Mondraker cumplió veinte años de historia en plena pandemia. Pese a no poder celebrarlo, el hito ha cogido a la marca en el mejor momento, tanto por el despegue de la industria ciclista a escala global, como por su propio crecimiento orgánico. En apenas dos años ha duplicado su cifra de negocio, que se situará en 64 millones de euros cuando concluya su ejercicio fiscal a finales de junio. Para pilotar esta nueva etapa, la compañía se trasladará a un nuevo cuartel general de 12.000 metros cuadrados en Elche.
“Se nos ha juntado todo, tanto nuestro propio crecimiento, que antes de la pandemia ya era de un 34% interanual, y el bike boom mundial, pero el cambio de sede llevamos años preparándolo”, asegura a 2Playbook Miguel Pina, director general de Mondraker. La sede actual de la compañía se encuentra en el parque empresarial Torrellano de Elche, y su nuevo hub estará situado a tres manzanas.
Mondraker compró los terrenos hace dos años y no será hasta verano cuando concluyan definitivamente las obras. “Ahora tenemos instalaciones propias, que además están hechas a nuestra medida en base al crecimiento que prevemos”, destaca Pina. Se trata de un edificio de tres plantas con oficinas y centro logístico, aunque el directivo prefiere no desvelar la inversión hasta que esté finalizado por completo.
La mudanza coincidirá con el cierre de su año fiscal, que va de julio a junio, para ajustarse con la temporada de compras en el sector ciclista. Mondraker creció un 37% en 2020 y este año lo hará a un ritmo superior, de hasta el 45%, hasta alcanzar una cifra de negocio de 64 millones de euros.
Mondraker tendrá instalaciones en propiedad y ha abierto filial en Reino Unido
Mondraker ya apunta directamente a BH Bikes en la carrera por ser el segundo fabricante español de bicicletas con más volumen de ingresos, por detrás de Orbea. Pina, sin embargo, apunta a un ejercicio común de las tres marcas: “Somos las más valoradas en el extranjero y lo que nos transmiten es que estamos consolidando la industria española como un referente del sector”.
La diferencia de Mondraker con BH Bikes u Orbea no está solo en su fecha de nacimiento, sino también en la especialización. A diferencia de ambas firmas vascas, la alicantina únicamente se especializa en bicicletas de montaña de gama medio-alta. La principal semejanza entre las tres es que más del 80% de su negocio ya procede del extranjero.
Tras un primer intento de establecer una filial en Estados Unidos años atrás, Mondraker ha abierto su primera filial fuera de España este año. Lo ha hecho en Reino Unido, donde ya ha comenzado a operar en el mes de mayo. “Era otro proyecto sobre la mesa que se aceleró con el Brexit, porque pensamos que era ahora o nunca, y que por los aranceles y dificultades que nos íbamos a encontrar, era mejor estar dentro que fuera”, explica Pina.
La mayor parte de su facturación se concentra en la Unión Europea, principalmente en Alemania y Austria. Por ahora será la única filial que se abra, ya que el resto del Viejo Continente se pilotará directamente desde el nuevo hub de Elche, que ya se ha construido pensando en su desarrollo internacional.
Mondraker trató de abrir filial en EEUU y no se descarta el intento a medio plazo
Para ello la compañía ha reforzado su estructura de mandos intermedios y diferentes departamentos. “Estamos creciendo tan rápido que a veces desborda nuestra capacidad”, afirma. Otra de las principales necesidades que tendrá que cubrir Mondraker será la búsqueda de mecánicos especializados en el montaje de bicicleta.
Actualmente el 80% de las unidades se ensamblan en su sede de Elche. El principal reto es que de cara a 2023 se alcance el 100%. “Hacemos solo el montado porque se ha destruido tanta industria que es casi imposible producir en España materiales como el aluminio y la fibra de carbono y, además, es muy difícil dar con trabajadores especializados en montaje de bicis, así que estamos haciendo muchas formaciones internas y reinventándonos”.
Respecto a su salto a Estados Unidos, el directivo asegura que mantiene “la ambición de lograrlo en algún momento”, aunque destaca que es “muy complicado”. “Establecer una filial en suelo americano es un gran reto tanto burocrático como de recursos; grandes marcas europeas han intentado desembarcar y ha sido un pozo sin fondo de dinero y al final han tenido que salir sin poder consolidar su negocio”, subraya Pina.
“Tienes que encontrar un hueco muy definido y, sobre todo, tener el equipo adecuado; nosotros creemos que podemos posicionarnos en nuestro nicho y aún tengo la ambición de lograrlo, pero no hay un plan definido por ahora”, añade. Tras poner fin al proyecto de constituir la filial estadounidense, Mondraker se alió con un nuevo distribuidor local hace año y medio.
