Publicidad

Arconada era lo que llamamos hoy una marca con valores, propósito, esencia y sentido de pertenencia. Una marca de verdad, con un relato de autenticidad. Las marcas de ahora deben de aprender que no todo es dinero, ser querido y recordado tiene más valor.

Advertencia: Este artículo de opinión que vas a leer no está redactado por una IA, está redactado por un humano, por un humano publicitario y director creativo ejecutivo llamado Javi del Río.  

Allá por los añorados años 80 surgió una marca dentro de los terrenos de juego que consiguió lo que muy pocas marcas han conseguido en España: Ser querida por todas las aficiones y por todas aquellas personas que no les gustaba el fútbol.  

Hablo de una marca que se convirtió en la número uno en toda España: hablo de la marca ARCONADA. 

Hoy, con la hiperconexión de contenidos y saturación de partidos, parece fácil, pero hace 50 años, os aseguro que no era tan fácil. 

Una marca fiel, que siempre decidió transmitir su magia, su espectáculo, su talento y sobre todo su honestidad e integridad desde su equipo de siempre, la Real Sociedad, y en la Selección Española.  

Arconada era lo que llamamos hoy una marca con valores, con propósito, esencia y sentido de pertenencia. Una marca de verdad, con un relato de autenticidad.  

Algo que las marcas de ahora deberían de aprender de Arconada, es eso, no todo es dinero, a veces ser querido y ser recordado en el tiempo tiene mucho más valor. 

Hoy las grandes marcas de deporte se pelearían por hacerle su logotipo y comercializarla.  

En aquellos maravillosos años ochenta, todos los niños querían ser ser porteros y no delanteros. Todos los niños querían parar goles y no marcarlos. El regalo más pedido de Reyes o de cumpleaños era el traje de Arconada. 

Una marca que generaba en diferentes puntos de España ser de la Real y que hoy pasados los años siguen siendo de la Real, porque Arconada transmitía esos valores de fidelidad, honestidad, humildad y talento en estado puro.  

Cuando Arconada se acercaba a su portería en cualquier estadio de España, toda la grada aplaudía. Esto lo han conseguido muy pocos jugadores en España, desde mi humilde opinión solo Iniesta y porque marcó el gol del mundial.  

Cuando había un penalti en contra de la Real o de la Selección Española se escuchaba un gran eslogan en todo el estadio: No pasa nada, tenemos a Arconada. 

En este 2025 ha demostrado tener la fuerza necesaria para agotar todas las camisetas que se pusieron a la venta en el cincuenta aniversario de su debut, quizás Macron no era consciente del tirón que tiene la marca Arconada, no solo en Donosti o Euskadi, sino en toda España. Pero estoy seguro de que ahora sí se habrá dado cuenta.  

El fútbol necesita más marcas del valor y grandeza de Arconada. El fútbol necesita más marcas que molen. 

Este es mi humilde reconocimiento y homenaje a esa marca que fue ídolo de todos los niños de una generación, de los cuales me incluyo y de lo cual me siento muy orgulloso.

Publicidad

Publicidad