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Impagos, ERE y rondas no cerradas: así se ha borrado del mapa el dueño de Fit Jeff

El futuro de la ‘start-up’ valenciana está en el aire tras perder 81 millones entre 2019 y 2022 y acumular deudas millonarias. El despido masivo de trabajadores y la entrada en concurso de acreedores han provocado el desmantelamiento de su estructura.

Fit jeff usuaria

De aspirar a ser el rey de las lavanderías y convertirse en una de las mayores cadenas de estudios de entrenamiento a nivel mundial, a entrar en concurso de acreedores por acumular deudas millonarias y querellas de franquiciados de todo el mundo. El futuro de la start up valenciana Jeff se encuentra en el aire apenas cuatro años después de alcanzar presencia en 30 países, sumar 600.000 clientes y facturar más de 16 millones de euros en 2019. Tras no cerrar varias rondas de inversión, sus fundadores buscan ahora comprador para una compañía que en los últimos meses ha ido perdiendo a la mayor parte de los franquiciados que tenía. 

Fundada en 2015 como una aplicación para móviles que ofrecía un servicio de lavandería a domicilio, Mr Jeff empezó a crecer ampliando su red de franquicias con distintas verticales: desde centros de lavandería autoservicio a centros de belleza, espacios de coworking, locales de café para llevar o estudios de fitness enfocados en yoga, pilates y entrenamiento funcional. Esta última vertical, Fit Jeff, nació tras la fusión con otra start up valenciana, Entrenarme, que puso en marcha su primer estudio a mediados de 2020. Su ambicioso plan de expansión contemplaba su llegada a más de cuarenta países entre España, Latinoamérica y Oriente Medio. 

La compañía planeaba inaugurar centenares de franquicias de Fit Jeff por todo el mundo, pero finalmente sólo consiguió abrir 14: seis en España, tres en México y uno en Uruguay, Chile, Ecuador, Perú y República Dominicana. La Covid frenó su crecimiento a nivel de unidades. Luego, no consiguió cerrar algunas ampliaciones de capital previstas. La falta de recursos y, sobre todo, las promesas incumplidas, propiciaron que la red de centros se fuera desmantelando progresivamente. El último locale que queda en España, en Madrid, cambiará de marca próximamente. 

Es el caso de uno de los dos locales de Madrid y de la mayor parte de los centros que se encontraban en Latinoamérica. “No hemos recibido ayuda suya, pagamos unos royalties mensuales y un 5% de nuestros ingresos por una marca que no existe. Además, no nos mandan las facturas correspondientes a las cuotas de nuestros clientes que ellos siguen cobrando, pese a no tener trabajadores, por lo que no sabemos si nos ingresan todo el dinero que facturan. No confío en ellos”, explica a 2Playbook Sergio Vaquero, franquiciado responsable del que hasta este septiembre era Fit Jeff Ponzano. A principios de 2023 bajó la persiana a Fit Jeff Montecarmelo tras asumir su gestión un año antes en un intento por rescatarlo. 

Antes, a finales de 2022, una caída del software de la empresa había dejado sin servicio a este y otros franquiciados. “Y a partir de aquí, todo fueron muchos problemas. Pedimos explicaciones, pero nada: todo eran promesas incumplidas. Ese fue el detonante para que muchos franquiciados decidiesen marcharse”, desarrolla. A Vaquero, Jeff le llegó a deber más de 16.000 euros, deuda que Jeff aún no ha liquidado por completo. “Hicimos una gran inversión en la marca y ha resultado una estafa. Ahora tenemos que volver a invertir en una nueva marca de cero”, lamenta. 

El suyo no es un caso aislado. “Nos deben el dinero del último mes de ventas antes del cierre de la marca Mr Jeff, por incumplimiento de contrato y por estafa y daños y perjuicios”, se suma Luis Alfonso Zambrano, responsable de Fit Jeff Buceo, en Montevideo (Uruguay), que denuncia que la compañía le debe más de 50.000 dólares (46.768 euros). Este franquiciado aún mantiene el nombre de la compañía en su centro, pero sólo por una cuestión legal: “Seguimos operando bajo la marca por recomendación de los abogados, que entienden que desvincularnos sería más difícil poder demandar”. 

Otros franquiciados no han querido esperar a que finalizase su vínculo para suprimir la marca Jeff de sus respectivos centros, a riesgo de enfrentarse a una demanda de la empresa por incumplimiento de contrato. “No quiero seguir operando con esta marca y he pedido la salida. Les avisaré por respeto, un respeto que no han tenido ellos conmigo”, retoma Vaquero, que a partir del 1 de octubre cambiará de nombre el estudio que gestiona en Madrid bajo la marca Moove Studio. Seguirá el ejemplo de otros antiguos franquiciados que decidieron continuar con sus negocios pero con otro nombre comercial: es el caso de Mood Fitness Boutique en Murcia; Oasis Fit Campanar y Be Good Viveros y Fit Patraix - fitness boutique en Valencia. 

A la espera de que los aún franquiciados puedan desvincularse legalmente de la empresa, que les ha advertido que no facilitará una salida amistosa, Fit Jeff ya es historia. “Ya no existe ni esta ni ninguna otra división”, señala un antiguo empleado de Jeff. Diego Moya, uno de los fundadores de Entrenarme y máximo responsable de Fit Jeff desde su creación, dejó el cargo en 2022. Tras él, fueron despedidos el resto de miembros en plantilla de esta división. La compañía no ha atendido las peticiones formuladas por este medio para ampliar información. 

 

Dos ERE tras perder más de 81 millones de euros desde 2019

Y es que los franquiciados no son los únicos afectados por la situación que atraviesa la compañía. En 2020, Jeff tenía en plantilla 600 trabajadores y la voluntad de doblar esta cifra hasta 1.200 empleados tras ejecutar de sus ambiciosos planes de expansión. Una idea que se truncó debido a la pandemia y a diferentes rondas de inversión que no consiguieron cerrar. En concreto, se anunció una ronda de 90 millones de dólares (84,4 millones de euros) captados entre equity y deuda y, meses después, trascendió que esa transacción no llegó a completarse. Sin financiación externa, la empresa no pudo mantener una estructura sobredimensionada y se vio obligada a recortar sus gastos operativos. 

La compañía aplicó dos ERE que dejaron en mínimos su plantilla. Varios centenares de antiguos trabajadores iniciaron acciones legales contra la empresa para pelear por recuperar el dinero que se les debe tras varios meses de impagos. Los primeros juicios empezarán en 2024. Los administradores de la compañía les aseguraron en reiteradas ocasiones que harían frente a los pagos una vez cerrasen las diferentes rondas de inversión que no llegaron a buen puerto.  

La dirección de Jeff ha seguido buscando financiación que permitiese compensar unas deudas que iban creciendo a medida que los números rojos también lo hacían año tras año: la compañía perdió 15,8 millones en 2019; 18,5 millones en 2020; 32 millones en 2021 y más de 15 millones de euros en 2022. Un agujero de más de 81 millones en apenas cuatro años. 

La compañía, que llegó a tener 1.000 franquicias operativas, según sus fundadores, levantó más de 130 millones de dólares (121,6 millones de euros) en capital con fondos españoles como Alma Mundi Ventures, Angels Capital, All Iron Ventures, además de otras entidades internacionales como DX Ventures. A principios de año captó 90 millones de dólares (84 millones de euros) entre deuda y capital para reflotar a la empresa e impulsar cambios que garanticen su supervivencia. Más de medio año después, no hay ni rastro de esa inyección de capital. 

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