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Sin prisas, más TV y estructura: los ‘must’ de los clubes para profesionalizar el básquet femenino

La competición sigue dando pasos adelante para dar más visibilidad al baloncesto femenino y conseguir la sostenibilidad a largo plazo para mantener el torneo vivo, y los clubes piden favorecer la captación de recursos para poder profesionalizar la liga.

Perfumerías Avenida - UNI Girona

La Liga Femenina Endesa arrancó el pasado fin de semana su temporada regular y muchos clubes siguen con varias incógnitas por resolver como la profesionalización de la liga, los sueldos, la recuperación del aforo en los pabellones, los derechos de televisión o los contratos con los patrocinadores. En un momento en que la FEB ha iniciado el diálogo con los equipos para avanzar en la profesionalización del torneo, muchos se muestran a favor, pero señalan varias asignaturas pendientes para culminar dicho proceso: “Nos apuntaremos a ese proyecto, claramente, pero, ¿los recursos de dónde salen? Es algo que depende de la visibilidad y de los patrocinios”, apunta Fernando Galindo, presidente de Movistar Estudiantes.

La capacidad económica de los clubes para crear una estructura autónoma bajo el paraguas de la FEB es un must al que apuntan todos los clubes consultados por 2Playbook. De media, los presupuestos de los equipos no superan el millón de euros, aunque las principales potencias de esta disciplina -al margen del Valencia Basket-, como Uni Girona o Perfumerías Avenida pueden rozar hasta los 1,5 millones anuales.

Esteban Gallego, director de administración del Valencia Basket, es optimista ante esta situación, pero con cautela: “Estamos en un momento que podemos alcanzar la profesionalidad y, aunque están todos los temas jurídicos que hay que dirimir. Creo que realmente es un deporte profesional sostenible, con los ratios económicos que tienen que tener para que lo podamos catalogar de profesional”. 

El reto está en que; la competición pueda sostenerse en el tiempo con una estructura sólida y sin problemas jurídicos o económicos en los que se puedan ver perjudicados los clubes, y, por tanto, carezcan o disminuyan su competitividad. Aunque el año pasado, se vieron afectados por la pandemia, sus presupuestos no se han visto excesivamente mermados. Por ejemplo, el club valenciano suele destinar un 10% de su presupuesto total al equipo femenino, que el año pasado ganó la Eurocup y jugó la final de la Liga Femenina Endesa. Aquel año la entidad, presentó un presupuesto de 24,8 millones de euros, y dio a conocer que destinaría 20 millones al equipo masculino y el resto, al femenino y la cantera: 4,8 millones de euros.

Cayetano Pérez, presidente del Uni Girona, también ve con buenos ojos que la competición avance hacia la profesionalización, pero señala un aspecto clave: “Estamos de acuerdo en que el CSD tiene que profesionalizar la liga, pero también tiene que haber recursos”. A falta de un contrato fuerte con un operador audiovisual, su negocio depende especialmente de los contratos de patrocinio.

La mayor complejidad está en establecer un objetivo común en el que todos estén de acuerdo y tengan los recursos económicos de poder hacer realidad esta profesionalización. En este sentido, Gallego, afirma que no le importaría que estuviese dentro del paraguas de la Federación o que fuera algo independiente. “Lo que sí que debe que tener, sea dentro de la Federación o de manera independiente, es una gestión propia.”, afirma.

El inconveniente con el que se chocan los clubes es que la profesionalización de una competición exige de clubes constituidos como sociedades anónimas deportivas (SAD) o, al menos, con suficiente capacidad económica como para asumir la creación de una estructura que gestione el torneo, como ya ocurre con LaLiga o la ACB. Ese es el límite que la FEB se plantea salvar, creando una competición profesional dentro del ámbito federativo, donde el organismo pueda proveer esa estructura profesional a la que aún no pueden acceder los clubes por su cuenta.

Como recordaba Graefenhain, director general de la FEB: “La idea en la que estamos trabajando es una liga con autonomía de funcionamiento y con órganos propios dentro del ámbito federativo, porque es lo que los propios clubes es lo que nos han trasladado”.

