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Lululemon reduce un 12% su beneficio pese a superar la barrera de los 7.480 millones en ventas

La compañía canadiense ganó 854 millones de dólares (788 millones de euros) el pasado ejercicio tras aumentar su facturación un 29,6% interanual. A pesar de ello, la compañía alerta acerca de numerosas amenazas de cara a 2023.

lululemon tienda eeuu

Lululemon bate su propio récord de facturación y, por primera vez, supera la barrera de los 8.000 millones de dólares. La compañía especializada en la fabricación y distribución de ropa deportiva cerró el año fiscal 2022, terminado el pasado mes de febrero, con unos ingresos de 8.110 millones de dólares (7.489 millones de euros), un aumento de un 29,6% interanual. Pese a ello, la empresa canadiense recortó su beneficio un 12,4% interanual, hasta 854 millones de dólares (788 millones de euros). 

¿El motivo? Principalmente, porque el coste de los productos fabricados se disparó un 42,3%, hasta 3.618 millones de dólares (3.341 millones de euros). Por otro lado, la compañía se anotó un deterioro del fondo de comercio de 407,9 millones de dólares (376,6 millones de euros). Además, incrementó en un 23,9% interanual, hasta 2.757 millones de dólares (2.545,9 millones de euros), sus gastos operativos en ventas, generales y de administración. 

Si se tiene en cuenta la evolución de Lululemon por mercados, la firma especializada en moda deportiva siguió impulsada por su actividad en Estados Unidos (EEUU) donde actualmente ya concentra el 69,7% de su negocio. De este modo, la facturación procedente de esta región en 2022 fue de 5.654 millones de dólares (5.221 millones de euros), lo que a su vez representa un incremento interanual de un 30,1%. 

Se sitúan por detrás las ventas en el resto del mundo y el negocio en Canadá. En este país, su mercado local, Lululemon facturó 1.163 millones de dólares (1.073 millones de euros), un 21,6% más interanual. En China, la compañía elevó su facturación hasta 681 millones de dólares (628 millones de euros), un 30,9% más interanual. En el resto del mundo, sus ventas se elevaron un 40,1%, hasta 611 millones de dólares (564 millones de euros). 

Un 44% de las ventas de Lululemon las registró a través del canal online

En cuanto a los resultados por categoría de producto, las ventas dirigidas al público femenino concentraron un 64,8% de las ventas totales de Lululemon aportando unos ingresos de 5.259 millones de dólares (4.856 millones de euros). Mientras, la facturación procedente de los productos masculinos fue de 1.956 millones de dólares (1.806 millones de euros), un 24,1% de su volumen de negocio. El negocio generado por los productos de hombre creció un 27% interanual, mientras que los productos femeninos han registrado un incremento del 26% respecto a 2021. 

Por canales, la empresa canadiense ha acelerado en el último año la apertura de nuevos establecimientos físicos, y cerró 2022 con 655 tiendas, 81 más que en 2021. De estas, 49 estuvieron ubicadas fuera de Norteamérica. Actualmente, un 45% de la facturación total del grupo procede de las tiendas operadas por la propia compañía, mientras que un 44% procede del direct to consumer o comercio online. El incremento que ha vivido el segundo canal de venta ha sido de un 33% interanual. El crecimiento en las tiendas comparables con el año anterior, en cambio, ha sido del 16%. 

 

Lululemon advierte sobre el riesgo de cambios en las preferencias de compra de los consumidores

De cara al ejercicio de 2023 Lululemon ha alertado que siguen existiendo numerosas amenazas y riesgos a los que hacer frente. Entre ellos, ha destacado la importancia de mantener la reputación de la marca, que puede verse afectada negativamente si no logra cuidar su reputación en las redes sociales, donde basa buena parte de su estrategia comercial. En este sentido, alerta sobre el riesgo de que personas vinculadas a la compañía cometan delitos que, indirectamente, puedan causar un daño de imagen a la marca, algo parecido a lo que le ha ocurrido a Adidas con los insultos racistas y antisemitas de Kanye West. 

Por otro lado, Lululemon advierte sobre el riesgo de cambios en las preferencias de compra de los consumidores y en los canales de distribución. “El creciente desvío de ventas de las tiendas físicas al ecommerce puede generar cargos por deterioro y cierre de tiendas. La incapacidad por integrar con éxito nuestros canales digitales y físicos podría afectar negativamente a nuestro negocio y dañar nuestra reputación”, avisa. 

La compañía también enumera otros factores que podrían afectar a su imagen de marca: desde posibles defectos en el diseño o la facturación de los productos al auge de la competencia en determinados mercados, pasando por el incremento de costes de producción y la caída de precios de venta; la posibilidad de sacar al mercado productos no suficientemente nuevos y diferenciados; el limitado conocimiento de su marca en determinados mercados; nuevas rupturas en la cadena de suministro; las fluctuaciones del coste de las materias primas; una eventual recesión en el consumo como consecuencia de la inflación; nuevos brotes de Covid-19; alteraciones en el tipo de cambio o reclamaciones judiciales que puedan terminar perdiendo. 

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