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Al igual que en su día se produjo un cambio en la normativa de los parques infantiles para evitar que los niños se hicieran daño, creo sinceramente que es necesario estipular un mínimo de distancia entre la línea de banda.

Ahora que está tan de moda lo de “Yo fui a EGB”, os habréis dado cuenta de que uno de los puntos más importantes que nos hacen reír, y que, sobre todo, nos hace sacar pecho delante de las nuevas generaciones, es el de esos parques infantiles (columpios de toda la vida), en los que óxido, elementos cortantes, cadenas, y piedras, se unían en armonía para dejarnos cicatrices y lesiones que cuando estábamos solos, no nos hacían tanta gracia como cuando lo contamos con ese punto de diversión.

Hubo un momento en el que se reguló (para bien), el que esos parques cumplieran el mínimo exigible para evitar todo ese tipo de accidentes que día tras día sucedían.

Hace algún tiempo que desde MolcaWorld nos hemos puesto a investigar en campos de fútbol, algunos de los miles donde se juega y entrena cada semana, y en los cuales las vallas metálicas en la mayoría de casos están oxidadas, objetos cortantes como chapas de hierro o aluminio, tornillos salientes, etcétera, están a sólo unos centímetros de la línea de banda, produciendo gran cantidad de lesiones, e incluso accidentes graves. Y lamentablemente son la mayoría los que están en ese estado.

Y es curioso comprobar, como a medida que avanzamos con la toma de datos, verificamos que obviamente es un problema y grave, y que es incomprensible que esas vallas no estén protegidas para evitar accidentes, que no sólo están lesionando, sino que incluso hay fallecidos por este motivo.

Al igual que en su día se produjo un cambio en la normativa de los parques infantiles para evitar que los niños se hicieran daño, creo sinceramente que es necesario estipular un mínimo de distancia entre la línea de banda, y un posible objeto en el que el jugador pueda impactar. Y en los casos que no exista la suficiente distancia, algo que es probable porque el espacio ‘es el que es’, se deban proteger debidamente con algún protector deportivo.

No saquemos pecho de las desgracias y protejamos a los niños, y no tan niños, que cada día se enfrentan a un posible accidente evitable.

 

Fran Carrasco – CEO de MolcaWorld

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