Referéndum telemático por Navidad para decidir el futuro del Espai Barça. La junta directiva del FC Barcelona ha programado para el próximo 19 de diciembre una consulta vinculante sobre el financiamiento del proyecto. Pese a que el equipo liderado por Joan Laporta recibió el visto bueno de los socios compromisarios para pedir hasta 1.500 millones de financiación para abordar la operación, finalmente será la masa social, en su conjunto, quien decida si el proyecto sale adelante en los términos establecidos.
Podrán votar más de 110.000 socios de la entidad de manera telemática, de modo que no será necesario desplazarse a las oficinas del club o a otros puntos de votación. Este referéndum se convoca al amparo del que dispone el artículo 13 de los estatutos, y tras la decisión acordada en la última junta de compromisarios, favorable a que esta operación sólo se realice si recibe el apoyo de la mayoría de socios.
Según Laporta, de no sacar adelante esta operación, el riesgo que se corre es dejar en saco roto los 155 millones de euros que ya se han comprometido en trabajos vinculados al Espai Barça, de los que 125 millones ya se han pagado. Se trata de la demolición del Miniestadi, donde a futuro se levantará el Palau Blaugrana, así como trabajos previos en el Camp Nou. “Se tirarían a la basura”, advirtió el presidente blaugrana el pasado octubre.
Los trabajos se extenderán de 2022 a 2027, inaugurándose el estadio a finales de 2025, y el pabellón a finales de 2026. En el impasse, el equipo de fútbol podría seguir jugando en su estadio o trasladarse temporalmente al Estadio Olímpico de Montjuïc, por lo que se descarta la idea que lanzó Laporta de jugar en el Estadi Johan Cruyff (Sant Joan Despí), que obligaba a instalar gradas supletorias para más de 30.000 personas.
El plan inicial de la actual junta directiva es que el préstamo, por el importe que finalmente se solicite, se devuelva en un plazo máximo de 35 años. Para ello, ha definido un modelo de negocio que debería generar en torno a 200 millones de euros anuales, de modo que esos hasta 1.500 millones puedan repagarse con los nuevos ingresos que generarán el Camp Nou y el Palau Blaugrana, que tras las obras podrán acoger 105.000 y 15.000 aficionados, respectivamente.
