanto impacto en el medioambiental.

 

El estrés hídrico en España se sitúa entre los más altos de la UE. ¿Qué se puede hacer ahí?

Es cierto, estamos ya en una fase de estrés hídrico. Nosotros impactamos al medioambiente, pero el medioambiente también nos impacta a nosotros. Es una relación bidireccional. Si esto va a peor, tendremos que adaptarnos a las nuevas condiciones medioambientales para estructurar el deporte: horarios, fechas, etcétera. Por ejemplo, la federación americana de hockey hielo ya está trabajando en esta línea: cómo hacer las cosas para poder trabajarlo en un deporte tan dependiente del agua.

 

¿Qué más?

Habrá que instalar los sistemas de medición necesarios; y si no los hay, crearlos. Y después está la conciencia social y la educación sobre el agua: no es lo mismo ducharte 5 minutos que 10 minutos en el gimnasio. Tendremos qué ver qué cosas tenemos que adaptar para dar servicios sin perder calidad. Va a ver qué pensar que habrá unas cosas que no podremos hacerlas igual que hasta ahora.

 

¿Por ejemplo?

Las normativas de renovación de agua de piscinas. Cuando se hacen depuraciones y vaciados de piscinas, para poder ahorrar agua, igual tenemos que pensar que las profundidades de las piscinas también sean otras. O las estaciones de esquí, un tema muy delicado. Cada vez tenemos menos nieve, y cada vez más agua con los cañones de nieve. Habrá que valorar hasta qué punto debemos utilizar esa agua para ese uso. Son decisiones que afectarán a la propia actividad. Tenemos que ver de qué agua dispondremos. Es clave anticiparnos para saber cuánto y qué uso le damos. En estos momentos estamos siendo reactivos, cuando lo que tenemos que ser es proactivos. Anticiparnos nos va a permitir trabajar desde otro punto de vista. Anticipar soluciones e impulsar la innovación. Tendremos que tomar decisiones que ahora ni siquiera tenemos en la cabeza.

 

Instalaciones deportivas: ¿cómo levantarlas o hacerlas más sostenibles?

Construir con eficiencia energética y de agua debería de ser algo ya integrado, algo evidente. Pero hay que pensar más allá: qué pasará con ese edificio cuando vaya a ser derruido, cómo será su calidad de aire, de salud, a nivel de gestión de recursos… Con qué vamos a construir estas instalaciones. Y luego hay otra cosa fundamental: ¿dónde se construyen esas instalaciones? Se está hablando de la subida del nivel del mar, y el litoral lo tenemos lleno de instalaciones deportivas. Habrá que ponerse a pensar en ello. El pensamiento ha de ser de construir un edificio pensando, al menos, en 2035, y no en 2022.

 

¿Y en la gestión diaria?

Ahí el reto es que los ODS y la sostenibilidad se integre en las instalaciones y en sus hábitos deportivos. Ahora en esa rueda de decisiones cotidianas, tenemos que incorporar estos criterios de decisión. Y no sólo en un centro deportivo, también en clubes, departamentos de Deportes de los Ayuntamientos…. En mi opinión, la palabra sostenibilidad se queda corta. Me gusta más la palabra responsabilidad, y luego tenemos otro concepto que hay que tener en cuenta: la regeneración. Tener impactos positivos. Hay que enfocarse en medir, y cuando tengas las cosas cuantificadas, entonces podrás ponderar para reforzar los aspectos de estas inversiones.

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