El Club Natació Sant Andreu y la Asociación Catalana de Clubes de Natación (ACNC) levantan la voz para evitar que la histórica entidad deportiva se vea obligada a renunciar a un proyecto clave para su futuro. Pocos días después de anunciar su decisión de no presentarse al concurso para asumir los servicios públicos del centro deportivo municipal (CEM) La Sagrera, el club y la asociación han unido fuerzas para llevar a los tribunales una licitación de la que cuestionan su legalidad.
La ACNC ha presentado un recurso ante el Tribunal Catalán de Contratos del Sector Público (Tccsp), en el que solicita una serie de medidas cautelares con las que confía que el Ayuntamiento de Barcelona frene la licitación. En juego, un contrato valorado en 49,3 millones de euros y para el que se cerró el plazo de presentación de ofertas el pasado 7 de junio. El objetivo es que se modifiquen algunos puntos de los pliegos publicados. “Consideramos que tienen graves deficiencias que vulneran los principios básicos de la contratación pública y la jurisprudencia consolidada en la materia”, denuncia Pere Vilà, gerente de la ACNC.
La asociación, que aglutina a las 50 principales entidades del sector en Cataluña, considera que existe una “ausencia de previsión sobre las afectaciones operativas” y califica el plan de viabilidad propuesto como “desproporcionado y descontextualizado respecto a la realidad del servicio”. Con el recurso presentado, la ACNC busca acreditar que la tramitación de la licitación “no se ha ajustado a lo que exige la normativa, ni a la jurisprudencia de los tribunales”.
La ACNC alerta de que los concursos públicos de instalaciones deportivas en Barcelona dejan en fuera de juego a los clubes de natación
La tesis de la asociación se basa en la doctrina que recogen tanto las resoluciones del Tccsp, como del Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (Tacrc) y del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (Tjue): “Los pliegos “tienen que incorporar, de manera motivada, todos los elementos esenciales que afecten al objeto, los criterios de adjudicación y las condiciones de adjudicación. La falta de esta motivación constituye un vicio sustancial de legalidad que puede determinar su nulidad”.
El presidente de la ACNC, Francesc Casabella, ha alertado que la situación del CN Sant Andreu no es un caso aislado, sino que se trata de una tendencia creciente en la contratación pública que amenaza a diferentes clubes históricos.
“Los clubes de natación alzamos la voz para mostrar nuestro apoyo al CN Sant Andreu ante la grave situación que vive en función de la licitación, en defensa de un modelo de gestión deportiva arraigado en el territorio, centrado en el interés público y comprometido con la ciudadanía y la sociedad”, ha manifestado Casabella, que asegura que “las condiciones de la licitación excluyen de facto al CN Sant Andreu del futuro de la instalación”.
El directivo, que también es presidente del CN Mataró, precisa que los clubes “no quieren privilegios, sino respeto institucional y unas condiciones que les permitan ejercer una función pública que tantos éxitos ha generado”.
El “impacto mayúsculo” de la renuncia del CN Sant Andreu
El CN Sant Andreu gestionó durante varias décadas el antiguo CEM La Sagrera, sobre el cual se está construyendo el nuevo recinto y aún sigue al frente del CEM Sant Andreu, instalación ubicada a pocos metros y que el consistorio quiere demoler cuando se inaugure el nuevo recinto. El club, que lleva medio siglo dando servicio a los usuarios del barrio en diferentes instalaciones, reclama al Ayuntamiento que “atienda” la singularidad de las entidades deportivas sin ánimo de lucro, una condición diferencial reconocida tanto en la Ley de Contratos del Sector Público como en la Ley de Patrimonio.
Para Àngel Bernet, presidente del CN Sant Andreu, el impacto entre poder retener o tener que renunciar a este contrato es “mayúsculo”. “Renunciamos por responsabilidad y obligación, no podemos comprometer el futuro del club ni el servicio que ofrecemos al barrio y a la ciudad en unas condiciones que lo pondrían en riesgo. Es una situación profundamente triste y que, a la vez, nos da miedo”, reconoce.
“El Ayuntamiento ha tirado hacia adelante los pliegos sin haber visitado la instalación, sin saber qué necesita realmente, cuál habría sido el mejor plan de inversiones o cómo debería evolucionar la instalación para continuar prestando un verdadero servicio público y social al barrio”, añade el dirigente. En su opinión, son cuatro principalmente los factores que han motivado la decisión de no presentar una oferta en el concurso en las condiciones presentadas.
Para Àngel Bernet, presidente del CN Sant Andreu, el impacto entre poder retener o tener que renunciar a este contrato es “mayúsculo”
El primero, una cuestión técnica: “La licitación presenta graves deficiencias que comprometerían la ejecución de la concesión y la viabilidad del club”. El aspecto económico también es relevante: “Se nos exige una inversión de más de cuatro millones, más IVA, que le correspondería asumir al Ayuntamiento. El plan de viabilidad propuesto es insostenible”, lamenta Bernet. Todo ello, incide, tiene implicaciones a nivel deportivo: “No podríamos desarrollar la actividad deportiva que nos define ni condiciones para la natación o para el waterpolo”, argumenta el directivo.
La entidad ha formado en los últimos años a deportistas olímpicos, algunos de ellos incluso medallistas, entre los que se encuentran Jessica Vall, Àfrica Zamorano, Jordi Jou, Joanllu Pons, Lidón Muñoz, Martina Terré, Elena y Ariadna Ruiz o Nona Pérez. “Somos un club de referencia a nivel europeo. No estamos dispuestos a perder este legado”, reivindica el presidente del club, que se ofrece a dialogar con el Ayuntamiento.