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Caula (Cataluña): “Debemos desterrar el debate entre grandes eventos o inversión en deporte base”

La secretaria general de Deporte de la Generalitat de Catalunya afirma que la organización de grandes eventos no como punto y final, sino como una pieza más del engranaje para dinamizar nuestro tejido deportivo”.

Anna Caula one on one

Pensar en deporte, en tejido asociativo y grandes competiciones es hacerlo también en Cataluña. Barcelona fue sede de los únicos Juegos Olímpicos que se han celebrado en el país. La región también es sede de los primeros clubes de natación, balonmano y rugby que se crearon en España. Con más de 610.000 fichas federativas, 10.811 clubes y 6.394 empresas deportivas entre fabricantes y retailers, gestores de instalaciones y organizadoras de competiciones, Cataluña es la región con mayor número de compañías deportivas del Estado, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

El presupuesto autonómico para deporte se eleva a 70 millones de euros en 2022, y el Govern tiene el compromiso de aumentar este budget hasta más de 130 millones durante esta legislatura. “El deporte es un pilar del país, construye y cohesiona sociedad”, explica la máxima responsable de la política deportiva de la región, Anna Caula, en una entrevista que forma parte de la serie de conversaciones con los responsables de Deportes de todas las comunidades autónomas. 

 

¿Cómo conjugar el deporte de base con los grandes eventos?

El deporte catalán es un universo transversal y esa es su fortaleza y su debilidad. Tenemos 19.000 entidades deportivas diversas que tocan a otros márgenes: salud, turismo, cohesión social… Se trata de entender que el deporte puede ser un pilar de país a través del que construimos, pues cohesiona sociedad a partir de unos valores. Creemos que es la herramienta para crear una sociedad sana.

 

A menudo se habla del deporte como un pilar de autoestima. ¿Coincide?

De autoestima y empoderamiento.  El deporte catalán tiene un sello muy propio, basada en un tejido social que nació hace cien años, cuando la sociedad entendió que el deporte era un bien social. Eso fue la semilla de lo que somos hoy día. Nos construimos a partir de las entidades deportivas, acompañadas por las instituciones públicas, que no crean ni desarrollan, sino que acompañan algo construido de abajo hacia arriba, como son las entidades ya instaladas.

 

¿Cómo es ese acompañamiento?

En tres pilares primordiales: promocionando la actividad física porque a mayor número de practicantes más negocio; favoreciendo que el deporte acompañe a las personas en todas las etapas de su vida; y aprendiendo a cambiar de ciclo vital sin dejar el deporte. Nos ocupa el envejecimiento activo para mejorar la calidad de vida de la tercera edad, pero también las tasas de abandono del deporte, especialmente en la adolescencia, entre las mujeres.

 

Precisamente el deporte practicado por mujeres es una de las líneas en las que está trabajando más…

Ya se hacía deporte antes y ahora sí tiene más visibilidad, pero queda por hacer porque el porcentaje de práctica deportiva entre las mujeres es menor que entre los hombres. Tenemos que entender por qué pasa y reconducir la situación con políticas. También tenemos que generar referentes y visibilidad. E ir más allá del fútbol femenino.

 

Se está haciendo una fuerte inversión en atraer eventos deportivos, como la Copa América de vela. ¿Cuáles son las claves para dejar un legado a largo plazo como ocurrió con Barcelona’92?

Tenemos que desterrar el debate entre grandes eventos o inversión en deporte base, porque esa dicotomía no existe. Defendemos que hay que trabajar el deporte circular, en el que todo se interrelaciona con todo. Si tienes muchos niños haciendo deporte, estos equipos acaban siendo competitivos y te piden participar u organizar según qué competiciones. Vemos la organización de grandes eventos no como punto y final, sino como una pieza más del engranaje para dinamizar nuestro tejido deportivo.

 

¿Cómo lo están haciendo?

Por ejemplo, apoyamos el Godó no por el evento en sí, sino para impulsar la celebración de un torneo masculino y femenino sub14 que sumó más de 1.000 participantes y sus familias en varios puntos de Cataluña. Esa es la mentalidad que tenemos cualquier evento en el que la Generalitat está implicada.

 

¿Qué criterios pesan a la hora de elegir por qué eventos apostar?

Depende de las federaciones y de los territorios anfitriones. Nosotros podemos estimular: queremos que estos eventos se organicen y lo hagan más allá de Barcelona. Y, de alguna manera, desarrollar una personalidad propia. Cataluña tiene una manera de ser idiosincrásica: balonmano en Granollers, baloncesto en Badalona y Girona, hockey en Terrassa… Debemos encontrar qué idiosincrasia tiene cada territorio y ser sensibles a grandes eventos para que la gente conozca cómo son, y cómo se organizan en otros entornos.

 

¿Cómo es la relación con las distintas administraciones del territorio?

Son muchas capas. En los equipos de base, las entidades que ayudan más son los ayuntamientos. Por cuestiones de eficiencia y operativa, no podemos articular ayudas para las 19.000 entidades, así que es un sistema de tres capas: ayuntamientos son los que más ayudan en la base; luego están las diputaciones y, en un tercer nivel, están los proyectos conjuntos con la administración local, las diputaciones y la Generalitat, como el Mundial de balonmano y hockey femenino de Granollers y Terrassa, o La Volta a Catalunya.  Antes, la mayoría de los recursos llegaban a eventos masculinos, y ahora ya no es así por un motivo de coherencia. Queremos atraer eventos internacionales femeninos.

 

“Estamos analizando cómo dar respuesta a la demanda de ayudas del sector”

 

Se han destinado más de 80 millones en ayudas directas y líneas de financiación para entidades deportivas desde que estalló la pandemia. ¿Hay previstas nuevas subvenciones para el sector?

Tenemos que acabar de estipular si puede haberlas o no, pero intentamos redistribuir lo máximo posible. El mundo del deporte no viene de dos años de Covid-19, sino de un pasado marcado por los recortes. Todo ello, en un momento en que la factura energética está impactando mucho en su actividad. Debemos ser sensibles a esa realidad y estamos analizando qué está ocurriendo para dar respuesta a las demandas del sector, aunque se escape de nuestras líneas de ayudas ordinarias.

 

¿Qué plan inversor habéis definido para renovar el parque de instalaciones deportivas en Cataluña?

Se anunció que en esta legislatura doblaríamos el presupuesto para deporte, y una de las líneas maestras es la inversión para nuestra construcción de equipamientos deportivos. Tenemos que intervenir ahí, porque llevamos una década en la que se han construido muy pocas instalaciones y también hay que abordar la construcción de instalaciones singulares. Será una cantidad considerable para modernización de complejos que se levantaron para Barcelona’92 y para construir nuevas. Serán ayudas para ayuntamientos, lo que repercutirá en los clubes de cada municipio.

 

¿Cómo está el proyecto para crear un centro de alto rendimiento para deportes de hielo?

La voluntad es hacerlo, pues en Cataluña faltan pistas de hielo. Nos gustaría que hubiera una apuesta conjunta para crear un pabellón de hielo en el entorno del Área Metropolitana de Barcelona, que más adelante pueda convertirse en centro de tecnificación con residencia. Estamos en el proceso inicial para concebir el proyecto que definirá la inversión, pero es la Federación la que lidera.

 

Si se dobla el presupuesto para deporte, ¿qué otras líneas se abordarán?

Queremos volver a arrancar el plan de promoción de actividad física saludable, la receta deportiva y llevarla más allá de la población adulta para acompañar al público infantil. Va de inculcar buenos hábitos que permitan reducir la inversión sanitaria.

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