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El running ‘made in’ Japón, un negocio de 4.650 millones que suma un lustro a la baja

Asics y Mizuno, los dos estandartes del deporte nipón, sumarán su quinto año consecutivo de caída en los ingresos. En territorios como España han dado un giro a su estrategia para que otros deportes como el pádel se conviertan en el motor de las ventas.

asics running

Hubo un tiempo en el que Onitsuka Tiger se popularizó en Estados Unidos de la mano de Phil Knight, fundador de Nike. Eran los primeros años del boom del running, que también se produciría a Japón con sus dos principales estandartes: Mizuno y, sobre todo, Asics, hoy propietaria de Onitsuka. La facturación combinada de estas dos marcas se situó en 547.750 millones de yenes (4.600 millones de euros) en 2019, similar a la de Puma, aunque a diferencia del gigante alemán, su modelo de negocio lleva años presentando síntomas de agotamiento.

Ambas compañías acumulan cuatro años consecutivos de retroceso en sus ventas. La previsión es que, como consecuencia de la pandemia, en 2020 se alcance un lustro de caída sin freno en los ingresos a escala global. A cierre del primer semestre, Asics contrajo sus ventas un 40,4%, hasta 146.800 millones de yenes (1.215 millones de euros) y volvió a entrar en pérdidas. Mizuno, cuyo año fiscal transcurre de abril a marzo, también cerró el primer trimestre en negativo tras contraer su negocio un 32%, hasta 13.500 millones de yenes (111,7 millones de euros).

A las dos marcas no sólo les une no sólo la nacionalidad de su origen, sino también el foco de su actividad, situando al running en el centro de la estrategia. Para Asics, la venta de productos dedicados a esta disciplina es su principal fuente de ingresos y a cierre de 2019 aportaba casi la mitad de la facturación.

Ahora bien, la venta de zapatillas de running se estancó por segundo año consecutivo en 170.150 millones de yenes (1.430 millones de euros), según los últimos datos disponibles. Asics, de hecho, había lanzado su plan estratégico en 2015, que finalizará este mismo año, muy lejos de alcanzar los 6.000 millones de euros en facturación previstos para 2020.

 

La facturación conjunta de Asics y Mizuno supera los 4.600 millones de euros, pese a sumar un lustro de caídas 

 

Tras no alcanzar los objetivos previstos, Asics ha reestructurado la cúpula de su negocio en Europa, Norteamérica y Japón. Los cambios también han afectado a la filial de España, donde la compañía cerró dos de sus tiendas en 2019 y situó al frente a Carlos Paz. Por otro lado, la empresa aseguró una modificación de su plan estratégico para adaptarlo a cada territorio y, en el caso de países como España o Italia, dar más peso al pádel para que se convirtiera en el motor de las ventas.

Mizuno no desglosa la aportación del running en sus resultados. Según sus últimos datos anuales, tanto el calzado como el textil habían registrado caídas en las ventas de más de en torno el 6%. En el primer trimestre de 2020 (entre abril y junio), que coincide con los meses de confinamiento global, las ventas en ambas categorías se hundieron un 35%.

En el caso de Mizuno, su filial de la Península Ibérica es la que mayor ritmo de crecimiento presenta tras cerrar el último ejercicio con unas ventas de siete millones de euros. La compañía, que sigue centrada en el running, había trazado un plan para adentrarse en el sector de la moda deportiva a través de cadenas como Foot on Mars, Foot Locker, Wanna Sneakers y otros detallistas especializados en calzado urbano.

 

La filial española de Mizuno es la que más ha crecido en 2019, mientras que Asics ha reestructurado su cúpula

 

El mercado japonés de running

El mercado japonés de artículos deportivos es el tercero más importante a nivel mundial, sólo por detrás de las dos grandes potencias, Estados Unidos y China. La venta de calzado deportivo movió más de 539.000 millones de yenes (4.351 millones de euros) en el país nipón en 2019, según los últimos datos publicados por NPD Japón en enero de 2020, antes de la pandemia.

Según las estimaciones de la consultora, el running representa el 23,2% del total de las ventas e incrementó su cifra de negocio en un 5,8% en 2019, hasta 125.000 millones de yenes (1.010 millones de euros). El gran potencial de negocio está en las mujeres, que actualmente sólo representan un cuarto de los corredores en Japón, aunque en el último año registraron un alza del 4,8%.

El gasto medio de los runners nipones se sitúa en torno a los 11.000 yenes (88,7 euros), aunque un tercio de las ventas ya supera dicho desembolso. Es otra muestra de la madurez del running en Japón, donde las principales marcas han desembarcado durante los últimos años para rivalizar con Asics y Mizuno y, sobre todo, para aprovechar la ola deportiva que se esperaba que llegara con los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, aplazados hasta 2021 por el Covid-19.

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