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Dazn sale de compras y sube marchas en la lucha por la rentabilidad en el ‘streaming’ deportivo

La OTT británica, que acaba de adquirir Eleven Sports y Team Whistle por 311 millones de euros, acumula una inversión de más de 5.000 millones desde su nacimiento. Mientras, LaLigaSportsTV e Instat buscan su espacio en el nicho.

Dazn Fútbol

Nadie tiene aún claro cuál será la incidencia de las OTT en el deporte, pero Dazn quiere la delantera. La plataforma de retransmisiones deportivas acumula una inversión de más de 5.000 millones de euros desde su nacimiento, y hace unos días dio un paso más en la consolidación de este negocio con la compra de Eleven Sports y Team Whistle. Dos adquisiciones que le añaden 300 millones de dólares (311 millones de euros) de facturación, aunque no desvele el coste. Sí una de las razones para acometerla: “Añade escala a nuestro negocio”, sostiene la empresa, en busca de tener un tamaño suficiente para rentabilizar sus operaciones.

Con esta operación suma Bélgica y Portugal a una lista de países donde también destaca España, donde este año finalmente ha podido añadir parte de las retransmisiones de LaLiga a un catálogo en el que ya estaban Premier League, Euroliga, Fórmula 1 o MotoGP. Lejos queda 2019, cuando entraba en el mercado nacional con un coste de 4,99 euros al mes. Ahora, tras comprar el fútbol profesional español, la tarifa ya se sitúa en 24,99 euros mensuales y sin permanencia. En este notable avance se enmarca su interés en liderar el streaming deportivo a nivel global, dejando de lado por ahora el particular mercado norteamericano.

Los expertos en negocio del deporte y del mercado audiovisual asumen que la televisión online es el futuro del fútbol. Permite a las propiedades deportivas capacidad de conocer mejor al fan –un punto cardinal en el negocio de la industria– y ofrecer nuevas formas de ver el deporte, siguiendo las demandas de las nuevas generaciones.

Sin embargo, el trasvase está siendo suave y gradual. ¿El motivo? Que las OTT no pujan con tanto dinero como los gigantes de las telecomunicaciones o Sky. España es un buen ejemplo: la Copa se ha emitido en Dazn en el último ciclo, pero en un acuerdo con Mediaset que dejaba los partidos más exclusivos al grupo italiano, que pagaba mayor porcentaje de los cerca de 14 millones de euros anuales acordados con la Real Federación Española de Fútbol (Rfef).

Con LaLiga, su acuerdo es por el 50% de los partidos, salvo tres jornadas que se emitirán íntegramente en Movistar+. La inversión, de 2.050 millones de euros hasta 2027. Telefónica, socio histórico del fútbol profesional español desde los 90, compartirá los derechos y le pagará 280 millones de euros anuales para poder ofrecer el paquete de la OTT a sus clientes. Un mix que combina la garantía de la capilaridad territorial y elevadas audiencias de Movistar+ con una primera experiencia en lo que a largo plazo sería una ofensiva directa al consumidor.

 

El reto de rentabilizar la inversión

El problema para la escalabilidad de su negocio es que, a diferencia de Netflix o HBO Max, Dazn no puede garantizarse con una sola negociación los derechos de las competiciones premium como LaLiga o la Premier en todos los países donde opera. Tiene que acudir a las subastas que se abren en cada país, dificultando poder definir estrategias globales de contenido, a no ser que sea con deportes de nicho como el fútbol femenino o el boxeo, que ha convertido en una de sus banderas.

A falta de conocerse las cifras de 2021, la plataforma tenía comprometidos en derechos deportivos 5.000 millones de dólares (5.186 millones de euros) a cierre de 2020. La inversión aumentó un 13,6% respecto a 2019, pese a la pandemia. La compra de derechos copó el 60% del gasto total de Dazn, que sigue muy lejos de la rentabilidad: de momento, el grupo asumió unas pérdidas de 1.304 millones de dólares (1.151 millones de euros) en 2020, un 9% menos interanual. Los ingresos también aumentaron, un 6,4%, hasta 871,8 millones de dólares (904 millones de euros).

Todo ello es parte del esfuerzo inversor que aún necesita hacer la compañía para expandir y consolidar su OTT, pero también pone de manifiesto la necesidad de encontrar un modelo que permita hacer sostenible su negocio y no precisar de una inyección constante de capital. En España, a mucha menor escala, Footters demostró con la Primera Rfef y su apuesta por el fútbol modesto que la rentabilidad es compleja y sacar un proyecto de OTT adelante supone asumir grandes riesgos. Tras una inversión de más de un millón en tecnología, su alianza con Fuchs dejó importantes impagos en la Rfef ante la imposibilidad de cumplir con un plan de negocio que aseguraba que la categoría de bronce podía generar más de 9 millones en ingresos por temporada.

LaLiga también lleva tiempo preparándose para un cambio de escenario, en el que cada propiedad venda directamente sus retransmisiones a los aficionados. Tras una inversión de casi 10 millones de euros, su OTT LaLigaSportsTV ya tiene una valoración de mercado de 30 millones de euros, con un plan que pasa por alcanzar los 90 millones de facturación y la rentabilidad en 2028. De momento, paradójicamente, dando visibilidad a competiciones menos mediáticas como Asobal, Lnfs o LEB Oro.

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