Indoorwall pone la directa en un año en el que el nivel de incertidumbre apenas se reduce. La cadena de rocódromos cerró el último ejercicio en positivo y con una facturación de cuatro millones de euros, aunque el gran salto llegará en 2022. “Es el año de apretar fuerte”, avanza a 2Playbook su consejero delegado, Israel Macià. El grupo dará el salto a Estados Unidos y confía poder abrir entre dos y tres centros en Miami, así como desbloquear otros proyectos en España.

Indoorwall mantiene la previsión de abrir en torno a cinco rocódromos en cada estado de EEUU a medio y largo plazo. Las reuniones para cerrar los proyectos en Miami tuvieron lugar en las últimas semanas, y Macià destaca que sólo la situación económica del gigante norteamericano marcará la evolución. “Los tiempos los vamos a marcar nosotros en todo momento en función de nuestra hoja de ruta”, asegura.

El empresario explica que “2021 ha sido un año muy incierto, muy difícil de sostener a nivel económico porque tenemos una red de quince centros en distintas ciudades, cuatro de ellos abiertos en pandemia”. Por ello, argumenta, “realizar cualquier apertura exige músculo financiero y paciencia, pero estamos acostumbrados a que funcionen desde un primer momento, y el año pasado fue difícil por las restricciones”.

La cuota de socios, principal fuente de ingresos de Indoorwall, creció por debajo de lo esperado, pero logró incrementarse gracias a las aperturas realizadas. Aún están pendientes dos centros en Leganés (Madrid) y Mallorca, ambos en propiedad. Los proyectos, sin embargo, se han demorado no por las medidas sanitarias, sino por los problemas de suministro y fabricación por los que también atraviesa el sector de la escalada.

Indoorwall llegará a Miami en 2022 y ha trazado un plan de expansión a cinco años

“La producción está colapsada; falta material, los plazos de entrega se dilatan, hay aplazamientos en pagos y entregas que no corresponden…”, lamenta Macià. De ahí que una de las opciones que baraja Indoorwall sea contar con fabricación propia. Por ahora no hay un plan fijo sobre la mesa, y no se descarta ninguna opción, desde tener fábricas en propiedad, o trabajar con socios en exclusiva “siempre que garanticen el estándar de calidad que buscamos”.

Los problemas de suministro impactarán en la hoja de ruta de aperturas en España. El directivo asegura tener distintos proyectos en marcha, aunque ninguno cerrado aún, por lo que prefiere no desvelar los planes de expansión en 2022. Hasta ahora, Indoorwall ha invertido 21 millones de euros en seis años para abrir sus ocho centros en propiedad y sus seis franquicias.

“Estamos en un punto clave, en el que por volumen de negocio vamos a dejar de ser una start up, vamos a entrar en otro mercado y tenemos centros en muchas ciudades”, afirma el directivo. “Cuando llega un punto así, lo más importante es poner orden en la estructura, porque las necesidades y el crecimiento a partir de aquí va a ser muy distinto; por eso hemos realizado un plan de trabajo a cinco años que ordene la estrategia de expansión, que mida los ritmos y genere la estructura interna, y ahí es donde nos estamos centrando ahora”, destaca.

De cara a 2022, la previsión es más que doblar su cifra de negocio y alcanzar los 10 millones de euros. Macià, sin embargo, supedita el crecimiento a los problemas de suministro y las restricciones que afecten a las instalaciones.

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Hasta la fecha, todos los centros se han financiado con recursos propios y con el apoyo de franquiciados. En este segundo caso, Indoorwall crea una sociedad para gestionar el centro en la que busca ser el accionista mayoritario para tener la gestión de la instalación. “Las nuevas aperturas serán propias y vamos a intentar seguir esta fórmula, teniendo la mayoría accionarial en aquellas en las que operemos con un socio”, asegura.

Su escuela cuenta actualmente con 1.500 niños, la más amplia entre los rocódromos españoles. “Nos estamos centrando en rocódromos muy técnicos, preparados para el entrenamiento y la tecnificación”, explica Macià. Su apuesta y la decisión de crear su propia competición para rivalizar con el Campeonato de España de la federación, en manos de Climbat, han agitado el tablero de la escalada y provocado un cambio en la gestión.

Pese a que Climbat tenía la exclusiva para organizar el 80% de las competiciones de la federación hasta 2025, se ha renunciado a dicho acuerdo para buscar un nuevo modelo de gestión. Desde este año será Indoorwall quien asuma dicho contrato con la exclusividad para las competiciones, con la puerta abierta para que Climbat organice otras pruebas más adaptadas a su modelo de rocódromos y, en ambos casos, de la mano de la federación.