Las apuestas deportivas se mantienen en un ambiguo escenario. La regulación que prohíbe su publicidad en el deporte ha provocado un efecto dispar sobre los operadores de juego, al menos de momento. La inversión en patrocinio se ha hundido a la mitad desde que el Real Decreto entró en vigor, hasta 632.784 euros entre enero y marzo de 2022, según los últimos datos publicados por la Dirección General de Ordenación del Juego (Dgoj). Ahora bien, menos visibilidad no se ha traducido en menos negocio como aspiraba el Gobierno.
Las cantidades jugadas no han dejado de incrementarse desde la aprobación de la nueva norma. Entre octubre y diciembre de 2021 se superó el récord de un trimestre, con 3.136 millones de euros en apuestas. Era la primera vez que se rebasaba la barrera de los 3.000 millones en tres meses, y se ha vuelto a superar en el arranque de 2022. Solo con lo facturado en este trimestre se ha superado el negocio que movían las apuestas en 2014.
En cuanto al gross gaming revenue, este sí continúa cayendo. Esta es la métrica que utiliza el sector para reflejar la diferencia entre el dinero que se gasta en apuestas y lo que se entrega en premios. De la resta saldría la facturación real de las empresas. Entre enero y marzo de 2022 ha sido de 65 millones de euros, un 41% menos que en el primer trimestre de 2021.
La facturación total del último año superó por primera vez la barrera de los 10.000 millones de euros. Este año ya se ha conseguido casi un tercio del total, y el último trimestre podría batirse un nuevo récord con el Mundial de Qatar 2022. La Euro masculina del año pasado ya logró el récord hasta la fecha en cantidades jugadas, que posteriormente volvió a superarse meses después.
El número medio de cuentas activas ha vuelto a superar el millón de usuarios, un 5,81% más que a cierre de 2021. Eso sí, se crean menos cuentas que en los años anteriores. En los tres primeros meses de 2022 hubo 186.234 usuarios nuevos, un 56% menos que hace un año. Este podría ser uno de los indicadores que, a la larga, puedan evidenciar un posible retroceso en el negocio de las apuestas. Por ahora, eso sí, los operadores de juego están logrando sortear el veto sobre el patrocinio y las limitaciones de publicidad.
Sí lo han sufrido más los clubes, que tras un año de transición ya han logrado cerrar acuerdos a largo plazo con nuevos socios principales. Sectores como las plataformas digitales de entretenimiento, criptoactivos y compraventa de vehículos han tomado el testigo en LaLiga. Si el año pasado casi el 60% de nuevos patrocinadores principales se firmó solo para 2021-2022, este verano se trata ya de contratos multianuales, muestra de la resiliencia de los clubes pese a la pandemia y la pérdida de las apuestas.
La inversión publicitaria también se ha desplomado un 51,8% interanual, hasta 34,4 millones de euros. Supone volver a niveles de 2016, cuando se produjo la gran ola de anunciantes de juego online. Desde la entrada en vigor del decreto la inversión en patrocinio ha pasado de 8,5 millones a solo 632.784 euros y la publicitaria de más de 70 millones a menos de la mitad.
En cuanto a los tipos de apuestas, las apuestas en directo se mantienen como el motor de la industria y aportan más de la mitad de la facturación, con 1.652 millones de euros. Las apuestas de contrapartida convencionales aportan otro 40%, hasta 1.307 millones, mientras que las hípicas, tras un año y medio de crecimiento a triple dígito, se han hundido hasta 33 millones de nuevo.
