Un año de pandemia ha bastado para comenzar a alterar la cesta de la compra deportiva de los españoles. El gasto en deporte, tradicionalmente marcado por la asistencia y la participación en eventos deportivos, ha cambiado de contrapesos. Al menos temporalmente, mientras los eventos de masas mantienen restricciones totales o parciales. Solo una categoría logró crecer el año pasado: las bicicletas, que aportaron ingresos de 390,39 millones de euros, un 7,4% más que en 2019.

Así se desprende de la Encuesta de Presupuestos Familiares, publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Las bicicletas, sin embargo, apenas aportan el 12,4% del gasto total de los hogares españoles en productos deportivos, que se situó en 3.149 millones de euros. Es el mínimo histórico desde que el INE contabiliza esta estadística (2006), tras registrar una caída interanual del 43,3%.

Ni siquiera en los años más difíciles de la crisis económica de 2008 el gasto en deporte se desplomó de igual manera, ya que nunca cayó de los 4.100 millones de euros. Es más, entre 2008 y 2011 siguió creciendo hasta consolidarse como práctica de ocio y sólo en dos años presentó un retroceso, en 2012, el año más duro de la anterior crisis, y en 2014, tras un fuerte repunte en el año intermedio. Sin embargo, nunca antes se suspendieron tantas pruebas, ni los gimnasios permanecieron tanto tiempo cerrados.

El gasto medio por persona es el más bajo en década y media, con sólo 67,16 euros, frente a los casi 120 euros que invirtieron de media los españoles el año pasado. El peor golpe ha sido para la asistencia, que ha dividido por tres el gasto medio, pasando de 12,12 euros en 2019, a apenas 4,6 euros por persona en 2020.

El aumento en el gasto de bicicletas no ha sido suficiente para contener la caída del gasto. Es más, el desembolso en este tipo de vehículos ni siquiera está en su pico histórico, que se alcanzó en 2018, según el INE. Sus datos contrastan con los de la patronal, la Asociación de Marcas de Bicicletas de España (Ambe), que en su último informe indicaba que el sector había crecido hasta superar los 2.600 millones de euros en ingresos.

Lo mismo sucede con el equipamiento deportivo. El gasto en este tipo de artículos ha caído un 19% interanual, hasta 533 millones de euros, lo que supone volver a niveles de 2015. Pese a todo, se ha erigido como la segunda partida de gasto más importante en 2020, algo que nunca antes había sucedido.

Ello se debe a la fuerte caída del gasto por asistencia a eventos deportivos y culturales, donde también se incluyen teatros y cines. El desembolso en esta área se hundió un 61,8% el año pasado, hasta 215,5 millones de euros. Hasta 2020, el peor registro era el del año 2006, con 646,3 millones de euros, el triple que el año pasado. Ello se debe al cierre de instalaciones deportivas, aunque el INE no permite desglosar qué parte corresponde a cultura y cuál a deporte.

La principal partida de gasto aún es la participación en eventos deportivos y culturales, que copa más de la mitad del total, con casi 2.000 millones de euros. Pese a todo, también es el peor registro histórico, tras anotarse una caída interanual del 49,2%. El gasto medio, de hecho, se hundió a la mitad, de 84,41 euros a 42,62 euros por persona.

El impacto se ha dejado notar en el peso que tiene el deporte en la cesta de la compra de los españoles. El deporte había escalado posiciones hasta copar casi el 1% del total en 2019. En 2020, sin embargo, sólo representó el 0,6% del gasto total. El INE apunta a que los hogares “modificaron sus hábitos de consumo”, y que el gasto por hogar se redujo un 14,4%.

En otras palabras, que a diferencia de las anteriores crisis, el deporte sí ha estado mucho más afectado por la Covid-19, ya que el gasto cayó cuatro veces por encima de la media en el conjunto de sectores. De nuevo, las causas se encuentran en la asistencia y la participación, ya que hasta finales de abril no se comenzó a reactivar y siempre de forma parcial.