El cuidado de la salud se ha situado en primera línea con el estallido de la pandemia, y el sector del deporte puede verse favorecido por ello. En esa industria opera Inigllo, una empresa especializada en gestionar gimnasios ubicados en las sedes de compañías que quieren fomentar la actividad física entre sus trabajadores. Con el objetivo de atender ese nicho, la compañía se puso en marcha en 2008 y llegó a facturar alrededor de 1,5 millones de euros antes de la pandemia. La Covid-19 ha mermado su actividad y su negocio por el teletrabajo, pero la compañía no se ha detenido, y ahora el objetivo es volver a la senda del crecimiento.
“Tenemos a un público cautivo y limitado, pero eso a su vez ayuda a dar un servicio más personalizado al cliente”, explica Álvaro Fernández, director de operaciones y de desarrollo de negocio de Inigllo. El modelo se basa en cobrar a los clientes por acceder al gimnasio, ubicado en las sedes de las grandes compañías, que a su vez suelen subvencionar este abono para fomentar la actividad física entre sus equipos.
“Antes de la pandemia notábamos que había un interés en mejorar el rendimiento de los empelados fomentando la práctica deportiva, y ahora percibimos que sobre todo lo hacen por una cuestión de cuidar la salud de los equipos”, afirma Fernández, que reconoce que el factor rendimiento continúa siendo uno de los motivos.
El modus operandi de la Inigllo es gestionar un espacio deportivo y cobrar por ello, aunque puntualmente las compañías ceden el espacio a cambio de un alquiler. En otras ocasiones, las empresas e Inigllo realizan a la par la inversión en el espacio, que en algunos casos son clubes tipo boutique de alrededor de 280 metros y, en otros, son grandes instalaciones de más de 5.000 metros cuadrados. En esos casos, las empresas pagan por el servicio y un fee, además de repartir los beneficios.
Con alrededor de 60 trabajadores, entre personal a tiempo completo y a tiempo parcial, la compañía da servicio a alrededor de 6.000 trabajadores de cuatro empresas, la mayoría de ellas del sector bancario e inmobiliario. En los centros ofrecen clases dirigidas y gestionan el espacio, además de trabajar mano a mano con el departamento de recursos humanos, que suele contar con la empresa para organizar talleres de alimentación saludable, grupos de meditación y jornadas de team building.
Con el apoyo de Technogym y el sistema MyWellness, la compañía ha seguido prestando servicio online a los empleados que trabajaban desde casa. “Implementamos la herramienta antes de la pandemia para tener un control y un seguimiento de todos los clientes a través de una sola app, pero empezamos a explotar otras funcionalidades”, asegura.
La compañía ha cerrado 2021 en beneficios en todos los centros, a excepción de uno en el que se ha quedado cerca del break even. “Los ingresos han caído, pero estamos saneados, no tenemos un alto nivel de endeudamiento y no estamos en pérdidas; esperamos volver a crecer no sólo en la Comunidad de Madrid con más contratos, sino también fuera de esta región”, apunta.
