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Las grandes rondas ciclistas, ante el puerto de superar los 200 millones de facturación

La Vuelta cuajó un 2021 con cifras récord tanto en facturación como en beneficios, pero aún lejos del negocio que generan el Tour o el Giro. En los tres casos, los ingresos proceden en su mayoría de los patrocinios y la televisión.

la vuelta 2022 Imagen: Charly López
la vuelta 2022 Imagen: Charly López

Las tres grandes citas del pelotón ciclista internacional dejan atrás la pandemia y encaran el 2023 con el objetivo de coronar el puerto de los 200 millones de facturación. La Vuelta a España, el Tour de Francia y el Giro d’Italia buscan seguir incrementando su cifra de negocio y recuperar el ritmo de crecimiento previo a la Covid-19. Para ello, las tres carreras han optado por aumentar su presencia en otros mercados europeos albergando las tres primeras etapas en otros países.

En el caso de la ronda española, Unipublic, gestora de la competición, viene de alcanzar unas cifras récord tanto en facturación como en sus ganancias en 2021. Si ya en 2020 la gestora de la carrera mantuvo estable el resultado neto con un beneficio de 5,15 millones de euros, al año siguiente lo incrementó en un 76%, hasta 9 millones. La cifra de negocio de la carrera alcanzó los 28,7 millones de euros, generados por ingresos de televisión y patrocinios.

Unos datos que confirman el crecimiento de la ronda española, pero que todavía la sitúan muy lejos de sus principales competidoras. De hecho, se encuentra a medio camino de la carrera italiana que en los años previos a la pandemia facturaba entre 60 millones y 70 millones de euros. La ronda francesa es aún más difícil de alcanzar puesto que su negocio se encuentra alrededor de los 100 millones de euros, o lo que es lo mismo, hasta dos tercios del negocio de ASO lo mueve el Tour de Francia. La ronda francesa logró en 2020 un beneficio de 11,2 millones tras salvar la edición de ese año celebrando la carrera en otoño.

En cuanto al negocio audiovisual, France Televisión posee desde 2007 un acuerdo por valor de 25 millones de euros anuales por los derechos del Tour de Francia. Misma cantidad percibida por el Giro, cuya producción a partir de este año ha pasado a manos de Euro Media Group (EMG), también productora de la ronda francesa. En el caso de La Vuelta, su acuerdo con Rtve está valorado en unos 2,6 millones anuales.

Para la ronda española, el mercado nacional supone un 50% de la cifra de negocio total, o lo que es lo mismo 14,7 millones de euros generados únicamente en España entre contratos de patrocinio, la factura de Rtve por las retransmisiones y el canon de los ayuntamientos por ser lugar de salida o llegada de etapas. Aun así, la dependencia del aficionado nacional es cada vez más pequeña y ha disminuido su peso un 11% en relación al 2020. De hecho, la pasada edición estuvo marcada por un fuerte crecimiento en el extranjero, donde facturó el doble, con 11,3 millones de euros.

 

Salida en el extranjero

En el caso de la carrera española, la edición que terminó hace poco más de un mes estuvo marcada por su salida desde Utrecht (Países Bajos). Pese a que no hay datos respecto al desembolso de las autoridades neerlandesas, Utrecht invirtió 4 millones de euros en erigirse en la salida del Tour de Francia de 2015. Una apuesta por el extranjero que se ha convertido en una fuente de ingresos alternativa para las carreras de tres semanas. Mientras que en España esta es una de las primeras intentonas por acercar la prueba a otros mercados extranjeros, el Giro y el Tour tienen una amplia experiencia al respecto.

A través de lo que el Giro denomina La Grande Partenza, la ronda italiana arrancó la pasada primavera desde Hungría, cuatro años después de su salida desde Israel, que le reportó 6 millones de euros a la prueba. En el caso de La Grande Bouclé, la carrera comenzó por primera vez desde Dinamarca, con una primera etapa desde Copenhague, con lo que el país nórdico se ha convertido ya en el décimo país distinto por el que pasa la ronda francesa. Una edición cuya atención mediática fue masiva en tierras danesas no solo por las tres etapas que se celebraron en su territorio sino por la victoria final de su paisano Jonas Vingegaard.

No hay datos concretos sobre el desembolso que ha hecho Dinamarca por hacerse con las tres etapas de inicio del Tour. No obstante, se presupone una elevada inversión siguiendo la línea de otras salidas en el extranjero como la de Dusseldorf (Alemania) que cifró en 11 millones de euros el gasto total por albergar la primera etapa de la edición del 2017.

 

El Tour viaja a Bilbao mientras La Vuelta y el Giro vuelven a casa

Para el 2023, Unipublic llevará la salida de La Vuelta a Barcelona a cambio de 1,16 millones de euros. La capital catalana volverá a dar el pistoletazo de salida a la carrera medio siglo después, con dos etapas para promocionar la ciudad en el extranjero, gracias a los casi 200 países en los que se ve la carrera. El fee que asumirá la capital catalana va en consonancia con los pagados en años anteriores por otras ciudades españolas como Torrevieja (2019) o Burgos (2021).

Por su parte, Bilbao se ha hecho con la salida de la ronda gala para el 2023 con un desembolso de 12 millones de euros que espera transformar en un retorno económico en el territorio 10 veces superior, hasta llegar a los 120 millones de euros. El 75% de la inversión lo asumirá el gobierno vasco y entre las diputaciones y las instituciones locales aportarán el resto.

De igual forma que la ronda española, la Corsa Rosa volverá a su país de origen con salida desde la región de Abruzo. De este modo, el Giro partirá desde los Abruzos por segunda vez en su historia, tal y como anunció la organización de la carrera en la presentación del recorrido que se llevó a cabo la pasada semana.

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