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Eurobasket 2022: la palanca de la Fiba para recuperar unos ingresos de más de 100 millones

La Federación Internacional facturó 108 millones de francos suizos (110 millones de euros) en 2017. Si bien se desconoce cuánto aportó la última edición del torneo europeo, su negocio casi se duplicó respecto a 2015, anterior edición.

España Eurobasket 2022

Luka Doncic, Rudy Gobert, Sabonis, Nikola Jokic, Antetokounmpo… El baloncesto europeo vive su momento más dulce. Al menos en la NBA, donde lideran las nuevas hornadas de talento y acumulan millones de dólares en forma de nuevos contratos, anillos de campeón, tres MVPs consecutivos y otros premios individuales. En Europa, sin embargo, la batalla interna entre los clubes fundadores de la Euroliga y de la propia Euroliga con la Fiba sigue lastrando su crecimiento. El sí quiero de las estrellas NBA al Eurobasket es el reclamo que quiere aprovechar la Fiba para dar el carpetazo final a la pandemia y sacar músculo con el básquet continental.

La Federación Internacional de Baloncesto no desglosa en su memoria anual la aportación económica que supone un Eurobasket o un Mundial. Sin embargo, según los últimos resultados publicados, la federación internacional logró unos ingresos totales de 108,2 millones de francos suizos (110 millones de euros) en 2017, cuando se organizó el último torneo europeo.

Los gastos operativos en ese mismo año fueron de 107,2 millones de francos suizos, por lo que la Fiba logró un millón de beneficio neto en el ejercicio. Se desconoce la parte correspondiente a la organización del Eurobasket. Eso sí, fue el único año del ciclo 2015-2018 que se cerró en positivo, ya que las pérdidas acumuladas en este período ascendieron a 13,6 millones de francos suizos (14 millones de euros).

En 2015, cuando se celebró el penúltimo Eurobasket, los números rojos fueron de 6,7 millones de francos suizos (6,8 millones de euros) debido a que los costes operativos superaron con creces los ingresos totales de la Fiba, que fueron de 58,4 millones de francos suizos (60 millones de euros). Es decir, en apenas dos años el regulador del baloncesto mundial logró alcanzar la rentabilidad apoyado en uno de sus principales eventos y casi duplicar sus ingresos.

El salto en facturación no se puede atribuir solo al Eurobasket, ya que coincide en el tiempo con el lanzamiento de la Basketball Champions League (BCL), que tuvo su primera edición en 2016-2017. Se desconoce cuánto ha aportado en términos comerciales. El principal responsable de incrementar su negocio, al igual que ha sucedido con la Euroliga, es IMG, socio estratégico de ambas organizaciones.

Según los datos de la Fiba, la organización de competiciones aportó el 26% de los ingresos totales en el ciclo 2015-2018. Un 65% lo genera su actividad comercial, otro 2% los fees que cobra de las ciudades y organizaciones por organizar eventos y el 7% restante procede de los ingresos que recibe del Comité Olímpico Internacional (COI) como parte del reparto a las federaciones.

Finalmente, el formato elegido por la Fiba es en multisede. Se implantó por primera vez en 2015, después de que los países disminuyeran su interés en la cita por el elevado coste de organización y el escaso margen de retorno. Además, los triunfos de España en 2009, 2011 y 2015 pudo ser un factor añadido en la pérdida de interés de los países, pues durante años la Selección ha reinado en Europa y echado por tierra ambiciosos proyectos deportivos de otros países.

El multisede también lo comenzó a aplicar la Uefa en la Euro 2020 e incluso ya ha llegado a los Mundiales de básquet, fútbol y otros deportes. El objetivo es claro: reducir los costes organizativos, principalmente en la fase de grupos, mucho menos atractiva de cara al espectador televisivo, y buscar un engage más local que permita firmar patrocinadores regionales y vender más entradas al tener un anfitrión que juega en casa en cada grupo.

Este año se disputará en Colonia (Alemania), Praga (República Checa) Tbilisi (Georgia) y Milán (Italia). La final se disputará en Berlín, ya que la Fiba siempre se garantiza una de las principales ciudades para el último partido. En los años anteriores fueron Estambul, mercado clave en baloncesto, y Lille. Francia y Alemania son dos de los mercados emergentes más potentes en el deporte de la canasta, y Turquía ya se ha consolidado como potencia comercial gracias a la Euroliga.

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