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El fútbol europeo retrocede un 13% en 2019-2020 y sitúa su negocio en 25.200 millones

Un estudio de Deloitte enfatiza que es la primera caída de ingresos de las grandes ligas desde la crisis financiera de 2008-2009. La consultora cree que Premier y LaLiga volverán a crecer a corto plazo, mientras que el resto se estancará.

campo futbol aereo

El fútbol europeo continúa tratando de medir el golpe definitivo que tendrá la Covid-19 en su negocio. Deloitte estima que el descenso de ingresos fue del 13% interanual en 2019-2020, hasta 25.200 millones de euros, con las cinco grandes ligas resistiendo algo mejor el golpe que el resto. De hecho, aumentaron un punto su peso sobre el conjunto del sistema continental, del 59% al 60%.

La razón de este mayor aguante de las grandes competiciones es su mayor generación de ingresos por televisión y patrocinio, dos partidas que pudieron salvarse mejor que la recaudación por día de partido, que se cortó de raíz una vez que en marzo de 2020 se suspendieron todos los eventos y, posteriormente, se reanudaron ya a puerta cerrada. Estos importes no incluyen las plusvalías por traspasos.

“El fútbol ha demostrado una gran capacidad de resiliencia, por lo que cabe mirar con optimismo la temporada 2021-2022”, comenta Javier Moncada, gerente de Risk Advisory, experto en Sports & Entretenimiento de Deloitte. De hecho, y pese a que Uefa estima la caída de ingresos en una horquilla de entre 7.200 millones y 8.100 millones de euros respecto a lo previsto entre 2019 y 2021, la firma de servicios profesionales confía en un rápido regreso al crecimiento.

Según sus proyecciones, la Premier League habrá cerrado 2020-2021 con 5.700 millones de euros en ingresos -sólo 100 millones menos que en 2018-2019, último curso normal- y en 2021-2022 se irá hasta 6.100 millones. En el caso de LaLiga, el estudio estima que en 2020-2021 aún se habrán perdido 100 millones más, pasando de 3.400 millones a 3.100 millones si sólo se cuenta matchday, televisión, comercial y otros ingresos de explotación. Eso sí, en 2021-2022 ya rebotaría hasta los 3.400 millones, recuperando los niveles de 2018-2019.

Es un escenario de recuperación que la consultora no contempla para los otros tres miembros del Big-5. La Bundesliga pasará de 3.300 millones de euros de ingresos en el año previo a la pandemia, a caer a 2.900 millones en 2020-2021 y sólo recuperar la cota de los 3.000 millones en 2021-2022. Aquí hay dos elementos clave: el fuerte peso de los ingresos por taquilla, que se recuperarán gradualmente y en función de la situación sanitaria, y la entrada en vigor de un nuevo ciclo audiovisual en el que ha visto caer el valor de sus derechos.

Una situación similar se ha producido con la Serie A y la Ligue-1, que arrastran graves problemas de monetización de sus retransmisiones. Sobre Italia, Deloitte cree que los clubes podrán pasar de 2.100 millones a 2.300 millones de euros entre 2019-2020 y 2021-2022, lejos de los 2.500 millones previos a la crisis. En cuanto a Francia, el negocio se estancará en 1.600 millones este año y subirá a 1.700 millones en 2021-2022, por debajo de los 1.900 millones de 2018-2019.

“A pesar de la incertidumbre generalizada que ha provocado la pandemia, que puede convertirse en el salto definitivo hacia la normalidad y hacia una recuperación sólida en términos de ingresos para las temporadas siguientes. La vuelta a la actividad de manera segura, no solo de los deportistas sino también de los aficionados, es un aspecto clave para limitar el impacto económico total que resulte”, comenta Moncada.

En términos de rentabilidad, LaLiga es la que más ha apretado para salvar los muebles y es la que mejor logró contener los números rojos, con sólo 19,9 millones en 2019-2020 en términos contables y un beneficio de 77 millones si se toma como referencia el año deportivo, como defiende LaLiga. Lejos quedan los más de 1.000 millones de euros que han perdido los equipos de la Premier League o el agujero de más de 200 millones de Bundesliga o Ligue-1.

Las dificultades para contener las pérdidas se deben principalmente al elevado peso de los gastos de estructura, donde destacan los salarios y las amortizaciones ligadas a los fichajes de futbolistas.

“El tipo de contrato plurianual de muchos jugadores ha supuesto un reto significativo para los clubs con intención de contrarrestar el impacto en los ingresos a partir de reducciones en los costes salariales. Será interesante apreciar, transcurrido un tiempo, la evolución del equilibrio entre salarios e ingresos en esta temporada y las próximas”, corrobora Moncada.

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