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El CSD apuesta por la profesionalización: crea un programa de ayudas a clubes vía Pactos de Viana

Inicialmente incluirá ligas de equipo cuya selecciones masculina y femenina hayan estado en Tokio 2020, aunque la previsión es ampliarlo a partir de 2023. El importe que se pondrá en esta nueva línea de subvenciones aún no está cerrado.

Liga Guerreras Iberdrola Elche La Calzada 2021 2022

El Consejo Superior de Deportes (CSD) abre una nueva vía a la profesionalización del deporte español. El organismo lanzará este año un nuevo programa de ayudas económicas directas dirigido a los clubes, con el objetivo de desarrollar sus estructuras y encaminarse hacia el objetivo de ser ligas profesionales en un futuro. “Si queremos éxitos internacionales, necesitamos las mejores competiciones europeas”, explica a 2Playbook Albert Soler, director general del CSD.

En este primer año se incluirán únicamente seis deportes: baloncesto y balonmano, en modalidad femenina, y waterpolo, hockey hierba, básquet en silla de ruedas y fútbol sala para ciegos, tanto masculino como femenino. El criterio aplicado es que tanto la selección masculina como la femenina hayan disputado los últimos Juegos Olímpicos o Paralímpicos de Tokio 2020.

La nueva línea de ayudas saldrá hacia finales de año, cuando se termine de articular la propuesta. “Este será el primer año y la cantidad económica será menor de lo que nos gustaría, pero tendrá continuidad y aumentará en 2023”, admite Soler. Será entonces cuando el CSD estudie abrir la puerta a otros deportes colectivos como el hockey patines o el fútbol sala. “Al final, había que establecer un criterio y fuimos por el año olímpico, pero si queríamos tener un impacto real en los clubes había que fijar un tope este primer año”, reconoce.

El plan solo contempla las primeras divisiones de los deportes mencionados. Las ayudas se gestionarán a través de las federaciones, pero irán íntegras y directas a los clubes que las soliciten. No entrarán la ACB, al ser ya una liga profesional, ni Asobal, que el CSD ya entiende con un nivel de profesionalización superior y, además, se benefició de las ayudas contra la Covid en 2021.

En el plan no entran Asobal ni ACB ni otros deportes que no cumplen el criterio olímpico en 2022

Por el momento, Soler prefiere no desvelar la horquilla económica con la que trabajan, pero sí indica que los fondos procederán de los Pactos de Viana. Esta partida procede del 1% de los derechos audiovisuales de LaLiga, que acordó con el CSD y la Real Federación Española de Fútbol (Rfef) una mayor contribución para repartir al deporte español. En total, unos 25 millones anuales a gestionar.

De los Pactos salieron los 10 millones con los que se rescató a los clubes ACB y Asobal como primera medida para paliar las consecuencias de la pandemia. Lo cierto es que la mayor parte de los fondos ya están comprometidos en los nuevos proyectos. Para profesionalizar el fútbol femenino se destinarán 5 millones de euros. Para el recientemente presentado programa Team Élite irán 16 millones anuales hasta París 2024. Y aún falta por resolver la línea de 3 millones que se aportaba a las federaciones en concepto de ayuda a la producción televisiva.

Sumando todas las partidas, quedaría como máximo una horquilla de unos dos millones de euros a repartir entre los más de 70 equipos que pueden acogerse a las ayudas, salvo que el reparto desde LaLiga sea mayor en 2022. Se desconoce cómo se articulará el reparto.

Soler reconoce que “ya hemos mantenido las primeras reuniones con equipos y federaciones de baloncesto y balonmano para presentar el proyecto”. Los fondos no podrán utilizarse para el gasto en plantilla, sino que las entidades deberán justificar en qué áreas específicas los invierten para reforzar y profesionalizar su estructura. Un criterio que, salvando las distancias, se asemeja al que seguirá LaLiga en el proyecto Impulso con CVC.

El CSD ya se ha reunido con algunas federaciones y desbloqueará los fondos hacia final de 2022

“No queremos que esto sirva para pagar más sueldos, queremos que sean los clubes los que decidan donde invertirlos y cubrir ese déficit que siempre ha existido de no tener el dinero suficiente para invertir en otras necesidades porque sus recursos propios son limitados”, recalca Soler. “Habrá equipos que creen por primera vez su propio departamento de marketing y patrocinios, otros que incorporarán fisioterapeutas u otros profesionales para mejorar la atención a sus deportistas… El objetivo es encauzar el camino a una mayor profesionalización”, avanza.

Desde el CSD, además, se asume que las necesidades de unas y otras entidades y su nivel de desarrollo es muy dispar. Desde la Federación Española de Baloncesto (FEB) ya se trabaja con su propio plan para profesionalizar la liga. El objetivo es dotar a los clubes de recursos y construir la estructura de gestión que permita a medio plazo seguir los pasos del fútbol femenino. De entre los deportes elegidos, es también la que más exposición y relevancia comercial tiene.

También es la que ha logrado ya el objetivo principal del CSD: captar el talento español en el extranjero y estar en la élite europea como liga. Será la que pueda marcar el paso al resto de competiciones en este proceso. “La ecuación es simple: no podemos tener la mejor selección si no tenemos clubes fuertes y la mejor competición”, defiende el directivo.

“Nuestro objetivo final siempre es la selección, lograr el mayor número de triunfos posibles en competiciones internacionales, pero eso tampoco nos vale si el tejido deportivo no da un paso más; para ello tenemos que ayudarles en este camino hacia la profesionalización”. Ahora bien, la consideración de liga profesional, tal y como ha logrado el fútbol femenino, aún tendrá que esperar, ya que desde el organismo se asume que será un proceso cocinado a fuego lento.

En paralelo, se tratará de trabajar con las federaciones para que las ayudas vayan acompañadas de otras medidas. La principal, los contratos, que ya fue uno de los grandes caballos de batalla del fútbol femenino. “La profesionalización no se entiende si no hay un contrato laboral de doce meses con los deportistas”, subraya Soler, quien también indica que “es evidente que ahora mismo los clubes no tienen esa capacidad económica para asumirlo, pero hay que lograrla”.

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