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Liberty Media lo fía todo al ‘territorio yankee’ para relanzar el negocio de la Fórmula 1

El Mundial de Automovilismo volverá a tener tres Grandes Premios en Estados Unidos (EEUU) en 2023, tras sumar Miami este año y ahora Las Vegas. El negocio anual de la competición asciende a 1.380 millones de dólares.

Formula 1 Las Vegas

Liberty Media quiere volver a poner a Estados Unidos en el mapa de la Fórmula 1. O más bien, que el Mundial de Automovilismo vuelva a ser un producto premium en el mayor mercado para la industria del deporte y el entretenimiento. Para ello, en tan sólo dos años ha sumado dos nuevos Grandes Premios al calendario oficial de la competición: Miami y Las Vegas. Estos se sumarán al que se celebra en Austin, dejando un total de tres carreras en el país, algo que no sucedía desde 1982. ¿El objetivo? Dar un nuevo salto de facturación, que ya supera los 1.380 millones de dólares anuales (1.374 millones de euros).

Esta estrategia es una clara apuesta de Stefano Domenicali, presidente ejecutivo de la F1, por priorizar el mercado estadounidense, tras años dando un papel protagonista a Europa y destinos más exóticos y más predispuestos a pagar los más de 25 millones de fee que paga cualquier circuito. De hecho, serán algunos países del Viejo Continente los que previsiblemente sufran las consecuencias de este cambio de escenario, con nombres como Mónaco, Monza (Italia) o Spa-Francorchamps (Bélgica) en el centro de la diana.

Hay que recordar que la Fórmula 1 estuvo diez años fuera del calendario de la competición, y finalmente las escuderías volvieron a recorrer un trazado americano en el polémico circuito de Indianápolis. No fue hasta 2012 cuando el COTA (Circuit of the Americas) se alzó como la gran opción para EEUU, ganándose la aprobación de los equipos y también de la afición. Eso sí, tuvo que ser una serie en Netflix explicando las interioridades del campeonato las que han catapultado las audiencias, hasta el punto de que Austin logró la pasada temporada la mayor afluencia de público de toda la historia a un Gran Premio, con 400.000 personas.

Todos estos factores han hecho que Liberty Media vuelva su mirada hacia el otro lado del charco, en una apuesta a largo plazo. Y es que, tras cuarenta años sin pasar por Las Vegas, la propietaria de la competición firmó un acuerdo para tres temporadas, que previsiblemente se prolongarán. Este movimiento obedece a la voluntad de la competición dirigida por Stefano Domenicali de seguir ampliando las carreras de la máxima categoría de la F1, especialmente tras el creciente interés de países de América y Asia por recibir a los pilotos, algo similar a lo que sucede con el Mundial de Motociclismo.

Otro de los movimientos que ha dejado clara la postura de Liberty con el mercado estadounidense es que la propietaria de la F-1 ha comprado un terreno por 240 millones de dólares (227 millones de euros) donde pretender construir tanto el paddock como un complejo de pits para el Gran Premio que volverá a Las Vegas en 2023, en un circuito urbano y con una carrera que se celebrará en horario nocturno. La gestora se hizo con 15,7 hectáreas al este del trazado con el objetivo de poder controlar el diseño del espacio.

Recientemente, Stefano Domenicali aseguraba en una entrevista que “necesitamos ser equilibrados, necesitamos ver cuáles son las otras oportunidades, no solo Las Vegas, hay otras ciudades que están interesadas en la F-1”. “Muy pronto les vamos a contar a todos cuál es nuestra estrategia para desarrollar ese mercado. Además de EEUU y China, creo que también existe el potencial de estar pronto en África. Hay mucho interés allí. Seguro que es otra área que hasta ahora falta en la geografía de nuestro calendario”, aseguraba el presidente de la competición.

 

Un mercado ‘concurrido’

A pesar de que la Fórmula 1 estuviera diez años sin pasar por EEUU, la realidad es que el anuncio de que Miami pasaría a formar parte del calendario, en un acuerdo que asegura su permanencia al menos durante una década, convertía al trazado en la undécima ubicación por la que rodará el Mundial de Automovilismo en Norteamérica en la historia. Esta apuesta demuestra la intención de Liberty de que la competición vuelva a casa, especialmente en un mercado en el muchas economías emergentes, como Singapur, Corea, India, China o Malasia, están llamando a su puerta.

En el caso del circuito de Miami – que entra en el calendario en 2022 – la intención de Liberty ha sido la de crear un negocio millonario alrededor de todo lo que rodea al Gran Premio, que los organizadores estiman que podría tener un impacto económico de en torno a 400 millones de dólares (400 millones de euros), especialmente en la zona del Miami Gardens, lugar en el que se ubica el Hard Rock Stadium.

Otro de los alicientes que ha tenido Liberty a la hora de diseñar su cambio de estrategia han sido las audiencias televisivas. El acumulado de 2021 logró alcanzar los 1.550 millones de espectadores a nivel global, un 4% más que en 2020, año marcado por la pandemia de coronavirus, de acuerdo con las cifras oficiales de la Fórmula 1. En el caso de los espectadores únicos, es decir los que vieron al menos una carrera durante la temporada, el acumulado es de 445 millones, con un incremento de un 53% en EEUU, poniendo de manifiesto el interés que los Grandes Premios tienen entre los aficionados yankees.

Hay que recordar que La Fórmula 1 entró en pérdidas, pese a doblar ingresos, en el primer trimestre de su ejercicio fiscal. El Mundial de Automovilismo registró unos números rojos de 35 millones de dólares (33,1 millones de euros) entre enero y marzo, por el beneficio de 7 millones de dólares (6,6 millones de euros) que registró en el mismo periodo del año anterior. ¿Próximos planes? La gestora del Mundial de Automovilismo espera alcanzar los treinta trazados por temporada a medio plazo.

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