BeOne cierra un club en Madrid para centrar su estrategia en su modelo tradicional: los centros deportivos municipales de gestión privada. La cadena gallega de gimnasios ha anunciado que el treinta de noviembre dejará operar una instalación de 2.500 metros cuadrados que adquirió a Fun4U en 2016.

Se trata de un complejo ubicado en un edificio de oficinas en la zona de Arturo Soria, en Madrid. Cuando Fun4U ocupó el espacio lo reconvirtió en un gimnasio y lo inauguró en 2012, pero sólo cuatro años después lo traspasó a BeOne. En aquel momento, la compañía dirigida por Roberto Ramos optó por adquirir el club y abrir un centro propio. “Desde la adquisición, ha mantenido su esencia de gimnasio boutique, alejado de su negocio tradicional, orientado al segmento premium y ofreciendo servicios personalizados a sus 300 socios”, ha explicado la compañía.

La empresa ya no considera que este activo sea estratégico y prefiere volcarse en su modelo tradicional, basado en la gestión de centros municipales de mayor tamaño y con mayor número de socios.

BeOne asegura que este cierre no altera la estrategia de expansión de la compañía para los próximos años y que continuará explorando diferentes operaciones corporativas y atento a posibles licitaciones para ampliar su red de centros concesionales, que, con el cierre en Arturo Soria, queda en 36 instalaciones en España.

BeOne cerró 2019 con una facturación de 28,6 millones de euros, 170.000 clientes abonados a sus 31 centros deportivos municipales y cuatro gimnasios propios, que en total suman 183.000 metros cuadrados de superficie. Esta red de centros se amplió, al firmar la compra de dos complejos de AQA, por lo que ahora suma 33 complejos municipales y tres propios. A cierre de año, la compañía daba trabajado a 1.200 empleados.