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El gigante Callaway-Topgolf prepara su desembarco en Europa con clubes franquiciados

Topgolf cuenta con 58 instalaciones en Estados Unidos, cuatro en Reino Unido y una en Asutralia. Cada club aportará una facturación mínima de 1,1 millones de dólares (930.840 euros) y la compañía ya ha identificado oportunidad de negocio en 250 complejos.

topgolf campo eeuu

Topgolf prepara su desembarco internacional tras consolidarse en Estados Unidos. El gestor de instalaciones de golf ha identificado oportunidad de negocio en más de 250 clubes en Europa, Australia y Asia, según la documentación que la compañía presentó ante los mercados para justificar la fusión con Callaway. El grupo no ha indicado los países concretos donde espera comenzar a operar, entre los que podría estar España. 

Uno de los objetivos de su fusión con Callaway, que creaun gigante de 2.761 millones de dólares (2.336 millones de euros), es precisamente profundizar en la internacionalización de Topgolf. “Contamos con dos de las marcas mejor posicionadas del sector, especializadas en equipamiento deportivo y gestión de instalaciones y productos de entretenimiento”, indicaron ayer ambas empresas en un comunicado.

Actualmente Topgolf cuenta con una red de 58 complejos en Estados Unidos, y no ha sido hasta los dos últimos años cuando ha traspasado sus fronteras. En Reino Unido suma cuatro centros, tres de ellos propios y un franquiciado. El modelo de socios es el que ha utilizado para entrar en Australia y el que espera replicar para acometer su expansión internacional.

Los ingresos que aportará cada club franquiciado serán de 1,1 millones de dólares

La empresa estadounidense prevé que los ingresos que aportará cada club franquiciado se situará en 1,1 millones de dólares (930.840 euros). Se trata de una cifra muy inferior a la que se busca en Estados Unidos, donde cada instalación aporta unos ingresos medios de 17 millones de dólares (14,3 millones de euros) y un ebitda de cinco millones de dólares.

Topgolf está en la primera fase de su crecimiento, con apenas un 2% de penetración fuera de Estados Unidos y un 1% en el negocio de Toptracer Range”, indica la empresa norteamericana en su presentación. “Hemos demostrado habilidad para expandirnos hacia nuevos mercados y capturar el potencial de contenido y partidos interconectados en nuestra plataforma”, se añade.

En el caso de Toptracer Range, una aplicación enfocada al trazo de la bola en las retransmisiones y que se reorientó hacia el segmento amateur y de los videojuegos, Topgolf señala que “su desarrollo internacional y en Estados Unidos se verá potenciado por los acuerdos de patrocinio con los que ya cuenta Callaway y por su alcance en todo el mundo”. Los ingresos derivados de esta línea de negocio se han triplicado en los últimos años, aunque no se especifica su aportación total al grupo.

 

El negocio de Topgolf y la fusión con Callaway

A principios de 2020 Topgolf comenzó a moverse en el mercado para iniciar el proceso de salida a Bolsa. La valoración de la compañía se estimaba en 4.000 millones de dólares (3.384 millones de euros) después de que Callaway invirtiera 560 millones de dólares (473,8 millones de euros) por el 20% de la empresa.

El fabricante de equipamiento especializado en golf ya poseía el 14% del capital de Topgolf y, según los resultados correspondientes al último ejercicio fiscal, la cifra de negocio agregada de ambas compañías se situó en 2.761 millones de dólares (2.336 millones de euros). Pese al impacto de la Covid-19, el grupo prevé alcanzar una facturación de 3.200 millones de dólares en 2022 (2.707 millones de euros) y el ebitda del grupo alcance 360 millones de dólares (304,6 millones de euros).

Además de los 250 clubes potenciales identificados en Europa, Topgolf ha detectado oportunidades para asociarse o levantar otros 200 en Estados Unidos. Se estima que la construcción de cada nuevo resort en EEUU cuesta entre 10 millones y 40 millones de dólares (8,4 millones y 33,8 millones de euros), en función de las dimensiones del centro y de las prestaciones que ofrezca a sus usuarios.

La previsión es contar con diez nuevos centros anuales en su mercado original a partir de 2022 y que “aún queda una década de crecimiento sostenido en términos de oportunidades de aperturas de nuevos complejos”, se indica en el documento. En el caso de la expansión internacional, aún no existen previsiones sobre el ritmo de inversión y nuevos centros que esperan alcanzar durante los próximos años.

Lo que sí se indica es que las oportunidades de negocio están en mercados “altamente competitivos en el sector”. Según el último informe Golf Participation Report 2019, elaborado por Kpmg, los países europeos con mayor participación en golf eran Reino Unido, Alemania, Suecia, Francia, Países Bajos, España e Irlanda.

 

La industria del golf: un negocio de 80.000 millones

La industria del golf generó en todo el mundo un negocio de 80.000 millones de dólares (67.697 millones de euros) en 2019, según la consultora Golf Data Tech. Al negocio directo de la industria del golf hay que añadir el indirecto, especialmente en el apartado turístico.

El sector del golf y el turismo movió en España 12.700 millones de euros el año pasado, líder en el Viejo Continente, según el informe El golf, catalizador de la actividad económica de España, elaborado por la Asociación Española de Campos de Golf (Aecg) y la Real Federación Española de Golf (Rfeg).

España es uno de los países donde el modelo de Topgolf, más enfocado hacia el modelo de pago por jugar que al club social, puede encontrar un mejor acomodo. Los campos de golf españoles facturaron 777 millones de euros en 2019, una cifra que apenas equivale al 6% de los ingresos que dejó el turismo vinculado al golf en el país.

La facturación, desgranada por tipo de propiedad, descifra que los campos de golf que son clubes sociales son los que más ingresan, con 3,4 millones de euros de media, por delante de los mixtos (permiten la entrada de practicantes externos), que facturan 2,2 millones de euros de media.

Muy distinta es la situación de los campos municipales, que tienen una cifra de negocio de 805.000 euros, prácticamente la mitad que los 1,4 millones de los que tienen una explotación comercial. Estos últimos son mayoría, con 190 sociedades, por los 87 que son administrados por socios.

En este sentido, cabe desgranar el ejemplo puesto anteriormente y que, ahora sin turismo, se convierte en una falta de rentabilidad capital para la supervivencia de los campos. Para que, de noventa euros de una tarifa de green fee, sólo se obtenga un beneficio de 5,62 euros, hay que descontar, de inicio, los 15,6 euros del IVA, que continúa siendo del 21%. 

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