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El fitness pide apoyo al CSD para acceder a los fondos de la UE e invertir 500 millones hasta 2026

Los gimnasios españoles presentarán al secretario de Estado para el Deporte un plan para acometer las inversiones que definirán la nueva generación de centros deportivos con un claro foco en la digitalización y el ahorro energético.

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Los fondos europeos se han convertido en el caramelo que toda empresa quiere conseguir, pero lograrlo pasa por sumar fuerzas con la competencia y crear un proyecto sectorial con el que tener más opciones de recibir apoyos económicos públicos. Ese es el camino que ha iniciado el sector español del fitness, que aspira a recibir fondos europeos para apoyar una inversión de hasta 500 millones de euros hasta 2026. Según ha podido saber 2Playbook, esta industria presentará un plan sectorial el próximo lunes al Consejo Superior de Deportes (CSD), organismo que esperan que sea aliado para conseguir el apoyo público con el que facilitar la realización de este rally inversor.

Los 500 millones de euros mencionados no es una cifra cerrada. Es el importe que resulta de las necesidades de inversión de los operadores que se han sumado al proyecto liderado por la Federación Española de Empresarios de Instalaciones Deportivas (Fneid). Tres operadores han liderado el proyecto y la patronal lo ha articulado para que, sumando fuerzas entre todos los operadores, la financiación europea sea más accesible.

El objetivo es que el sector del fitness se beneficie de los Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (Pertes), que son el mecanismo con el que el Gobierno gestionará parte del dinero procedente de los Fondos Europeos para la recuperación de la crisis desencadenada por el Covid-19.

“Son ayudas a la inversión, no a fondo perdido; podrán acceder a ellas las empresas que inviertan siguiendo los criterios que define la UE, como la digitalización o la mejora y construcción de centros deportivos para que sean más sostenibles medioambientalmente”, explica a este medio Alberto García, gerente de Fneid. “Si los empresarios tienen un incentivo, se podrían alcanzar los 500 millones de euros invertidos”, explica.

La parte de la inversión que no aporten los fondos europeos, la asumirán las empresas vía recursos propios y financiación

A lo que aspiran los operadores es a que los fondos europeos cubran entre un 15% y un 50%, en el mejor de los casos, del desembolso realizado para remodelar o construir la instalación deportiva del futuro. “Son subvenciones vinculadas a la inversión, y tenemos que definir qué transformaciones deben hacerse en los negocios para que continúen siendo competitivos a cinco, diez o quince años vista”, afirma. 

Desde Fneid se plantea que las transformaciones se realicen a diferentes escalas. Desde las empresas, se apunta hacia la eficiencia energética, la mejora de la relación con el cliente, la formación y el control financiero y operativo, todos ellos aspectos que cumplen con lo que la UE demanda para ofrecer financiación.

Los grupos de empresas también pueden sumar fuerzas en el sector mediante la firma de alianzas que favorezca la apertura de nuevas líneas de negocio, la apertura de nuevos canales de comunicación con el cliente y en definitiva la innovación digital y con el cliente. 

La parte de la inversión que no aporten los fondos europeos, la asumirán las empresas vía recursos propios y financiación. “Es un momento delicado porque los operadores han perdido más de un 50% de los ingresos, así que si no hay apoyo público difícilmente se realizarán esas inversiones”, recalca García, al subrayar la necesidad de subvenciones para favorecer el desembolso por parte de los gimnasios.

Está por ver cómo se articularán esas ayudas y qué porcentaje de la inversión cubrirán. Lo que sí está claro es que va a haber recursos a los que aspirar, que las convocatorias empezarán a abrirse a partir de julio y que se espera que la mayoría se abran en septiembre. Eso sí, aún no hay un calendario de reparto definido.

En un encuentro organizado por Fneid con Manuel Giménez, ex consejero de economía de la Comunidad de Madrid y autor del plan de recuperación vinculado a fondos europeos, el experto admitió que difícilmente se defina un traje a medida del sector del fitness.

De ahí que sea tan necesario crear una especie de proyecto piloto sectorial para no acudir a los distintos ministerios a pedir ayuda a puerta fría. El objetivo es que el proyecto esté avalado previamente, y ese aval es precisamente el que se busca con la reunión de la próxima semana con el CSD. La reunión se celebrará el próximo lunes y se espera que puedan darse pasos adelante en esa dirección.

También está por ver a qué ventanilla deberán acudir los centros deportivos para acceder a las ayudas. En algunos casos será un mix entre los ministerios (Gobierno central), los gobiernos autonómicos y las administraciones locales. “Ministerialmente habrá ayudas, pero quizás algunos ministerios dediquen cierto porcentaje de esos recursos a las comunidades autónomas para que los ejecuten o repartan; está todo por ver y hay que esperar a que salgan las convocatorias”, añade García.

Otra de las incógnitas son los criterios de reparto de ayudas. Si bien es cierto que se valorarán los proyectos que contribuyan a la digitalización del negocio y a reducir el impacto medioambiental (y las facturas vinculadas al consumo energético), por el momento se desconoce si los recursos se repartirán en función del tamaño de las empresas, en proporción al ahorro o al impacto que pueda tener la inversión. Serán los técnicos de las administraciones públicas los encargados de establecer dichos criterios.

Fneid advierte de que, si la financiación pública llega, podrán acceder todos los empresarios de instalaciones deportivas que se comprometan a transformar sus instalaciones y sus negocios, al margen de que estén afiliados a la patronal o no. “Es un proyecto de sector para todos, formen parte o no de este proyecto”, asegura García. De prosperar, los gimnasios españoles acometerán el rally inversor más ambicioso que se recuerda en una industria que antes de la Covid-19 llegó a facturar 2.350 millones de euros.

 

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