Publicidad

El Mundial de fútbol de 2030 será muy diferente a otros y pondrá a prueba la organización que dé soporte a este evento. Hay circunstancias que deben encararse y enfocarse con el tiempo suficiente dada la profundidad de las materias.

Estamos en los minutos de descuento de este movido año 2025 y siguiendo con los términos futbolísticos estamos apenas a una “manita” de celebrar el Mundial de futbol 2030. Un evento que de por sí debería tener una gran trascendencia reputacional y económica positiva para España pero que dado lo complejo del momento, que muy posiblemente se enredará aún más, amplificando su impacto en una u otra dirección. En esta ocasión el Mundial será muy diferente a otros y no sólo por el diseño -cuatro países, tres continentes y diferentes culturas-, será distinto porque algunos parámetros como la seguridad, la movilidad o las referencias culturales tendrán una dimensión totalmente distinta y que sin dunda pondrá a prueba a la organización que dé soporte a este evento. Por tanto, estas circunstancias deben encararse y enfocarse con el tiempo suficiente dada la profundidad de las materias, buscando los agentes adecuados que puedan dar tranquilidad a los diferentes interrogantes que surjan en esta de difícil gestión. 

Pero que nadie se asuste: si actuamos con inteligencia, generosidad y el saber hacer de un estado moderno, planificando con criterio antes y después del acontecimiento, estableciendo los indicadores de control necesarios y aportando las herramientas y los equipos adecuados, el Mundial es una gran oportunidad para que el espíritu de un país que es capaz de mostrar su fuerza transcienda con contundencia más allá de nuestras fronteras. 

Estamos ante un gran reto, configurar un nuevo legado a través del deporte. Y un legado no es sólo lo que dejamos atrás en forma de bienes o logros materiales, sino también las huellas invisibles en el corazón de quienes nos conocieron. Se construye con cada acto de bondad, en la sensación de seguridad que se traslada, en cada idea compartida y cada valor transmitido. El verdadero legado perdura en la memoria colectiva, inspirando a futuras generaciones a continuar el camino con esperanza y propósito. Por estas razones no podemos, ni debemos esperar mucho más. Albergar una competición es una cosa y otra muy distinta es demostrar el liderazgo y la capacidad suficiente para ser una ventana y un referente de amabilidad, seguridad y modernidad abierta no durante noventa minutos sino durante más de cuarenta días.

Para finalizar después de una mirada al calendario y en consecuencia a las fechas que están por venir, pidamos con mucho entusiasmo a los reyes magos, eso si no sé muy bien si a los de oriente o quizás a los de occidente, que nos regalen el impulso necesario para empezar con fuerza, creatividad, buen método y equipo adecuado, para cumplir de forma exitosa con el gran trabajo que queda por delante. Por si acaso recordemos el gran proverbio africano “si quieres ir rápido ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado”

¡Felices fiestas y magnifico 2026!

 

Alfonso Arroyo es director general de la plataforma España Deporte y adjunto a la presidencia de GO fit.

Publicidad

Publicidad