L'Orange bleue fortalece su enfoque de apoyo integral a los inversores de gimnasios para expandir su red y exprimir su rentabilidad. La cadena francesa ha adaptado su metodología para asegurar que inversores de cualquier perfil, con o sin experiencia previa en el sector deportivo, puedan gestionar con éxito un centro de fitness. El modelo de franquicia de gimnasios está abierto a perfiles diversos, desde antiguos entrenadores a inversores. “Buscamos espíritu emprendedor. Nosotros nos encargamos de acompañar y formar a cada partner”, explica José Nercellas, director general de l'Orange bleue.
La cadena, fundada en 1996 por Thierry Marquer, tiene siete centros en España, tras inaugurar cuatro en Madrid en 2024, y prevé facturar 2,5 millones de euros en el país este año. La compañía y sus licenciatarios, que invierten de media unos 300.000 euros por gimnasio, prevé un desembolso de entre 900.000 euros y 1,5 millones de euros para crecer en el país este año. La facturación media anual es de entre 350.000 euros y 450.000 euros en un establecimiento de 550 metros cuadrados (tras 12 meses rolling). El retorno de la inversión se consigue entre tres y cuatro años tras la apertura.
La marca se distingue por su cercanía y el acompañamiento al cliente, ofreciendo entrenadores certificados por la propia cadena y clases dirigidas de alta calidad bajo la marca propia Yako. La compañía licencia su marca y proporciona formación, apoyo operativo y asesoramiento continuo para asegurar la sostenibilidad de cada gimnasio, buscando maximizar la rentabilidad y consolidar la relación entre partner (licenciado de marca), equipo y cliente final. La clave de esta estrategia es el soporte continuo antes, durante y después de la apertura del club.
Este seguimiento se materializa a través de un proceso de apoyo guiado en cinco etapas. En la primera, se planifica el proyecto, lo que incluye estudios de mercado, búsqueda de locales de entre 350 metros y 900 metros cuadrados y acceso a constructoras. En la segunda, se elabora un plan financiero detallado para garantizar la viabilidad del negocio. En la tercera, se diseña y distribuye el espacio del gimnasio. Finalmente, se inicia el proceso de reclutamiento y formación del personal y se inician las campañas de marketing pre-apertura.
La formación interna de los equipos es crucial, con certificaciones en su propia academia de entrenadores Encp. Los cursos anuales otorgan un diploma homologado por el Estado francés, esencial para ejercer como entrenador en Francia, lo que permite a la cadena nutrirse del talento profesional que forma, una estrategia clave ante la escasez de mano de obra en el sector. Esto permite formar entrenadores que imparten casi un millón de clases colectivas anuales. “Todos nuestros coaches están formados en nuestras metodologías. El conocimiento técnico es parte del servicio que entregamos al partner”, subraya José Nercellas.
Acompañamiento integral, un apoyo clave para escalar el negocio
Además del soporte técnico y operativo, el acompañamiento incluye asesoría financiera, ayuda en la búsqueda de locales y optimización del funcionamiento diario del club. Así lo describe Santiago López, franquiciado en Valencia: “Desde el inicio nos ayudaron con la financiación, reformas y selección del local, gestión de empleados y optimización del club para tener mejores resultados. Cada seis semanas recibimos visitas de auditores que revisan desde la gestión del personal hasta la rentabilidad del negocio”.
El apoyo de la cadena crea un “feeling” familiar que eleva la satisfacción y fidelización de los socios. López dirige el primer gimnasio de la cadena en Valencia, pero no será el último, ya que en octubre abrirá el segundo. “Mi ambición es crear una red con cinco o seis instalaciones sin aumentar significativamente la carga de trabajo. Al elevar el volumen de negocio puedes tener un gerente que se ocupe de cada club y dedicarte a la gestión de números, lo que permite dedicarle el tiempo que quiera a mi familia. Es un gran plan de futuro”, asegura.
Así se entrena en un gimnasio de L'Orange Bleue
El proceso se intensifica semanas antes de la inauguración con formación específica en software de gestión y acciones comerciales. Alfredo Betancourt, director de operaciones de l'Orange bleue en España y Portugal, explica que “el seguimiento periódico de cada centro lo realiza un líder regional que visita el club, analiza indicadores clave y propone soluciones adaptadas a cada gimnasio para mejorar su volumen de negocio y rentabilidad”.
En el día a día, la fidelización y la atención al cliente son pilares del servicio, con entrenadores que acompañan personalmente a los socios. “Asignamos rutinas específicas, en función de los objetivos específicos de cada usuario, hacemos seguimiento de objetivos y generamos comunidad con las clases dirigidas, eventos y gamificación”, ha añadido Ángel Martín, responsable comercial del club de Madrid Valverde.
Tras alcanzar los 400 clubes en Europa, la compañía prevé abrir 45 más este año, de los cuales entre tres y cinco serán en España. Nercellas compara el momento actual del fitness con el que vivió el retail a principios de este siglo: “En España y Francia existe un mercado con un enorme potencial que se está estructurando y transformando. Las cadenas que lo hagan bien tendrán un potencial enorme de desarrollo, porque el cliente viene cada vez más al conocerlo mejor”. Y ahí l'Orange bleue quiere jugar un papel clave: “En un mercado muy enfocado a un low cost que ha atraído a muchas personas por el precio, nosotros ofrecemos un servicio fuerte a un precio asequible”.
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La compañía facilita información a todas aquellas personas que deseen invertir o emprender en el sector de la mano de la marca. Para más información, escribe un correo electrónico a expansion@lorangebleue.es.