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El fundador de YogaOne compra un club a DiR y apunta a seguir creciendo con franquicias

La cadena de estudios boutique especializados en yoga ultima tres aperturas en la Comunidad de Madrid, donde crecerá en San Sebastián de los Reyes, Alcorcón y Fuencarral.

YogaOne - Jordi Canela

Abrir una franquicia es un indicador de reconocimiento hacia una marca, y el fundador de YogaOne ha querido dar el salto a franquiciado para demostrar su apuesta por el modelo de la marca. Jordi Canela, hijo del fundador de DiR, Ramon Canela, se ha hecho con el control del club YogaOne Mandri de Barcelona, el segundo que abrió la cadena en 2016 y que supuso la puesta en marcha de un modelo de negocio que hoy cuenta con más de 50 centros en España. El YogaOne ubicado en el club de DiR de Tusset se mantendrá como el único centro propio de la compañía, según ha podido saber 2Playbook.

“Como socio fundador y experto en esta disciplina, esta apuesta supone ponerme a pie de calle como un franquiciado más; estar en primera línea como el resto, sintiendo el mercado”, afirma a este medio Jordi Canela, que también es responsable de producto de la cadena de centros de yoga. Su hermana, Silvia Canela, está al frente de la expansión de las franquicias.

DiR ha decidido que había llegado el momento de desinvertir en este centro, y alcanzar un acuerdo con el fundador de la marca ha sido la opción elegida. “Es un centro que impulsamos en su día como un piloto para empezar a franquiciar; una vez hecha esa función de flagship para formar a técnicos y enseñar el modelo, creíamos que era el momento de convertirlo en franquicia”, justifica.

YogaOne opera más de 50 estudios en España y en los próximos días sumará 3 clubes más en Madrid

El directivo no descarta abrir más instalaciones con esta marca. De hecho, ha constituido la sociedad The 8 Revolution Company para “llevar este centro y otros que puedan surgir”. Este no es el único club del que Jordi Canela es franquiciado, pues hace unos meses impulsó el YogaOne Surya, ubicado en el barrio barcelonés de Les Corts. Allí ha incorporado a la parrilla las clases de hot yoga, que también se imparten en Mandri pero no en todos los estudios.

“Es clave ofrecer formación de manera continuada para que los profesores estén formados en todos los estilos; tenemos cincuenta formaciones a lo largo del año, algunas gratis u otras de pago”, afirma. Impartir distintos tipos de yoga con un amplio horario de apertura es uno de los vectores de diferenciación de una de las pocas cadenas de yoga que opera en España, un país donde el mercado aún está muy atomizado.

“Vamos entre diez y veinte años con retraso respecto a otros mercados como Estados Unidos y Reino Unido”, describe, aunque no esconde que esta disciplina es tendencia. “El Covid-19 ha sido un disruptor muy importante; ahora llegamos a un público más joven, y los hombres se han ido incorporando a la práctica porque han visto los beneficios del yoga”. Eso sí, mientras que en EEUU en torno al 50% de los practicantes son varones, en España esta tasa no supera el 25%.

La demanda existe, y prueba de ello es que YogaOne cuenta con más de cincuenta instalaciones en España. Ha sido con esta marca como el grupo DiR, tradicionalmente asentado en Barcelona, empezó a abrir franquicias en Madrid. De hecho, en esa comunidad autónoma ultima la apertura de tres estudios en San Sebastián de los Reyes, Alcorcón y Fuencarral, que elevarán hasta doce el número de clubes que opera en esta región. Así, se convertirá en la segunda región donde más presencia tiene la cadena.

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