Publicidad

Red EPIC: un chip para evitar 50 muertes anuales por ahogamiento en las piscinas españolas

El programa impulsado por Zonyx, y que cuenta con financiación del CSD a través de fondos europeos, busca mejorar la seguridad y accesibilidad en un medio, el acuático, en el que cada año pierden la vida 400 personas en el país.

suma fitness piscina red EPIC chip nagi smartpool zonyx nadadores

La digitalización permite recabar datos y mejorar la experiencia del usuario, pero también contribuye a una función aún más valiosa: salvar vidas. Este es uno de los retos que persigue la Red EPIC, el programa para digitalizar la práctica deportiva en el medio acuático impulsado por Zonyx y al que los ayuntamientos pueden adherirse sin coste hasta el 12 de agosto, fecha en la que termina el plazo del CSD para optar a parte de los 36,1 millones de euros con los que subvencionará proyectos que promuevan la reforma sostenible e inclusiva de instalaciones y espacios deportivos en los que se puedan desarrollar iniciativas relacionadas con el turismo deportivo. 

La tecnología desarrollada por esta empresa valenciana, Nagi Smartpool, puede convertirse en un gran aliado para reforzar la seguridad en las piscinas, un espacio en el que el año pasado perdieron la vida 52 personas en España, según el Informe Nacional de Ahogamientos (INA), desarrollado por la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (Rfess). Los datos que recoge la Rfess corroboran que aún queda mucho trabajo por hacer en lo que respecta a la prevención de ahogamientos en espacios acuáticos españoles. 

Entre 2015 y abril de 2023, han fallecido en playas, piscinas, ríos y otros espacios acuáticos 3.216 personas en España, 344 de las cuales en piscinas. Es decir, que cada año mueren ahogadas unas 400 personas en todo el país, medio centenar de las cuales en piscinas. Son cifras que corroboran la magnitud de un problema al que, a nivel estatal, se destinan muchos menos recursos que, por ejemplo, a luchar contra los accidentes de tráfico. Y ello a pesar de que la cifra de siniestros mortales en las carreteras españolas fue de 1.145 personas en 2022. 

“Gracias a Nagi, los nadadores llevan en sus gafas un dispositivo que informa al socorrista en tiempo real en caso de hundimiento. Cuando el usuario lleva sumergido en el agua un determinado tiempo, el socorrista recibe una alerta en su pulsera inteligente y le avisa en la tablet de la posición de este”, explica Javier Calvo, director de producto de Zonyx. “No sustituye al socorrista, sino que supone una ayuda extra muy importante cuando hablamos de seguridad en un entorno de piscinas”, añade. 

La tecnología de Zonyx permite triangular a tiempo real la posición del chip que llevan los usuarios en las gafas a través de una señal bluetooth que detecta cuando un nadador se encuentra sumergido. Una herramienta de gran valor para aumentar la vigilancia en las piscinas, especialmente entre aquellos segmentos de usuarios con un mayor riesgo de ahogo: los mayores de 55 años y los menores de 6 años. Dos perfiles que usan con gran frecuencia las piscinas municipales, sea a través de cursos escolares o bien de forma individual. 

“La mejora de la seguridad en las instalaciones deportivas es una prioridad a la hora de fomentar la práctica de la natación y facilitar el acceso a todos los colectivos: desde los más pequeños a personas con movilidad reducida, o con necesidades especiales”, suma Paloma Carcaño, directora de marketing de Zonyx. La información que proporciona la tecnología de Nagi Smartpool a los centros les permite identificar más fácilmente a los distintos perfiles de usuarios que acuden cada hora, así como sus velocidades, los metros que realizan, el ritmo y las horas de más uso. Unos datos de gran valor para los centros, que pueden usar toda esta información para reforzar la presencia de socorristas en las horas de más uso de la piscina o poder organizar las calles conociendo mejor a los perfiles de usuarios que van a cada hora. 

“Un componente fundamental de Nagi es hacer accesible la natación a todos los colectivos”, recalca Calvo, que pone de relieve la importancia de que aquellos con necesidades especiales puedan practicar la natación de una manera más segura. “Son numerosas las fuentes que consideran la natación adaptada como un ejercicio fundamental para personas con algún tipo de discapacidad”, constata. Otra de las funcionalidades que permite Nagi, especialmente enfocada para colectivos con necesidades especiales, es la de poder definir que los monitores reciban alertas de hundimiento específicas del grupo al que supervisan

“Los centros, además también pueden modificar el tiempo de alerta de estos grupos, para bajarlo para aquellos grupos más sensibles”, puntualiza Carcaño. Es decir, que si para un joven de 35 años puede considerarse razonable que esté un máximo de 30 segundos sumergido, para un niño o un mayor de 65 años puede rebajarse el tiempo que le tardará en llegar la alerta al socorrista y al monitor. Un simple chip que puede salvar muchas vidas cada año. 

Publicidad

Publicidad