Otro aspecto pendiente es la televisión, que de momento no genera ingresos a los clubes, a diferencia de LaLiga, la ACB y la Primera Iberdrola de fútbol. Precisamente,  uno de los objetivos de la profesionalización del torneo es poder empezar a comercializar estas retransmisiones, que de momento se difunden a través de TVE y Twitter, mientras que la FEB y los clubes asumen los costes de producción. Es el precio a pagar para tener visibilidad y ofrecérsela así a los patrocinadores. “Siempre hemos defendido las emisiones en abierto, porque hacerlo en plataformas de pago hoy por hoy nos resta más que los que nos aporta”, afirma Fernando Galindo, presidente del Movistar Estudiantes. La Federación y los clubes costean la producción audiovisual y cede las imágenes a TVE y Twitter, lo que “permite que cada club y los patrocinadores puedas tener un mayor retorno que si lo hiciéramos con un sistema de pago”, explica Óscar Graefenhain, director general de la FEB.

La FEB y los clubes están trabajando en la profesionalización de la Liga Femenina, un paso con el que esperan mejorar su visibilidad y el negocio que mueve

Ahora, numerosos clubes tienen la esperanza de que los encuentros no sólo se pueden retransmitir en abierto en Teledeporte o en el perfil de Twitter de la FEB, si no que otras plataformas puedan entrar hacerse con estos derechos. “Cuanta más profesionalizado este concepto, mejor producción, y más audiencias vamos a tener… Hoy en día,  las nuevas plataformas de pago están buscando contenidos como locos y apostando por ello. Yo creo que tenemos que llegar a poder poner el baloncesto femenino a nivel del interés de todas formas”, sostiene el director de administración del Valencia Basket.

Aquellos clubes que también compiten en Europa, como el Lointek Gernika KESB, también sellan acuerdos con televisiones autonómicas para tener visibilidad y recibir algún tipo de contraprestación. Por ejemplo, tienen una alianza con ETB para emitir todos los encuentros de la Eurocup y algunos partidos ligueros durante la temporada. 

A su vez, los clubes se han enfrentado al reto de mantener durante estas dos temporadas pasadas a los patrocinadores, ya que al no poder obtener ingresos por otras vías como el ticketing, los espónsors jugaban un papel fundamental en el apoyo a los equipos y, por consiguiente, a la liga. “Buscamos en ellos un impulso económico que no podemos conseguir con nuestros recursos propios, que son nuestros socios y socias, la taquilla y otros recursos atípicos”, afirma Naia Fernández, portavoz del Lointek Gernika KESB.

Esta cuestión es especialmente importante entre los clubes que no reciben apoyo público o disponen de patrocinios institucionales. En palabras de Fernando Galindo, “nosotros no tenemos dinero público ni lo queremos, pero ese es un aspecto importante que hace que la competición sea desigual en algunos sentidos. Casi todos los clubes tienen ayudas institucionales y nosotros no”. 

Por su parte Gallego, concluye que se ha conseguido fidelizar a los patrocinadores, pues “se han mantenido durante la pandemia”, algo que “se debe en parte al gran apoyo que reciben por visibilizar la liga femenina pero también porque consideran que sus espectadores son fieles y dan el mismo espectáculo”. 

Tanto es así, que un factor importante a resaltar es que no hacen distinciones de pabellones donde disputan los encuentros los equipos masculinos y femeninos. Es el caso del Valencia Basket y, en varias ocasiones antes de la pandemia, el Movistar Estudiantes. La posibilidad de jugar con más aforo ayuda a captar espónsors, porque buena parte de las activaciones se realizan en el día de partido, cuando las marcas pueden conectar con los fans.  Por el momento es el 80% del aforo el porcentaje permitido. Veremos cómo evolucionará en un futuro, pero,  por el momento, también es una ayuda para la competición y los equipos, que se han visto “privados del aforo completos” en la cancha durante muchos meses.

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