Barcelona es una la segunda ciudad española con mayor número de gimnasios, pero aún hay operadores que se aventuran a crecer en el centro de la capital catalana. REBOOT es uno de ellos. La compañía se ha hecho con la única licencia de gimnasios que quedaba disponible en el Eixample para abrir un boutique de entrenamiento de 752 metros cuadrados. “Nos diferenciamos del resto en la oferta de un servicio personalizado y premium, con área de cross-training y gimnasio de uso libre”, explica Barnaby Wass, dueño y fundador de la empresa.

No es habitual que un box de entrenamiento funcional también tenga una zona de entrenamiento de cardio y musculación con peso libre y máquinas de peso dirigido, algo que Wass detectó y que le animó a abrir un club con estas características en el número 24 de la Calle del Bruc, en el centro de Barcelona. Además de zona de fitness para entrenar por libre y box de cross-training, el centro también cuenta con dos salas adicionales para pilates, hipopresivos y barret, boxeo así como entrenamiento de suspensión.

La apuesta de Barnaby Wass por el deporte no es reciente. Tras superar un cáncer tomó especial conciencia de la importancia de la actividad física para la salud. De ahí que haya decidido invertir en este sector. “Es un mercado maduro en el segmento del gimnasio básico, pero no ámbito premium; queremos ofrecer un servicio muy personalizado”, explica.

REBOOT abrió el pasado octubre tras reacondicionar un antiguo gimnasio en el centro de Barcelona

Tanto, que en las clases grupales participan un máximo de diez socios, lo que permite al entrenador hacer un seguimiento que se complementa con los servicios de nutrición y fisioterapia que se ofrecen en el club, así como la app a través de la que se hacen seguimientos y entrenos online. También se imparten sesiones de entrenamiento personal que permiten elevar el ticket medio de 60 euros al mes, con un plus por el uso de toalla.

En cuando al sistema de pago, la compañía combina el pago por uso mediante bonos de sesiones y el abono mensual o anual, que incluye el gimnasio y el acceso al box de cross-training cuando no se realicen clases dirigidas. La inversión en el centro ha sido de 500.000 euros, y el objetivo de Wass es consolidar el proyecto.

“Vamos a afinar lo que tenemos y, si funciona y crece con regularidad, plantearemos la posibilidad de crecer con más instalaciones”, explica. Ese crecimiento debe ser muy controlado, pues el objetivo del club es atender un máximo de 450 clientes. “No queremos que el centro esté masificado porque eso chocaría de lleno con nuestra idea de fitness premium”, subraya.

Al frente de la instalación está Wesley Moreira, creador del sistema de entrenamiento y persona al frente de un equipo de ocho profesionales, entre técnicos, fisioterapeutas, nutricionistas y personal de mantenimiento. “Queríamos ofrecer un box con entrenamiento personal y donde se impartieran otras disciplinas”, afirma Moreira, que suma más de dos décadas de experiencias en mecas del fitness donde el modelo boutique está muy asentado, como es Londres.

“Los entrenadores son fundamentales para fidelizar; intentamos que ya tengan una comunidad detrás y una clara orientación al cliente”, explica Moreira, que defiende la importancia de que cada técnico cuente con título universitario en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. “Es vital que el personal esté cualificado para garantizar una práctica deportiva efectiva y segura”, recalca.