El inicio de la temporada no espera a nadie. Desde el salto inicial de la Supercopa Endesa, que un año más cuenta con Quirónsalud como Proveedor Médico Oficial, cada jugador debe estar en plenitud física y mental para rendir al máximo. Sin embargo, lo que ocurre en los primeros partidos es sólo la punta del iceberg: la verdadera preparación se ha gestado en semanas previas de entrenamientos, ajustes nutricionales, trabajo invisible y descanso de calidad.
Y en el baloncesto profesional ese trabajo está respaldado por un equipo multidisciplinar que acompaña a los jugadores y jugadoras en cada paso: médicos, fisioterapeutas, nutricionistas, preparadores físicos y psicólogos deportivos. En esta carrera contrarreloj para llegar al 100%, la salud es el auténtico MVP.
Alberto Díaz y Juana Camilión, dos formas de vivir la preparación
La pretemporada es exigente para todos, pero cada jugador encuentra su fórmula para llegar al inicio de curso con garantías. Alberto Díaz, base del Unicaja Málaga e internacional con España, y Juana Camilión, jugadora del Movistar Estudiantes y medallista olímpica en baloncesto 3x3, apuntan a la alimentación y el descanso como dos hábitos saludables clave.
Juana Camilión no concibe una buena preparación sin una dieta equilibrada. “Unos alimentos que no pueden faltar en mi dieta son pasta, pollo, huevos y verduras. A un joven atleta le recomendaría escuchar a su cuerpo, porque cada uno sabe lo que necesita. Como hábito saludable, recomiendo comer mucha fruta”, aconseja la jugadora del Movistar Estudiantes, que cuenta con el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz como Proveedor Médico del club.
Alberto Díaz, por su parte, pone el acento en la energía para entrenar largas jornadas: “En mi dieta nunca faltan frutos secos, arroz, pollo y pasta. Entrenamos unas tres horas y media o cuatro al día, no solo en pista: también gimnasio, recuperación y rehabilitación”, explica el base del Unicaja Málaga, que cuenta con el Hospital Quirónsalud Málaga como Servicio Médico Oficial.
“La nutrición es fundamental y está directamente relacionada con el rendimiento físico e intelectual”, explica el doctor Giner Marco, especialista en Medicina del Deporte y Traumatología del Hospital Quirónsalud Valencia, para quien el inicio de temporada es un momento clave para marcar el rendimiento del resto del curso. “En pretemporada tomamos datos antropométricos y diseñamos dietas específicas, junto a un trabajo de readaptación física, para que el jugador llegue en perfecto estado físico, mental y de salud”.
Aunque no hay alimentos mágicos que eviten lesiones, el doctor Marco explica que sí existen patrones beneficiosos: “Una dieta baja en poder inflamatorio, rica en antioxidantes y con todos los micronutrientes esenciales ayuda a prevenir lesiones y optimizar el rendimiento”.
El descanso es otro pilar que no se negocia. “Un sueño reparador es la mejor estrategia para la recuperación muscular e intelectual. La falta de descanso provoca fatiga, y un jugador fatigado difícilmente tomará decisiones inmediatas adecuadas: el pase, el bote, el rebote o la precisión a canasta dependen de ello”, afirma el especialista del Hospital Quirónsalud Valencia, Servicio Médico Oficial del Valencia Basket.
Un aspecto en el que hace hincapié el base del Unicaja Málaga e internacional con España: “Lo mejor para el cuerpo es dormir mínimo 8 horas”.
Cuerpo y mente: las claves médicas para arrancar con garantías
En cuanto al trabajo físico, la receta para evitar lesiones pasa por un enfoque global. “En pretemporada se debe trabajar todo el sistema musculoesquelético, buscando un equilibrio óptimo de fuerzas y estabilidad articular. Esto maximiza el rendimiento y reduce riesgos”, asegura el especialista del Hospital Quirónsalud Valencia. Asimismo, la dimensión mental también está bajo cuidado. “Hoy en día, en los clubes contamos con psicólogos especializados que ayudan a los jugadores a gestionar el estrés, superar lesiones y afrontar derrotas, algo tan importante como el trabajo físico”, añade.
Tanto Alberto Díaz como Juana Camilión coinciden en que la preparación mental es tan importante como la física. Gestionar los nervios, mantener la concentración y saber escuchar las señales del cuerpo son hábitos que, más que aprendidos, se entrenan a diario.
En un deporte donde la exigencia física es constante y la presión mental no da tregua, la salud del jugador empieza mucho antes del primer balón al aire. La combinación de entrenamiento, nutrición, descanso y apoyo psicológico es el motor silencioso que impulsa cada canasta.