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El FC Barcelona no está pasando un buen momento económico-financiero para permitirse poder reforzar al principal estandarte de la entidad, su primer equipo de fútbol. Algunos dicen que es una buena excusa para mirar a los orígenes no tan lejanos, a esa Masía que ya permitió, en distintas generaciones, alcanzar la gloria deportiva. Sólo citando a los más relevantes de los que han ganado alguna Champions League aparecen nombres como Ferrer, Sergi, Guardiola, Valdés, Puyol, Xavi, Iniesta, Pedro, Messi, Busquets o Piqué. Mateu Alemany deberá seguir trabajando con discreción, sigilo y menos recursos de los que desearía, para construir la base del nuevo proyecto deportivo.

Mientras tanto, la restructuración de los despachos blaugranas, como lamentablemente sucede tras cada elección presidencial ha sido un pleno a la renovación en todas las posiciones ejecutivas que conforman el Comité de Dirección del Club. Esta es una mala praxis que no debería existir, si el Club y sus mandatarios entendieran, de una vez por todas, que el talento ejecutivo es tan importante como el deportivo para pilotar un barco de la dimensión del blaugrana.

Pero, elección tras elección, el elenco de las distintas posiciones de dirección de los departamentos tiene una única premisa importante y clave, lealtad y amistad al Presidente o a cualquier otro miembro de Junta que tenga suficiente influencia con el máximo mandatario. Los cargos ejecutivos se “ganan” en campaña, como las elecciones. Esolleva a una evidente carencia de talento que capacite al equipo gestor en la consecución de sus objetivos, que son tan relevantes como los deportivos. La frase hecha “de aquellos barros, estos lodos” describe la penosa gestión del anterior equipo de directivos capitaneado por Óscar Grau. 

Hoy no toca criticarlos más, este artículo no va de eso. Aunque no hay excusa pandémica que pueda excusarles. En el actual Barça, el mejor antídoto contra esa situación endémica parece ser su actual CEO, Ferran Reverter, aunque había tenido muy poca visibilidad hasta la pasada semana, su primera presentación pública ha demostrado un nivel ejecutivo que casi nunca se había visto. Hay que remontarse a cuando Ferran Soriano ejerció una posición similar tras ganar las elecciones y co-ejercer de miembro de Junta y ejecutivo junto a Marc Ingla.

Eso sí, la última incorporación, bajo la plena capacidad de decisión del Director de Recursos Humanos, si está alineado con lo que se desearía. Un profesional que llega de Nike, compañía que tiene una alta exigencia en la búsqueda y desarrollo del talento, que ejercía una similar posición en la compañía y de una compañía que está en el mismo mercado en el que opera el Club, aunque esta última no debería ser un aspecto imprescindible, ayuda. Nike está perdiendo demasiado talento fuera de sus las oficinas centrales (ya sea de EEUU o las regionales) y el Barça ha aprovechado a un joven talento que llevaba una buena trayectoria y que acababa de ascender a la Dirección de Marketing de la multinacional americana en España. 

El nuevo Director de Marketing del Barça es bueno, talentoso, joven y valiente, la decisión en sí misma lo demuestra: Cambiar Nike por el Barça. Con toda seguridad, tiene ganas de hacer cosas, en el Club podrá hacerlas todas, si los jugadores le dejan; en una multinacional en que la marca se maneja desde los “headquarters” hay poco que hacer. No viene de La Masia, pero Nike es una buena cantera de profesionales para una entidad deportiva. Buen fichaje, buen profesional, buena persona (puedo dar fe de ello, puesto que he coincidido con él, poco, pero suficiente). Tiene todos los requisitos para que triunfe, si le dejan. Suerte, Sergi.

 

Enric Jové, CEO de McCann Barcelona y CIO de McCann Spain

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