Publicidad

Callaway cierra 2020 con pérdidas de 127 millones por la Covid-19 y la adquisición de Jack Wolfskin

La compañía estadounidense especializada en artículos de golf adquirió la compañía en 2019, pero aún no ha logrado culminar su integración total. A ello se suma la caída en las ventas y los mayores costes provocados por la pandemia.

callaway sede san diego

Callaway se resiente en el año de la Covid-19. La compañía estadounidense especializada en artículos de golf ha cerrado el ejercicio fiscal de 2020 con unas pérdidas de 127 millones de dólares (104,7 millones de euros), que contrastan con el beneficio neto de 79 millones de dólares (65 millones de euros) obtenido en 2019.

La compañía ha explicado que se debe, principalmente, “a los 174 millones de dólares de sobrecargo que se han pagado por la compra de mercancías de Jack Wolfskin y el uso de la marca”. Callaway adquirió la marca especializada en artículos de golf a finales de 2018, y dos años después aún no ha sido capaz de integrarla plenamente en su negocio.

El resultado también se ha visto afectado por los mayores costes asociados con la pandemia, así como por la caída de las ventas, que se encogieron un 7% interanual, hasta 1.589 millones de dólares (1.310 millones de euros). En el último trimestre, Callaway logró incrementar sus ventas, aupado por el despegue del golf en Estados Unidos, que ha cerrado uno de los mejores años de su historia en la venta de equipamiento.

La previsión de Callaway para 2021 es volver a crecer, aunque “seguiremos afectados negativamente por la Covid-19”. “Nuestro negocio de equipamiento estará afectado por las dificultades en el abastecimiento y la producción causadas por la Covid-19 en el primer trimestre de 2020, lo que nos ha impedido abastecer la demanda, mientras que el textil se verá afectado por las restricciones en Asia y Europa”, indica la empresa.

Tras dos años, Callaway aún se resiente por la compra de Jack Wolfskin y ahora tendrá que integrar Topgolf

Sobre la mesa también queda pendiente la fusión con Topgolf, que aún no se ha cerrado, ya que está pendiente de recibir el visto bueno de los accionistas. La previsión es que la operación se cierre definitivamente en el primer trimestre de 2021 y que el impacto de Topgolf en el negocio de Callaway comience a notarse a partir del año que viene.

El grueso del negocio de Callaway lo han vuelto a aportan los clubes de golf, que incluso han incrementado sus ventas un 2,4%, hasta 787 millones de dólares (650 millones de euros). La venta de pelotas menguó un 7,2%, hasta 195,6 millones de dólares (161,3 millones de euros), mientras que el textil se contrajo un 15% interanual, hasta 349,2 millones de dólares (288 millones de euros).

La venta de equipamiento deportivo y otros accesorios tampoco pudo esquivar el golpe de la Covid-19 por las dificultades en la cadena de producción y la logística. Esta línea de negocio fue la que se llevó el peor golpe, con una caída del 17,2% interanual, hasta 257,5 millones de dólares (212,3 millones de euros).

Finalmente, por territorios, Estados Unidos aporta casi el 50% de la facturación, y también fue el mercado donde más resiliencia mostró Callaway, ya que sus ventas únicamente decrecieron un 1,2% interanual, hasta 778,6 millones de dólares (642 millones de euros). En Europa los ingresos cayeron un 13%, hasta 373 millones de dólares (307,6 millones de euros), ajuste similar al sufrido en Japón (-14%), hasta 212 millones de dólares (174,8 millones de euros).

Publicidad

Publicidad